Era el segundo día de septiembre, todo parecía normal a simple vista. Incluso cuando cinco días antes había llegado a vivir a una nueva ciudad. ¿Razón?, bueno, solo una palabra...
Universidad.
Había dejado mi ciudad natal por ir a perseguir un sueño, o al menos una mejor vida. No lo tengo muy claro. El punto es que estoy aquí. Estoy parada frente a la entrada de la universidad, pensando en que nada será como antes. Que van a entrar nuevas personas a mi vida, nuevas experiencias. Pero es justamente por eso que estoy aquí. Para dejar atrás todo lo que conlleva vivir en una ciudad pequeña.
Verás, soy de Fairhope, Alabama, es bastante pequeño, por lo que todos conocen a todos. Y es muy probable que si tienes novio o novia, esa persona ya ha sido pareja de muchos más, y probablemente los conoces. Claro, eso no le quita el encanto. Pero ahora, gracias a mi decisión tomada mientras comía mariscos con mi familia, me mude a Orlando, Florida. Por lo que vivo a casi 7 horas de mi hogar.
¿Que si estoy asustada?, puede ser. Nunca me han gustado los cambios, principalmente porque soy muy buena con ellos. Y es como sé que después de un tiempo será como si nunca hubiera vivido en Fairhope.
Pero, como te decía, estoy frente a la universidad. Y todo es muy colorido. Creo que he visto a al menos tres personas con un color de cabello bastante peculiar. Me gusta. Honestamente no pienso que yo sea de esas personas que imponen la moda, pero debo decir que mi blusa amarilla con jeans y chaqueta de mezclilla hicieron que pensara toda la noche sobre qué tan ridícula pudiera parecer. Y sé que suena absurdo el querer preparar tu ropa desde un día antes. Pero es lo que hay, y realmente quiero destacar, pero de una forma bastante sutil.
Veo a algunos guardias de seguridad, te revisan tu credencial antes de poder dejarte pasar. Estoy segura de que te gustará saber si salí bien o no en mi foto. Pues..., no. Definitivamente no. Mi cabello es chino. Pero chino de a deberás. No como las personas con cabello ondulado que, a mi parecer, son lacias, pero aún así insisten en ser chinas. Así que el día de la foto decidí que quería salir lacia, y eso hice. Lamentablemente, incluso con el cabello más decente, este no quiso cooperar. De alguna forma encontró la manera de acomodarse hacia un solo lado, y no sabía que podía sonreír para la foto, así que no es muy buena la combinación.
Me acerco a la entrada y muestro mi credencial, y ya. Estoy adentro. Todo se ve muy fresco. Hay muchos árboles y los caminos son largos entre los edificios. Hace unos meses, cuando vine a ver la universidad, me quede asombrada con varios puntos de ella, ya que en la cafetería podríamos hacer algunos bailes tipo High School Musical. Se vale soñar. Hay campos de fútbol, que quizá los chicos disfrutan mucho, pero estaba segura de que yo no entraría jamás. Y no, no soy de esas personas que piensan que es un deporte únicamente para hombres, pero simplemente no es para mi.
Cuando llegué al aula que me habían asignado, o bueno, a la que creí que me habían asignado, no pude encontrar ni una sola cara conocida. Y quizá te preguntes cómo podría ser posible que pudiera encontrarme a alguien de mi ciudad si vivo tan lejos, pero hace unos meses vine a tomar un curso, y conocí a una que otra persona. Esperaba encontrármelas de nuevo. Aunque al revisar si el aula era la correcta, y darme cuenta de que no, tuve que ir a encontrar la que sí. Que era del otro lado del edificio. Entré, asegurándome de que ahora sí estuviera en el lugar correcto.
Me senté en la primera fila, a lado de dos chicas. De alguna forma, la que estaba a lado de mi, justo al medio de la mesa, me resultó bastante familiar. Aunque estaba segura de que jamás la había visto antes. Durante todo el día estuvimos presentándonos, diciendo cosas de nosotros que "nadie" supiera. Nuestros hobbies, libros favoritos, y demás. Lo mío sonó algo así:
"Hola, me llamo Esmae Mendel, soy de Fairhope, Alabama, me gusta bailar, leer y ver series de televisión o películas. Mi libro favorito es Violet & Finch de Jennifer Niven".
Lo sé, soné como robot. Pero no hay de qué preocuparse, casi todos sonaron así. Excepto por un chico. Él fue bastante peculiar al finalizar su presentación con un "Y si no lo han notado, soy guapo". Todos reímos en ese momento. Y, de alguna manera, la tensión que había al no conocernos se fue disipando.
Fue un gran último primer día.
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Más allá de ti
Teen FictionLa descripción de una dolorosa ruptura, pero una fuerte y merecida recuperación. Puede ser el inicio de una mejor yo. Además, ¿qué tan mala puede ser la experiencia universitaria?