Su vida era perfecta, era como un sueño, tenia a una persona que la amaba. Por fin parecía que sus días ya no eran grises, si no que estaba llenos de luz y felicidad. Podía decir con confianza que eran el matrimonio perfecto.
O eso creía, hasta ese...
- Oneesan, siéntate - nerviosa - tengo algo que decirte...-
Su hermana obedeció. Las dos ojiperlas estaban frente a frente, la tensión se podía cortar con un cuchillo - Oneesan...- Si le decía no sabia como reaccionaria no quería ver a su hermana llorar, no quería que sufriera quizá la mentira seria mejor, que la verdad, al menos por un tiempo. No tenía el coraje para ver a su hermana sufrir.
- Que pasa Hanabi-chan? - la voz de su hermana la hizo sentir mas culpable. "No le diré nada por un tiempo, no hasta que el Uchiha sufriera lo suficiente "
- No... no pasa nada Oneesan, quiero comprar un vestido para la cena, puedes ir conmigo? - le dio una sonrisa forzada para tranquilizar a su hermana " Desde cuando le miento a mi hermana?"
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La castaña caminaba de un lado a otro en sus habitación, pensando en todos los problemas que ocasionaría que esos rumores sean reales. De pronto el rostro de su progenitor llego a su mente - Padre! - ella se sentó en el borde de su cama.
" No se que podría hacer mi padre si se entera de los rumores, espero que no le haga nada a mi Oneesan" mordió la uña del pulgar, tratando de pensar en una solución " fingiré que no escuche nada, pero voy averiguar quien es la amante de el Uchiha"
Dirigió su mirada perlada, a un hermoso y lujoso vestido, que estaba colgado en el armario "Hoy jugaré a la ser tu dulce cuñada, Uchiha Sasuke"
Hanabi miro su reflejo en el espejo, se veía hermosa, pero esa expresión de preocupación no desaparecía - Hanabi-sama, su padre la espera - la maid la saco de sus pensamientos - Ahora voy.
♡♡♡
El se acerco a las espaldas de la mujer para abrazarla - Hime, te ayudo en algo? - el le dio un beso en la mejilla, mientras la envolvía en sus brazos - S-sasuke-kun! - La ojiperla se sobre exaltó, ante la cercanía de su esposo, sus mejillas ardieron al rojo vivo, sus corazón empezó a latir sin control. El timbre sonó, repetidas veces distrayendo a la pareja de pelinegros. El pelinegro se separo de la chica, que estaba recuperando el aliento - Voy a ver quien es - Hinata continuo con la tarea que estaba haciendo.
En la entrada de la casa Uchiha, la puerta era abierta dejando ver a la pareja de Uzumaki's. El animado rubio tenía una gran sonrisa en el rostro mientras que la pelirosa solo daba una sonrisa coqueta a el Uchiha - Teme! en donde esta hinata-chan? ya quiero probar su comida- El rubio puso uno de sus brazos al rededor de el hombre de el Uchiha mientas caminaba a el comedor, siendo seguidos por por la pelirosa.
- Hinata-chan! preparaste ramen! - La mencionada se quito el pequeño mandil blanco dejándolo en una silla, para después hacer una reverencia a la la pareja Uzumaki - Naruto-kun, Sakura-san, bienvenidos - Ella sonrió con dulzura, contenta de ver a sus amigos.
- Hinata, me encanta como te vez.
" No puedo creer que tiene puesto, se que no se esforzó un poco"
Sakura, ante los ojos inocentes de Hinata, una mujer muy buena y noble - Gracias, sakura-san tu también te vez hermosa.
- De verdad? Yo creo que te ves mucho mejor tu. Sakura tenía una vestido rojo que llegaba por arriba de las rodillas, era un vestido bastante pegado que resaltaba su bien formado y lindo trasero así como su cintura.
"Jamás alguien como ella se bería mejor que yo"
La pelirosa, criticaba de pies a cabeza, a la peliazul, quien no le pasaban por la mente, los pensamientos tan malos que tenía Sakura, de su persona.
- Siéntense, mientras los demás invitados vienen- dijo amable la peliazul, mientras se marchaba a la cosina.
Los dos hombres "platicaban" de cosas triviales, mientras esperaban a qué los demás llegaran. Naruto dirijia la la plática con energía, mientras en azabache solo asentía, o negaba y de vez en cuando, soltaba una que otra palabra.
Naruto no se percataba de los toqueteos y caricias, de bajo de la mesa departe de su "amigo" y esposa. Era tal su cinismo, al hacerlo en frente de alguien, y hacer como si no pasará nada.
De pronto, el timbre de la casa sonó, distrayendo a los dos cómplices.
- hinata- chan, voy yo no te preocupes! - dijo el rubio ya estando en la puerta.
- Hanabi- chan! No sabía que vendrías - abrazo a la menor como si no la ubierá visto en mi ho tiempo.
- Te estábamos esperando! - la castaña sonrió, la avía duda que como las bienvenidas de Naruto no avían dos.
- Encerio? Tu y quienes más? - hanabi trataba de averiguar, si la singular esposa de el rubio, avía venido con el.
- Bueno... Solo estamos sasuke, Sakura y Hinata- chan. Dijo mientras se rascaba la nuca tratando de recordar.
- Ya veo, iré a saludar - caminó a dónde estaba si hermana, dejando a el rubio atrás.
Horas más tarde...
Los amigos más cercanos de la pareja, ya avían llegado. Y estaban reunidos en el gran jardín de la casa Uchiha/Hyuga. Convivían, y contaban las anécdotas más graciosas, de aquellos tiempos de juventud. Un ambiente de nostalgia, se sentía en el aire. Todos ya estaban formando sus familias, algunos incluso ya tenían hijos o estaban pensando en tenerlos.
Ese echó, hizo que hinata se pusiera a pensar en su futuro, Y en el futuro de su matrimonio. ¿Que harian en unos años? Ya se avían tomado un tiempo para disfrutar de su matrimonio. Cómo lo sugirió Sasuke.
Pero ella quería dar un paso más, quizá pensar en la posibilidad de tener un hijo o Dos. A Hinata se le pintó un sonrisa en el rostro, al pensar en un pequeño Sasuke, recorriendo los pasillos de la casa, con curiosidad, en ella enseñandole sus primeras palabras, enseñarle a caminar, ver sus primeros pasos y que durante la noche ver a su amado arrullando a su pequeño bebé en sus brazos.
Pero lastimosamente a Sasuke no le gusta la idea, la última vez que lo platicaron el le dijo que aún era muy pronto para éso. A pesar de eso lo comprendía, quizá tenía miedo de tener un hijo, después de tener tantos traumas en su infancia, no quería que pase por lo mismo.
♡♡♡
Adentro de la casa, sin que nadie los viera entrar, los dos amantes se daban caricias, y besos descontrolados por todo el cuerpo. Sus cuerpos sudados y desnudos se rodaban con lujuria. Los gemidos de placer de la pelirosa, se escuchaban por toda la aviación. Sin duda, a ninguno de los dos, les importaba si alguien los escuchara.
Solo se dejaban llevar por el momento, y el cuarto de el matrimonio Uchiha, les pareció un lugar exelente para consumar su amor.
- S-sasuke-kun!! - gimió la pelirosa, en el momento en el que el pelinegro vacío su semilla en ella.
- S-sakura - gimió roncó el azabache, satisfecho, mientras la pelirosa se acostaba en su dorso.
Ninguno de los dos amantes, sabía que una castaña, observo con asco y enojo su acto desleal.
Ella los avía seguido justo en el momento, en que los dos se retiraban dicisimiladamente, de la reunión.
Y ahora avía confirmado que los rumores eran ciertos.
