3. Tóxico (Primera parte)

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El chofer llegó por mí en menos de lo que cantaba un gallo

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El chofer llegó por mí en menos de lo que cantaba un gallo. Cuando llamé a mi nana Paty comentándole sobre el “pequeño incidente” que tuve entrenando y que debía descansar por lo menos dos días en casa, ella se apresuró a decirle a Brad, el chofer, que viniera por mí a la universidad.

«— ¿Cómo que un incidente, niña?— Me había dicho, haciendo notar su preocupación. Reí suavemente al escucharla, entonces ella volvió a hablar. —¿Estas mintiendo, Cory? Porque si lo estás haciendo le diré a tu madre que te castigue por mentirosa.

—No, nani, sabes que jamás te mentiría a ti— Le aseguré componiéndome y sentándome bajo la sombra de un árbol, justo en una banca blanca. —Pasa que he estado ensimismada y he hecho mal el brinco mortal.

—Supongo que por eso le llaman brinco mortal— Dedujo ella. —Ay, peque, ¿Y qué necesitas que haga mi niña?

Suspiré

—¿Puedes decirle a Bradley que venga por mí? Estaré esperándolo fuera del edificio principal.

La escuché hablarle después de escucharme, diciéndole que se apurara y dejara el desayuno para después, eso me hizo sentir mal por haberle robado su tiempo para comer. Quise decirle que podía pedir un libre o un Uber, pero se negó.

—¿Cómo crees que dejaré que te vayas en un auto desconocido? No, Kassie, Bradley ya va en camino por ti, espéralo ahí y nos vemos aquí».

No tuve más remedio que esperar a Brad, pues si le llevaba la contraria a Patricia Moreau, haría que mis oídos sangraran escuchando su música francesa... Ella era la mejor amiga de mi madre, hace unos cuatro años perdió a su marido, nadie sabe cómo o porque perdió la vida, ella tampoco mencionaba mucho sobre él, quizás le seguía doliendo la muerte de su marido, no sé, solía creer que cuando una persona pierde a quien amaba tanto, desligarse de su recuerdo no sería fácil, pero poco entendía de ello, solo había vivido la muerte de un familiar cuando estaba pequeña y dolió, claro que lo hizo, pero no fue intenso, no afecto mi vida después de ello, así que no conocía en realidad lo que era perder a alguien realmente importante y valioso para mí.

El chofer estacionó el Ashton Martin cerca del árbol, del auto bajó un hombre entrajetado, con corbata y gorra negra tipo boina que le favorecía mucho. Bradley no era viejo, de hecho, era ese tipo de chofer con el que podrías tener sueños húmedos. Sus ojos eran negros, tan oscuros y profundos que podías sentir su mirada desde lejos; tenía cabello negro y sus rasgos asiáticos lo hacían notable entre las personas de Madrid.

Y para ser honesta, Bradley no tenía pinta de chófer, más bien, parecía de los que se sentaban en la parte de atrás y daba órdenes, así como mi padre, o Ithiel.

—Señorita, Cory— Saludó, yo le sonreí amable. Él me abrió la puerta trasera del auto y esperó a que subiera para hacerlo él también.

Era serio, nunca decía más de lo que preguntaban o siquiera trataba de hacer conversación, lo que me parecía extraño, pero trataba de no darle mucha importancia, quizás solamente era muy reservado consigo mismo y solo quería hacer su trabajo como era debido.

Corazones Tempestuosos (AQM I) (PGP2024)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora