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Era tu trabajo, decías, era tu trabajo, reías..., tu motivo de vida...—Jin murmuró siguiendo el compás de la melodía. Lucia tan hermoso debajo de la blanquecina luz, sus largos y finos dedos moviéndose sobre cuerda y cuerda—Era doloroso, pero era tentador... era tan doloroso, doloroso.... pero era tan tentador...

—¿Crees que debería seguir tu camino? —Preguntó Jimin mirándolo, aun sabiendo que su hyung estaba más ocupado cantando—De sólo pensar que tengo un camino propio me hace sentir escalofríos, no creo que este acostumbrado a la soledad, no a este momento de mi vida...

—Oh pequeño nebulante, dime, ¿Porque el miedo en tu mirada? Aquel día en el campo de flores, ahí donde yo te vi, yo te vi, a ti yo te vi...

Meciendo sus pies en el aire, Jimin miró hacia abajo, las sillas del jardín se veían pequeñas desde aquella altura, pero estar en la azotea siempre había sido lo suyo, lo de ambos, lo de su hyung y él.

—Sigue cantando hyung, sigue cantando, después de todo...—Murmuró haciéndose hacia atrás hasta que quedó recostado sobre el tejado, con ambas manos sobre su pecho, mirando el simple cielo sin estrellas, solo negrura en toda su finura—Después de todo, no es como si realmente te pueda volver a escuchar.

La sinfonía de un fantasma [JinMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora