"Vamos a jugar", te digo, mientras miro atentamente tus gestos, tu cara refinada, tus ojos avellana, que sólo miran una pantalla.
"Ahora no, estoy ocupada", me respondes. Y me pregunto, ¿cuántas veces habrás repetido esa frase en la semana? Tendría que restarle importancia y seguir con otra cosa, pero no puedo, porque
Nuestra relación comenzó siendo la mejor, éramos tan unidas, siempre reíamos y estábamos hablando de distintos temas, cuando estabas de mal humor te contaba chistes o anécdotas, logrando que te olvidaras de todo por un momento.
De un momento a otro y sin notarlo todo comenzó a ser monótono, aburrido, ya no te reías tan seguido, estabas más interesada en la pantalla frente a ti que en la persona a tu lado. Dejé de contarte chistes, al parecer alguien más te hacía reír, pero que ciega era, no le daba importancia.
Fuiste a comprar, eso me dijiste, tardaste una hora por una bolsa de pan. No le di importancia, tal vez sólo era que estaba lleno.
Te fuiste de vacaciones con tus amigas, "amor, yo te soy fiel, no tienes de qué preocuparte", fue la frase que me dijiste antes de partir, obviamente te creí, eras mi pareja y había confianza, te iba a creer. También te creí cuando dijiste que el besarte con tu mejor amiga había sido culpa del alcohol y que sólo me amabas a mí.
Pero, claro, que ilusa fui, siempre creyéndote y nunca cuestionando nada, pero todo tu juego terminó cuando 'sin querer' recibí una foto tuya, que al parecer era para otra persona. "Bebé, estoy esperando por ti, ¿ya vienes no?" decía el encabezado de la foto; cuando te había invitado a mi casa pero... tenías planes.Me quedé mirando un punto fijo mientras pensaba qué hacer o qué decir. Te sigo amando, pero al parecer vos te cansaste y decidiste cambiarme por otra persona; y no puedo obligarte a amarme, es algo que ya no funciona más. Me va a doler dejarte ir, pero peor va a ser retenerte cuando ya no existe lo que teníamos, ya no hay rastro de las palabras llenas de amor y las caricias en medio de la noche. Se acabó todo, y terminaste aburriendote por culpa de la rutina... de lo monótona que era nuestra relación.