FBI (zodiaco)

°• 1 - Nueva misión •°

Si había algo que odiara con todo su ser Amanda Watson, era ser cuestionada por sus decisiones y que su horario de trabajo iniciará antes de lo que debía por culpa de una llamada de alerta, ya que cada vez que un mensaje llegaba por parte de estás nunca significaba nada bueno.

La directora del FBI caminaba con suma elegancia y poder, logrando que sus rizos negros se movieran a cada paso que daba y el sonido de sus tacos llamará la atención de los agentes que pasaban por los pasillos del edificio.

Su rostro y expresión eran difíciles de descifrar, al final de cuentas, aquello y su gran trabajo habían logrado que fuera elegida para el puesto que ahora tenía.

Una vez que llegó al piso donde se encontraba su oficina, vió de reojo como su secretaria llegaba a paso lento a su puesto de trabajo, después de todo, Verónica siempre solía llegar antes de ella para preparar todo para su jefa y facilitar un poco su mañana, lastima que ahora no era así.

— ¡Jefa! — se sobresalto al ver a la mujer justo a su lado, con una sonrisa y varias carpetas en sus manos

— Lamento asustar señorita Vicenzo, pero necesito que llame de inmediato a estos cuatro agentes — pidió con suma tranquilidad y pasándole un papel a su secretaria — Si llegan lo antes posible, lo agradecería bastante, y que todos me esperen en la sala de reuniones del tercer piso — volvió a curvar sus labios en una media sonrisa, haciendo que su ayudante temblará ligeramente

Amanda Watson casi nunca sonreí de esa forma y ella misma lo sabía, después de todo, había trabajado durante siete años con ella y esa sonrisa solo significa una preocupante cosa.

Había un problema y era demasiado grande.

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Unos cuantos pisos abajo, una jóven con apariencia de cansancio y posiblemente bastante estresada, se paseaba por toda la sala empapelada de la información del caso que llevaba más de dos meses trabajando. El caso "Corderito" tenía un hueco, que llamativamente no conseguía llenar y de hacerlo, finalmente lograría encajar todas las piezas del rompecabezas, que hasta ese momento no la dejaba dormir.

— ¿Por qué la Universidad Comtlon? ¿Qué relación tiene con el cargamento perdido de la redada pasada? — le pregunto su compañero de trabajo, mirando los papeles y las palabras resaltadas de estos

— Piénsalo Troy, todos los lugares anclados al caso tienen parte del cargamento perdido, por más prestigio que tenga la universidad, nada nos asegura que esté limpia, aunque la verdadera pregunta es: ¿Cómo llego a estar implica?

— ¿Deudas? ¿Estudiantes con padres criminales? ¿Pagos ilegales? ¿Lavado de dinero? — empezó a enumerar el jóven, tomando asiento en una de las tantas sillas — Puede haber un millón de posibilidades

— Es cierto, pero solo una es la correcta Troy — la agente empezó a mover los papeles, buscando algo que debía confirmar y esperando que el hilo del que empezaba a tirar fuera la clave

— ¿Tienes algo?

— Recuerdas que en la redada había varios títulos colgados en la oficina de Ricardo Martínez, a los dos nos llamaron la atención — le recordó, tomando los papeles que buscaba y acercandose a su compañero

— Bennett, si me dices que Martínez es antiguo estudiante de la Universidad Comtlon, juro que te llevaré a cenar

— No solo eso, Martinez no es el único que estudió en aquella Universidad, sino que su esposa e hijos igual, pero sabes que es lo más interesante, que no es el único narcotraficante que se graduó allí

— Eres una maldita genio Bennett, llamaré a Poll de inmediato, debemos interrogar a ese idiota nuevamente y conseguir una orden de allanamiento

— Está vez, el corderito será atrapado — ambos chocaron los cinco, al mismo tiempo que el celular de la agente sonaba — Ve a buscar a Poll, veré qué necesitan...