Todo el mundo vive en su rutina, ya nadie prende las luces, no son necesarias al tener la luz de la pantalla, solo salen de casa aquellos que trabajan en áreas asociadas a la tecnología… (el 90% de los trabajos) los demás existen dentro sin acomplejarse, digo existir ya que quien no aprecie la nueva belleza no está viviendo su vida.
Me concentraré en un edificio de Japón, 30 pisos de sociedad muerta, cero interacciones, pasillos polvorientos y monocromáticos, cero luces, nada.
Nada a excepción del piso 7, nadie sabe de qué habitación nadie se molestó en preguntar y simplemente deseaban no tener cerca al psicópata, no escribo de tú psicópata del presente, sino de mi psicópata en esta realidad, una realidad donde ya no dominas tu propia vida,
Este psicópata salía cada noche de su habitación y subía a la azotea y se sentaba en el bordillo del edifico, se pasaba ahí la noche para finalmente devolverse a su rutina durante el día.Pasaba horas simplemente observando su mundo, sin preocuparse de los demás, quienes creían que era un suicida que simplemente no era lo suficientemente valiente como para quitarse la vida, al volver sus vecinos de alguna manera muertos solo sentían su sombra por debajo de las puertas recorriendo los pasillos en busca de quien sabe qué cosa.
Continuará…