10| Los dos idiotas que no saben cantar

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Elizabeth

Estábamos desayunando como una familia normal cuando Alena se quedó observando enojada a Jared —su padre—.

—Papi.

—¿Si, cariño? —dice preocupado, jamás la había visto así.

—¿Por que le estabas haciendo daño anoche a mami? —cruza sus bracitos.

—¿De que estas hablando? Sería incapaz.

—Anoche me desperté y escuche unos ruidos raros, tía dijo que esos ruidos son cuando le estás haciendo daño a alguien.

Me atraganto con el café y Carla comienza a reír, observando a su hija.

—Si, Jared. ¿Por qué me estabas haciendo daño?

Mi cuñado se puso rojo de la pena, no quería explicarle eso a su hija, no todavía.

—¿Por que tu tía te hablo de esos ruidos? —pregunta horrorizado.

—Es que anoche colocamos Magic Mike y comenzaron a hacer igual que tu —Jared casi se desmaya y Carla abre los ojos asombrada.

—¿Que ustedes que? ¿Que le hiciste a los ojos puros de mi hija?

Me levanto rápido, agarrando mi abrigo en dirección a la puerta.

—Todo es culpa de Carla, ¡Adiós! —salgo, cerrando la puerta justo a tiempo que Jared miraba a mi hermana en busca de una explicación no culposa.

🍷🍷🍷

Horas más tarde o mejor dicho, ya en la noche, el evento estaba saliendo tal y como se esperaba cuando un mesero pasó a mi lado con una bandeja y una botella de vino junto unas copas llenas. Agarro una agradeciendo sin percatarme de la persona, le doy un sorbo cuando siendo un aliento pegando en mi oreja.

—¿Que te pareció? —ladeó la cabeza, encontrando con la mirada de Blake vestido con camisa blanca de botones y una pajarita blanca, estaba de mesero.

—¿Que haces vestido así? —sonrió, sin duda, esta completamente loco.

—De una u otra forma tenía que entrar al evento, ¿no?

—Si querías una invitación, yo podía dartela.

—Le quitaría lo divertido —levanta sus brazos con indiferencia—. Tengo un saco en la parte de atrás, ya vuelvo.

Sin que se diera cuenta, lo seguí como si de una espía se tratara. Me coloqué en la puerta del vestidor, observando como se quitaba la camisa y sus músculos se tensaban. La foto que ví en su Instagram no le hacía justicia, en vivo se veía muchísimo mejor; sintiéndome como una ladrona a punto de ser encontrada agarrando una manzana, me aleje al darme cuenta que vestía de nuevo su camisa junto un saco azul con corbata negra.

Blake

Salí del vestidor arreglándome el saco cuando veo a lo lejos a un hombre trajeado con tatuajes hablando con Elizabeth.

¿Y ese quien es? Digo para mi mismo.

Tu competencia.

Me acerco a ellos y reconozco quien es el personaje. Sebastián Ricaurte, mi rival tanto en mujeres como en los vinos.

Veo a la castaña incómoda, entonces decido actuar, la agarro de la cintura, pegándola a mi pecho, sorprendiéndola.

—¿Todo bien, amor? —digo, conectando mis ojos con los de Ricaurte para darle a entender que está en propiedad privada.

Nuestro loco y raro amor [ COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora