III

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Los días transcurrieron con normalidad, aún con sus visitantes la rutina del pelirrojo continuo pero siempre otorgando parte de su tiempo al castaño con quien debía unirse en matrimonio.

Por la mañana tenía clase de escritura seguido de cálculo e historia, tenía un descanso para almorzar y beber té con el alfa antes de continuar con las clases de piano y violín que debían terminar antes de la comida en donde durante una hora entera escuchaba a sus padres hablar sobre los preparativos de la boda, viajarían al centro de Londres para casarse en  la iglesia de St Martin in the Fields, ahí se presentarian cientos de familias aristocrátas además de la reina Victoria, sería el evento más importante del año como lo veían los futuros suegros

Sin embargo para el joven omega todo no era más que una terrible molestia o al menos eso pensaría si su negativa al matrimonio hubiera continuado

-Chuuya -

El alfa sentado a su lado sostuvo su mano con completa delicadeza en un intento de llamar su atención y hacerlo volver a la realidad, se percató que lo consiguio cuando esos orbes celestes se encontraron con los suyos reflejando el límite donde la tierra y el océano se encontraban

- ¿todo bien Chuuya? - dijo en un susurro apenas audible para el de menor altura - ¿quieres retirarte?

- sabes que no puedo, debo estar aquí para escuchar los preparativos- de forma incociente se inclinó acortando los pocos centímetros que los separaban - mi padre me mataría...

-Chuuya, ¿hay algo que quieras decirnos? -

Esa voz firme los obligó nuevamente a retomar su postura, sabía que era una falta de respeto murmurar cuando los mayores hablaban sobre un tema tan importante como era su compromiso pero le preocupó más que pudiesen reprender a su futuro esposo por su culpa

- señor lo lamento, a sido por mi que Chuuya se distrajo pero le preguntaba su opinión con relación a los parámetros que han impuesto para nuestra boda, no me parece justo que solo a él no le permitan dar su punto de vista teniendo que conformarse con escuchar-

El mencionado no sabía que responder si su padre le preguntaba sin embargo si habían varias ideas con las que no concordaba con ellos pero realmente ¿quien dejaría hablar a un omega? que estudiara en casa era un lujo para honrar a su futuro esposo pero eso no le brindaba el derecho de sentirse igual que los alfas presentes en el comedor

- tienes razón Dazai kun, dime hijo mío ¿que piensas hasta ahora de la ceremonia? - con su mano lo señalo, no era para recriminarlo al contrario todos parecían interesados en lo que tenía que decir

- bueno... yo... -

- dilo sin tartamudear hijo - esta vez Randou fue quien habló, su madre siempre cuidaba que se mostrará firme para exponer sus ideas pese a que eran contadas las ocasiones en que tenía esa oportunidad

- me gusta la iglesia pero no veo necesario en hacerla una festividad tan grande para la sociedad inglesa, es un honor que en ese día especial para nosostros - entrelazo sus dedos con los del castaño dedicándole una sonrisa sincera - asistan personajes célebres e importantes pero no es necesario que gasten excesivas cantidades de dinero por algo que usaremos una sola vez... además quisiera utilizar un traje blanco no un vestido como es la tradición con las mujeres omegas

- ¿algo más que tengas que decir Chuuya kun? - el azabache lo observo con curiosidad pero no parecia negarse a su solicitud - ¿estas de acuerdo Dazai?

- claro, lo que mi omega decida - llevó su mano a la altura de sus labios depositando un tierno beso sobre sus nudillos

- entonces así se hará, si hay alguna otra cosa que te moleste hijo puedes decirnos- hizo una señal a los sirvientes para que recogieran los platos de la mesa permitiendo que tanto el castaño como el pelirrojo se retiraran

-gracias padre- se puso de pie haciendo una ligera reverencia y caminar al salón principal

Dazai siguió sus pasos y siendo atrevido paso por alto los protocolos establecidos sobre el contacto íntimo que debía haber entre ellos rodeando al pelirrojo por la cintura atrayendolo a su cuerpo una vez se encontraron lejos de las miradas de los mayores, a esas alturas estaba más que seguro que este no iba a alejarlo o golpearlo como ocurrieron los primeros tres días pues su plan de enamorarlo había funcionado casi poseía por completo su corazón

Tenían un mes para terminar de conocerse, un mes antes de que la boda se lleve acabo pero él tenía solo cinco días más para dejar ese sentimiento de necesidad dentro de su omega, si lo conseguía el pelirrojo solo tendria ojos para él y una vez se unan en matrimonio sería más fácil marcarlo sin causarle dolor excesivo

- ven Chuchu hay que ir al jardin-

Por eso no perdería ninguna oportunidad.

Enamorarme De Ti [Soukoku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora