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Confusión, cansancio, dolor, todo se junta sobre su pequeño cuerpo que lo deja casi hecho un trapo usado, los parpados pesan, cuesta mover los dedos, y su cabeza está nublada por el desconcierto y el olvido, como si todo fuera un sueño lejano del que sólo quedaran imágenes vagas que son difíciles de visualizar.

Hasta qué escuchó claramente una voz, una voz rota, arremetida de la mayor preocupación que alboroto su corazón de la angustia que le trasmitía semejante tono, lo regresa a la vida, una voz que reconocería donde fuera.

La voz de su madre.

— ¿Deportará pronto?

Luego se suma otra, más grave, parecía inteligente a los oídos de Fred.

—No sabría darle un tiempo exacto señora Fazbear, su cuerpo está respondiendo a su ritmo a los dones de Hitsu Bon y necesita mucha energía para reparar los daños causados internamente, por favor mantenga la calma, tiene una buena señal en sus signos vitales y los exámenes no muestra algo preocupante, algo impresionante dado el escenario encontrado, a pesar de su corta edad Fred ha demostrado poseer una resistencia admirable y un proceso de curación muy peculiar, creemos que él podría estar desarrollando una resistencia creciente, cada vez que sufra un daño mayor al que es capaz de resistir, su cuerpo se recuperará para ser capaz de soportar eso y más de lo recibido a futuro, quiero decir, a pesar de este terrible suceso ahora él podría soportar mucho más al terminar de recuperarse por completo. Salvó muchas vidas al entretener a Killer de aquella forma.

— ¿E-Entretener dice usted? ¿Entretener?! —Gritó histérica— ¡Uso a mi hijo como saco de boxeo y usted dice que fue lo mejor?! ¿Qué diablos tiene en la cabeza?!

—P-Perdóneme, no era mi intención decir que...

— ¡Cierre la boca! —Vocifero la mayor con total indignación, mandando al diablo la ética de buena heroína— ¡Él es sólo un niño! ¡Un niño!

Otra voz, una mujer.

—Por favor Lady Bear, entendemos, lamento mucho el comentario de mi compañero, no era lo más sensato, le aseguramos que la salud y bienestar de Fred es lo más importante para todo personal médico, ante todo queremos que él se recupere y vuelva a casa con usted como debe ser.

Casa, calor, comida.

—Ma... mamá... —Habló casi sin aliento, luchando por abrir los ojos, la luz blanca sobre él era tan molesta, y todo desenfocado no mejoraba la situación.

Siente que de inmediato toman sus manos, y una figura se posa sobre él.

— ¡Fred! Fred... mi cielo, aquí estoy, aquí estoy cariño, m-mamá está aquí... —Dijo a prisas, con la voz rompiéndose con cada palabra, besando sus manitas y acunándolas en las suyas para darles calor, su pequeño estaba tan frio.

—Mamá... d-duele... —Se quejó, queriendo con desespero que esa imagen desenfocada se aclarara y viera a la mayor— Todo duele...

Eso sólo le rompía más el corazón a la señora Fazbear, su hijo, en una camilla de hospital, sus bellas mejillas ahora estropeadas por costes, moretones, su cuerpo vendado, pelo sucio, conectado a varias máquinas monitoreando cada segundo sus latidos y respiración, con el suero pasando por sus venas dejándolo tan incapacitado que daba un completo dolor en el pecho y trancaba su garganta de la angustia.

—Lo sé... —Dice casi al borde del llanto— Lo sé cielo, sé que duele mucho, pero tú eres fuerte ¿cierto? Saldrás de esto... —Le aseguró— ¿No pueden darle algo para el dolor? no es necesario hacerlo pasar por más... —Reclamó, con un tono diferente, la fragilidad fue remplazada por rudeza.

VULNERABLE | #HeroFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora