Advertencia.

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Angélica Monroe se tiró con pesadez al sofá que se encontraba en la sala de su casa. Echó la cabeza hacia atrás con tal de poder relajarse. Pero no lo logró, seguía intranquila.

Con la mirada recorrió su entorno y cuando encontró su objetivo, tomó el control y encendió el televisor. Comenzó a hacer zapping por los canales hasta que un documental llamó su atención.

Luego de media hora fijó sus ojos en el reloj que reposaba en lo alto de la pared. 6:47. Suspiró, sus padres todavía seguían en el funeral.

¡Claro! El funeral de su "adorado" Tío, hermano de su madre.

Sus pensamientos se guiaron hacia ese tema.

Pff, esa persona no merece ser llamado su Tío, ni siquiera merecía haber nacido.

¿Cómo pudo llegar a la Tierra una persona que era capaz de amenazar y violar a sus familiares?

Botó una lágrima.

Su prima, Meredith Stone, fue violada por su propio padre, es decir el tío de Angélica, y a los tres meses del suceso, su dañada mente de trece años no lo había soportado y se había suicidado ahogándose en el lago de la propiedad que poseía la familia.

De eso ya habían pasado dos años, y Angélica había quedado resentida, porque aquella familiar era su mejor amiga, era su confidente, su soporte, en todo.

Antes de morir, Meredith le había contado todo esto a su prima y le había confesado que pensaba acabar con su vida, Angélica le había rogado que no lo hiciera, que siguiera con su vida y que impidiera que le diera el gusto a ese horrible señor, Meredith había llorado y se habían consolado juntas. Angélica se había convencido de que eso la había echo entrar en razón.

Ya ven que no.

Un año de la muerte de Meredith, Angélica se hartó de su propio silencio. Desafió a su madre y le contó con lujo de detalles, la última conversación que tuvo con su prima.

Obviamente, la ceguera incondicional de hermanos, había echo que la madre de Angélica defendiera al desgraciado e insultara, como nunca, a su única hija, incluso esa vez fue cuando ella misma había osado con levantarle la mano y había dejado con marca la mejilla de Angélica.

Después del suceso, la noticia de la confrontación había fluido por la familia y había llegado a los oídos del asqueroso culpable de todo. Qué, con tal de salvar su pellejo, dejó sobre la cama de su sobrina una nota de advertencia, y que ella vio un día, al volver del colegio.

"O cierras tu linda boca, o abrirás tus piernas para mí. Y lo disfrutarás, al igual que lo hizo tu prima"

Lloró y lloró, como por dos semana hasta que recibió una noticia que le alegró profundamente. Su tío había enfermado de un virus mortal, y no iba a sobrevivir.

El pobre quedó postrado en cama y no pudo si quiera cumplir su amenaza, y como leyeron anteriormente, ahora realizaban su funeral.

Angélica dejó sus recuerdos de lado y se centró nuevamente en el documental. Pero no duró mucho porque sus ojos pesaron y lentamente se quedó dormida.


Una caricia áspera atormentó su tobillo y luego, con firmeza, ascendió por su pantorrilla hasta su muslo. Subió y bajo unos segundos por este y luego se presionó con fuerza en su entrepierna. 

Angélica se despertó agitada. Sudaba y su respiración era irregular. Había sido una pesadilla, solo una pesadilla. Estas palabras rondaban por su mente intentando convencerse de que eran ciertas, y es que esa mano mugrienta se había sentido tan real por su pierna.

Respiró profundo y miró la hora. 8:17. Había dormido cómo por una hora y media. Uff. ¿Y sus padres? ¿Habrán llegado?

-¡Mamá!¡Papá!

No recibió respuesta. Bueno, se dijo encogiéndose de hombros, acabo de gritarle a la nada. Así que pasando por el armario del pasillo y por su cuarto, agarró una toalla y ropa de dormir respectivamente. Total, al día siguiente tenía escuela y así aprovechaba de ir a la cama temprano en vez de esperar a sus padres para hacerlo.

Llegado al cuarto de baño, dejó sus cosas en una esquina de  la habitación. Se disponía a prender la ducha cuando, de improvisto, la luz del baño explotó en mil pedazos. 

Angélica, irritada, fue hacia el comedor en busca de otra ampolleta, era de noche así que eran necesarias. Cuando vio que la última ampolleta que quedaba estaba en la repisa más alta trato de empinarse en sus pequeños pies, ya que, a pesar de tener quince años, era baja de estatura. 

Estaba logrando rozar la ampolleta cuando sintió una mano helada pasearse por debajo de su camiseta, tocar su estomago y llegar hasta sus  pechos. Sobresaltado se apartó con rapidez de esa sensación haciendo, además, que la ampolleta cayese y se quebrase.

No puede ser, se lamentó internamente, ¡era la última que quedaba!

 Respiró profundo, tratando de relajarse y se resignó. Tendría que bañarse a oscuras, no era que le diese miedo la oscuridad pero no era cómoda la situación. 

Fue al cuarto de baño y poniendo la linterna de su celular en el lavabo, comenzó a desnudarse para empezar su ducha.

Pero la cosa no fue bien, ya entrada en la ducha comenzó a sentir pasos, fuera del baño. Sentía además de que algo la vigilaba desde algún lugar apartado, y eso no es agradable si uno no tiene ropa en cima. Todas estas sensaciones la puso paranoica, trataba de calmarse diciéndose que no podía haber nadie en la casa, estaba todo cerrado con llave, sus padres no habían llegado y no había escuchado alguna puerta o ventana abriéndose como para intuir que un ladrón entró a la casa, pero de todas formas presentía que en cualquier momento la cortina se abriría y alguien iba a aparecer con una sonrisa macabra.

Siguió enjabonándose y enjuagándose, sin dejar de notar los acelerados latidos de su corazón y el miedo que ya se había apoderado de ella y ahora era más difícil dejarlo ir. Respiró profundo y metió su cabeza en el chorro de agua tibia, cerrando los ojos, tratando de disfrutar a pesar de las sensaciones de su interior.

Cuando abrió los ojos, pudo notar como en la penumbra unos ojos oscuros la miraban y esa sonrisa macabra que ella había previsto se encontraba delante suyo. Pero el rostro también presentaba signos de deseo y lujuria frente al cuerpo joven y desnudo.

El rostro era de su tío.

Su tío muerto.

Pegó un grito que le desgarró la garganta, que reflejaba el agonizante miedo que había estado sintiendo y que ahora se liberaba de forma espeluznante y horrible.

Ese grito fue silenciado por la oscuridad del baño, camuflado por las cortinas y presenciado por las sombras que se alzaban por la ducha.

Angélica resbaló hacia atrás por la impresión de aquel rostro. Su cabeza golpeó con una de las llaves para regular el agua, provocando un traumatismo encéfalo craneano (Tec) cerrado, donde la sangre no alcanzó a salir de su cabeza pero se derramó por dentro, provocando le una muerte en minutos.

Cuando su familia llegó y la encontró fría y sin vida, asumieron el hecho como un accidente, la joven presentaba el tec cerrado y algunos moratones horribles por la piel, claros signos de su caída. El agua estaba dada, y sus piernas... Abiertas, como la advertencia de su tío.

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Hola. Estoy viva... O eso creo jsdkadj

No quiero alargarme dando explicaciones así que solo digo que estuve verdaderamente muy ocupada.

Al menos, esta ya es la cuarta historia de terror que les traigo.

No si es tan buena como las anteriores, pero me he esforzado por dejarla lo más clara posible.

No sep, eso, espero que les guste! y comenten que temas quieren, porque a mi en lo personal me encanta esto de la violaciones, veré si puedo hacer algo de sicosis mental y algún asesinato. Pero bueno, no adelanto más. Así que, cuídense, los fantasmas también violan sjdksadka

Los quiere, y se disculpa..

~Connie Bl.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2015 ⏰

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