46. Resurgir al alba p2

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13 DE AGOSTO DEL 2020

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13 DE AGOSTO DEL 2020.

Cory Shane.

El día anterior, mi padre había localizado a Ithiel, pero lamentablemente, las horas de visita habían terminado, y no pude verlo. Sin embargo, cuando abrí los ojos esa mañana, me encontré con una grata sorpresa. Él yacía a mi lado con un ramo de bugambilias y tulipanes morados.

—Buenos días, hermosa— saludó, ofreciéndome el ramo con una sonrisa tierna.

—Parece que quieres llenar la habitación de flores— inquirí, una mezcla de sorpresa y cariño en mi voz, mientras observaba cómo las flores se destacaban contra la luz tenue de la mañana.

—Si quieres, puedo pedir que traigan 100 docenas más— contestó, su mirada fija en la mía. —No sería ningún problema complacerte en todo lo que me pidas.

Sentí un nudo en la garganta. Era un gesto tan hermoso y sincero que me conmovió profundamente. Dejé el ramo con cuidado en la mesita junto a la cama y me acomodé para estar semi-sentada.

—Es un gesto muy lindo de tu parte, pero no hace falta— aseguré, buscando sus ojos con los míos. —Caritshma me lo contó todo. Sé que, a pesar de las advertencias de mi padre, has estado aquí para mí todo este tiempo. Y te lo agradezco mucho.

La expresión en su rostro cambió, y pude ver la sinceridad en sus ojos. Había una mezcla de alivio y cariño en su mirada.

—Solo quería asegurarme de que estarías bien— confesó con voz suave, pero el dolor en su mirada se hizo palpable al continuar. —No fue fácil verte inconsciente. Cada día que pasabas sin despertar era un día más de tortura al pensar que podría perderte de nuevo.

Mis sentimientos se agolparon en mi pecho. Sé que no era la primera vez que lo veía vulnerable, pero si era la primera vez que me compartía su sentir sin tener que insistirle. No necesité decir nada, mi mirada fue capaz de demostrarle lo que me hicieron sentir sus palabras. Estaba agradecida con él por haber permanecido a mi lado, pero me sentía miserable por el simple hecho de saber que mi accidente pudo haberle recordado su pasado con Melissa.

Durante los segundos que pasamos en silencio, solo pensaba en quitarme la intravenosa y levantarme de la cama para abrazarle, y hacerle ver que no estaba solo, sin embargo, estaba atada a esa cama.

De pronto, mientras continuaba el silencio a nuestro alrededor, viéndolo surgió una duda en mi cabeza que comenzó a atormentarme.

—¿De verdad me amas?— pregunté, con el corazón en la mano. Quería creer en él, darle una oportunidad más para demostrarme que había cambiado, pero el miedo a que todo esto fuera un engaño persistía.

Ithiel dio un paso más cerca de la camilla, su mano acarició con ternura mi melena oscura, y sus ojos se encontraron nuevamente con los míos, en ellos había determinación y seguridad.

Corazones Tempestuosos (AQM I) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora