Día 7

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Día 7: Libre 

Zenitsu y Tanjiro eran pareja desde hace años, ambos estaban cursando la universidad y compartían departamento. Por sus obligaciones a veces no suelen tener tiempo para ello, sin embargo hoy era  un día en el que ambos pasaban tiempo de pareja en su hogar. 

Tanjiro reía cuando Zenitsu chillaba asustado y lo abrazaba escondiendo la cara de su pecho al ver una escena terror en la película. Tanjiro amaba ver película con Zenitsu, mas si eran de terror porque su pareja era una asustadiza y disfrutaba como se aferraba a él. Aunque a veces tenía que calmarlo y soportar que en la noche lo levante por miedo y revisar la recamara mil veces para asegurarse de que no haya algo que pueda matarlo.

Tanjiro pagó el televisor y prendió las luces cuando la película acabo, Zenitsu se encontraba reclamándole por tener que ver esa película horrible cuando podían ver otras.

El burdeo sonrió agarrando su celular y conectarlos a una bocina.

—Zenitsu —le llamó entre los reclamos.

—¡¿Qué!? —exclamó haciendo una rabieta.

—Bailemos —sugirió Tanjiro extendiendo su mano al rubio. La música empezó a sonar en la sala.

—¡No! —se quejó con un sonrojo— ¡Soy  pésimo bailando, Tanjiro!

Tanjiro hizo un mohín— Vamos Zenitsu.

—No, no, no —exclamó escondiendo su cara en un cojín.

—Zenitsu —rogó Tanjiro.

Zenitsu siguió negando. Tanjiro era excelente bailando, Zenitsu era un desastre haciéndolo, le gustaría bailar con él pero no deseaba que su pareja bailara con él siendo estúpido en eso.

Tanjiro se acerca a donde esta su dramático rubio escondido en el cojín quitándoselo, tomo su cara para que lo mirara.

—Por favor, Zen —susurró el menor haciendo ojitos de cahorrito.

—¡Eso es trampa, Tanjiro! —gritó avergonzado quitando las manos de sus cara— ¡Esta bien, esta bien. Lo haré, lo haré!

Tanjiro sonrió agarrándole de las manos para sacarlo del sillón, Zenitsu se movió nervioso sin saber realmente que hacer. Tanjiro con una sonrisa que quema como el sol empezó a moverse tratando de moverlo del rígido lugar en el que estaba. Zenitsu torpemente intentó seguir el ritmo de su pareja intentando mover sus pies al son de la música y de su pareja. Tanjiro se quejó cuando sin querer el rubio lo piso con fuerza, Zenitsu exclamó miles de perdón tratando de no llorar. Tanjiro rió por lo bajo besando sus labios.

Pasaron los minutos bailando con pisotones y casi caídas por ambos por culpa de Zenitsu pero Tanjiro no quitaba sus sonrisa del rostro. 

Tanjiro desde ese momento decidió que al menos una vez a la semana debían de bailar juntos. Zenitsu aprendería a bailar con la ayuda de Tanjiro. 


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