CAPÍTULO UNO.

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-Qué tal tío?-saludé a mi mejor amigo Álvaro.

-Hey, bien bien, no he abierto el libro de mates chaval.

-No sé como aún te sorprende, siempre haces lo mismo. Va, vamos a clase que ya llegamos tarde.

Terminé el exámen de mates y, a mi, como siempre, me había ido bien pero por la cara de Álvaro veía que a él no demasiado. Sonó el tiembre, entregamos los exámenes y fuimos al patio.

-Al final ligaste el sábado? Que mierda joder, mi madre no me dejó salir.-le dije a Álvaro.

-Bf, que va tío, todas eran feas.

Álvaro era el típico golfete superficial que se las liaba y adiós muy buenas, está claro que todos somos superficiales pero él, lo era en exceso. La verdad es que, se puede permitir serlo, el chaval es atractivo: ojos verdes, castaño claro, alto, tableta…En fin, como diría una tía, es un tío bueno.

Llegué a mi casa a las tres. Comí, y me fuí a mi habitación. Allí, como cada tarde no sabía que coño hacer así que me tumbé en la cama y esperé a que me entrara el sueño. Pasaban los minutos y no me  venía el sueño. De repente me vino a la mente el verano pasado, faltaba una semana para empezar las clases y Álvaro vino a mi casa a dormir. Nos fuimos a dormir y bueno, él dormía en boxers en verano por la cal-… 

Dios, dios…que coño? Se me había puesto la polla empalmada! 

Joder…me había excitado pensando en mi mejor amigo en boxers…Haber, que quede claro que yo no era gay, nunca me había fijado en los tíos, ni mucho menos. Bueno, con la comedia me entró el sueño y me dormí.

RRRRR…RRRRRR…RRRRRR…

-Joder, puto móvil, quién coño es…-me dije a mi mismo.

LLAMADA ENTRANTE: MEJO

(mejo quiere decir mejor amigo, nosotros nos llamamos así)

-Qué quieres tío…?-le cojí la llamada con la voz ronca.

-Joder mejo, todo el día duermes.

-Va, para qué me despiertas.

-Como es viernes, y no tengo nada que hacer si quieres vente a mi casa a sobar.

-Qué hora es?
-Las seis y media.

-Venga va, ahora se lo digo a mi madre.

-A las siete te quiero aquí.

-Venga, que te den.

-Adiós zorra.

Y me colgó. Solté una pequeña sonrisita, era increíble la complicidad que teníamos el uno con el otro, nos conocíamos desde la guardería supongo que era normal.

Bajé al salón para avisar a mi madre. 

-Mamá iré a dormir a casa de Álvaro.

-Vale hijo, te acompaño o vas andando?

-Tranquila, iré andando.

-Vale.

Me conformo contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora