Suena la alarma. - Un día más- me digo tratando de abrir los ojos a regañadientes. - Si no me hubiera quedado despierta hasta tarde, no estaría sufriendo con levantarme a esta hora.
Mi nombre es Alexis, soy una joven de 23 años, recién egresada de la Universidad, soy la más pequeña de los 4 hermanos. Soy el orgullo de mi madre, quien nunca imagino que su pequeña pudiese llegar tan lejos y se convirtiera en lo que es ahora, la ingeniera de la familia.
No soy nada especial, soy de baja estatura, cabello castaño, ojos marrones, tez clara y a diferencia de la mayoría de las chicas de mi edad, tengo unos kilos de más. Mi autoestima, no es la mejor en esos momentos, acabo de terminar una relación amorosa de la peor manera, robándome está, la sonrisa y el brillo que siempre había tenido.
Quizá no tenga el mejor de los trabajos, pero con el que tengo, gano lo suficiente para poder ayudar a mi familia.
¡Alexis! - grito mi madre desde la cocina - como siempre tarde, tu de verdad no entiendes, ya te dije que debes dormir bien, ¿Qué no te da vergüenza llegar todos los días tarde a la oficina?
- Ya mamá, tu siempre con tus reclamos, a demás anoche si me dormí temprano, es solo que estaba durmiendo demasiado bien como para interrumpir mi sueño, hasta que la bendita alarma tuvo que sonar.
-Bueno, como sea. Ya te he puesto la comida, así no tendrás que comprar, acuerdate de llevar tu botella de agua.
- Si mamá, lo que tu digas - lanzo una sonrisa a mi madre que de igual manera me la devuelve - Bueno ya me voy, porque es tarde y luego el tráfico se pone horrible.
Tomó mis cosas y corro a despedirme con un beso de mi madre quien me dice que vaya con cuidado y que le avise cuando llegue.
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Durante el trayecto a la oficina, me dispongo a escuchar música, ya que la mayoría de los pasajeros del bus van dormidos esperando llegar al destino, algunos otros platicando como había ido el día anterior, y yo solo deseando olvidarme de todo lo que hay a mi al rededor. Saco el móvil bastante viejo para la época y le conecto los audífonos, me los colocó en los oídos que están siendo torturados por el ruido exterior, pongo play a la música y mi cerebro comienza a inundarse con Somewhere Only we know, quizá no la mejor elección para ese día, ya que esa canción me recordaba a él, a Felipe.Cuando me dispongo a cambiar la canción, algo en mi interior me lo impide, y casi forzándome abro el buzón de mensajes, y ahí estaban, todas y cada una de las promesas e ilusiones rotas que me había dejado Felipe en ellos. Comenzaba a leerlas una y otra vez, preguntándome ¿Por qué no podía borrarlas? ¿Por qué no podía olvidarme de él?, ¿será que a pesar de todo el llanto y dolor que este dejó no era suficiente para poder odiarlo por lo que había me había hecho?, mis ojos se inundaban de lagrimas cada vez que leía esas lineas escritas por él, recordando todos los momentos que pasamos juntos, todos y cada uno de los planes que teníamos, pero yo no era capaz de entender que todo eso ya no existía.
Sin darme cuenta, el bus llego a la ultima parada, limpie mis ojos, esperando que nadie me hubiese visto así, era casi imposible no darse cuenta al mirar el rostro marchito que yo tenia. Mire la hora en el celular y me di cuenta que no era tan tarde como de costumbre, aun así, me dispuse a buscar un taxi para que me llevara directo a la oficina, por suerte el sitio estaba a unos cuantos pasos, me acerque y me subí.
-Buenos días don Carlos - Dije al conductor. Un señor mayor de aproximadamente 60 años, que a menudo me llevaba al trabajo y el cual, siempre se había portado como un amigo conmigo, me daba consejos y cada uno nos platicábamos nuestras cosas a manera de desahogo, formando asi un lazo de amistad y confianza.
-Buen día niña, ¿Hoy no te has quedado dormida, cierto? - soltó una carcajada.
-Pues al parecer por la hora, creo que no- sonreí - Que suerte tuve de encontrarlo, a esta hora, nunca esta por aquí, y siendo sincera nadie me da tanta confianza como usted.
-Ya sabes que no tienes de que preocuparte, todos los conductores son muy buenas personas, o bueno, casi la mayoría. - se carcajeo una vez más. - Bueno, quizá suene algo entrometido, pero como vas con el asunto ese, ¿Ya estas mejor?
-No se preocupe don Carlos, hace días a que no hablo de esto con nadie, desde la ultima vez que hable con usted, siendo sincera. Usted siempre se comporta de manera imparcial ante la situación y me da su punto de vista, pero en esta ocasión no quisiera hablar de ello.
-Si así lo prefieres, no pregunto más - dijo el anciano, y continuo conduciendo en silencio.
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Gracias por el viaje, espero verlo pronto- dije al despedirme de don Carlos, quien solo esbozo una sonrisa, se despido haciendo un gesto con la mano, y se marchó.
Toque el timbre de la empresa y al entrar a la oficina, mi compañero Daniel me intercepto.
-Hola amiguita, buenos días, tenemos pendientes, crees que puedas ayudarme, es que no entiendo que es lo que quiere Satanas - así era como llamamos a nuestro Jefe. El Ingeniero Miguel Aldana.
No te preocupes- dije. Déjame entrar y dejar mis cosas y vuelvo a ayudarte, ademas no me estoy sintiendo nada bien.
-Se te nota, parece que no has dormido nada.
-¿Y quién puede hacerlo?, con el estrés de estar aquí y recibiendo malos tratos por parte de aquel- señalando la puerta del Ingeniero- ni ganas dan de venir, en fin, ya vengo. Ahora nos vemos- digo mientras cada uno nos marchamos a nuestra respectiva oficina.
Deje el bolso en una de las sillas de la entrada, me senté y enciendí el ordenador, abrí mi e-mail y chequé la bandeja de entrada, leí los pendientes, algunos los contesté y otros mas los ignoré, minimizé la pantalla y abri una pestaña en el buscador, inicié sesión en la red social de moda, comencé a deslizar las noticias, nada bueno en ellas, solo memes y videos. No hay mas que ver. Pero, siempre el mismo pero. No pude cerrar la pagina sin antes no a ver visto su perfil, no sin antes ver la ultima foto que ha publicado, solo quiero verla, como todo Stalker, esperando ver la ultima publicación, pero sin hacer ningún comentario, sin siquiera reaccionar. Coloque en la parte superior del buscador: Felipe Guzmán, di clic a buscar, pero en esta ocasión, no arrojó ningún resultado.
Mi corazón se aceleró, se me inundaron los ojos por segunda vez en el día, me quedé sentada con el cuerpo rígido y la vista fija a la pantalla diciendo para mí misma. -Me ha bloqueado, Felipe me ha bloqueado.
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Volver a Amar
Non-FictionNarra la historia de una Chica llamada Alexis, que descubre el amor a través de Internet. Alexis conoce a un chico llamado Ronny que vive no sólo en otro país, si no que en otro contienente, del cual cree estar enamorada perdidamente al igual que él...