Era el día de su boda. El día mas feliz de su vida. Se moría de los nervios, pronto se casaría con el hombre de su vida, pronto seria la señora Uchiha. La esposa de sasuke Uchiha el vengador de la aldea. Recordaba que hace muchos año ni siquiera pensaba en verse casada con el vengador, pero de alguna manera e se gano su corazón y ella el suyo.
- Oneesan! te ves hermosa - Hanabi entro a la habitación mirando a la futura esposa, realmente este era el día mas feliz de su vida todos su familia y amigos estaban ahí para acompañarla - Gracias, Hanabi- chan - Le sonrió. Un brillo en sus ojos se hizo presente el los ojos de la ojiperla menor, "La sonrisa de su hermana era real mente hermosa" eran los pensamientos de Hanabi - Y dime, en donde esta el Uchiha!.
A Hanabi nunca le cayo muy bien Sasuke, le parecía muy tonto, aburrido y amargado como para ella. Decía que parecía emo, o al menos eso decía su hermana - Sasuke-kun debe estar alistando su traje, con Naruto-kun - Se sonrojo al pensar en su futuro esposo. Hanabi puso una sonrisa amarga, queria ver a su hermana feliz pero simplemente ese hombre no le parecía - Vamos, hanabi-chan, Sasuke-kun no es tan malo, el es muy amable, el me escucha y dice que me ama - Hanabi sonrió, quería ver a su hermana feliz y si tenia que fingir, lo haría, con tal de ver sonreír a su hermana. La puerta se abrió, rebelando a el padre de las dos ojiperlas.
Las dos Ojiperlas voltearon a mirar a su progenitor. Los tres sonrieron. Pocas veces podían ver a Hiashi Hyuga sonreír, esta era una de esas beses. Fuera de lo que todos creían Hiashi estaba contento con el matrimonio de su hija y el Uchiha. El podía ser muy duro con ellas, pero el quería que ella fueran felices - Te vez como tu madre - Los ojos perlas del hombre se volvieron cristalinos. Las pequeñas lagrimas amenazaban con salir de los ojos del hombre - Verdad que si! le queda muy bien el vestido - Hiashi asintió. Para después mirar a Hanabi, diciéndole con los ojos, que se retirara un momento.
- Te vez como tu madre - Sorprendente mente el fue el que rompió el silencio - Hinata, quiero disculparme por como me porte, hace años, solo quería que fueras fuerte para que te puedas defender sola, pero me di cuanta de que tu ya eras fuerte. Quizá hasta mas fuerte que yo - La cara de Hinata era de sorpresa no pensaba que su padre pensaba eso de ella - Padre, no tienes nada de que disculparte, yo entiendo que solo querías hacerme fuerte.
- Su padre no fue el mismo, después de que su madre murió, El se sumergió en una profunda tristeza que guardaba tras una temple frió , nunca pudo expresar sus emociones o mas bien no quería. Su madre lo volvía mas abierto a expresar sus emociones - Lo hice, pero no de una buena manera, yo no quería hacerte daño, ere mi hija y yo tu padre, mi deber era protegerte, no hacerte daño - una pequeña lagrima se escapo uno de los ojos perla de hombre. La chica se dio cuenta de ese detalle. La mano de el mayor se extendió.
- Vamos, no queremos hacer esperar a el novio - Los dos ojiperlas caminaron hasta el altar. Donde estaba un pelinegro, su futuro esposo la miro con esos ojos oscuros que parecían ver a trabes de ella. El le sonrió, esa sonrisa que la hizo enamorarse de el.
...
- Sasuke Uchiha aceptas a Hinata Hyuga como tu futura esposa. Amarla y respetarla apoyarse en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe - dijo el padre.
- ... si... acepto.
- Hinata Hyuga aceptas a Sasuke Uchiha como tu futuro esposo. Amarlo y respetarlo apoyarse en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe - Repitió el padre ahora para hinata.
- Si acepto - La sonrisa de la ahora señora Uchiha pareció iluminar toda la iglesia.
- Ya puede besar a la novia.
Los dos ahora esposos se dieron un beso tierno pero lleno de amor. Ahora ellos estaban casados. Este era su Felices por siempre.
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Felices para siempre, que mentira
FanfictionSu vida era perfecta, era como un sueño, tenia a una persona que la amaba. Por fin parecía que sus días ya no eran grises, si no que estaba llenos de luz y felicidad. Podía decir con confianza que eran el matrimonio perfecto. O eso creía, hasta ese...