Prólogo.

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—¿Ayudarte a dar clases?— Lisa tomaba de su frappé mirando incrédula a su amiga delante.

—Por favor, Lisa solo es una alumna, avisé a las pequeñas que saldría, pero Eun está ensayando para un concurso fuera del país no puedo simplemente dejarla perder. 

—Pero--

—Te pagaré, aparte que Eun es muy buena bailarina, no tendrás problemas con ella.

La tailandesa lo dudó, en serio quería rechazar las palabras de su amiga, pero no se atrevía, así que aceptó, sintió los brazos ajenos rodearle y luego un beso en su mejillas:— me iré ahora. 

Y despidiéndose con su mano, dejó que la joven se fuera.  
Solo sería unas semanas, solo sería ayudarle con la coreografía. Nada difícil. Lo había hecho miles de veces, lo más seguro que fuera una joven adolescente de quince años, todo estaba bien.

✰✰✰

Todo estaba mal, absolutamente todo, desde el fuerte aroma a cerezas de la mujer, hasta su hermoso cuerpo. Lisa había aprendido la coreografía, y sabía que esos pasos no tenían nada que ver. Pero no podía ignorar cada sonrisa que la joven de cabello corto le regalaba, ni podía dejar de ver descaradamente cada paso malintencionado.

Tampoco como la voz de la joven se ponía extremadamente dulce a su lado, no era fácil, era un reto verla cada tarde. Era un reto que en el fondo de ser deseaba besarla. Sin importarle que era seis años mayor que ella.

B A L L E TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora