Si puedo soñar

Capítulo 2: El sueño

-¿Ya puedo descubrirme los ojos?- estaba justo en la entrada de la casa de Mike esperando la señal para descubrirme los ojos y me pudiera enseñar la sorpresa que parecía tenerme
-Dame un momento- sentí sus pisadas dirigirse hacia mi.
Me tomo por la cadera desde atrás y me impulsó a caminar hacia adelante.

-Mike, ¿que sucede?- solté una risa nerviosa y el solo continua detrás de mí dirigiendo hacia donde debía dirigirme
-Aqui es- nos detuvimos- puedes destaparse ahora
Al destapar me los ojos, lo primero que vi frente a mi fue una habitación completamente oscura con una mesa bien decorada por un mantel y dos sillas a cada lado además de un pequeño candelabro iluminando en el centro.

-Esto es...- me quedé completamente sin palabras; me llevé las manos a la boca y dirigí mi mirada a Mike
-Feliz aniversario- Dijo casi en un susurro con una amplia sonrisa en su rostro.
Me lancé hacia el y le dí un fuerte y largo abrazo.
-Feliz aniversario- le contesté mientras me separaba un poco de el.

-Y ¿Tú preparaste la cena?- le pregunté incrédula mente mientras lo miraba de reojo, yo le conocía bien y sabía acerca de su talento culinario... No existían
Me miró un poco de reojo antes de contestar
-No te voy a mentir- dijo encogiéndose de hombros- lo hizo mi madre- yo me reí fuertemente, no me esperaba tanta franqueza en su respuesta
-Que golpe de honestidad
-Sabes que no te puedo mentir, me conoces demasiado bien como para que caigas en una mentira.

-Todo estaba delicioso-le dije dando el último trago q la champaña- muchas gracias
-¿Sabes de qué es momento?-dijo poniendo ambas manos sobre la mesa y poniendo una amplia sonrisa
-¡Oh!¿Tocadiscos?-pregunte emocionada.
-Tocadiscos- contestó el.

Mike y yo teníamos una especie de costumbre de subir a su cuarto y poner música de Frank Sinatra, el cantante preferido de Mike o de Elvis Presley, mi cantante preferido.

Subimos juntos hacia su cuarto y nos hicimos inmediatamente al frente del tocadisco y los discos de vinilo

-Esta vez es el turno de Elvis, la última vez fue Sinatra.

Nada más me sonrió y afirmó con su cabeza y comenzó a buscar entre los discos.
Saco el disco de Elvis que tenía y lo puso sobre el tocadisco y la música comenzó a sonar.
Apenas comenzó la canción me acosté en el suelo y Mike justo a mi lado y nos quedamos en un buen momento de silencio disfrutando de la música.

-Adoro los momentos como este- susurré para no interrumpir la música y sin dejar de mirar fijamente el techo, Mike tan solo volteó su vista hacia mi.

-Sabes, aveces cuando hacemos esto de tirarnos al piso a escuchar nuestra música, imagino que estamos casados y que no tenemos que preocuparnos por cuánto tiempo debemos quedarnos aquí, ya que es nuestro propio hogar.

-Y ¿Porque no hacer realidad tu sueño?-dijo mientras tomaba mi mano y la llevaba hasta su pecho
-¿Hablas de casarnos?
-Pues claro¿De que más estaría hablando?

Inmediatamente me senté y lo hice sentarse para poder darle un gran abrazo mientras las lágrimas comenzaban a brotar de mis ojos.
-Lo lamento, seguro habrías esperado que pudiera tu mano más románticamente
-Se me hace suficiente con que lo hayas hecho.

Aquel momento con Mike fue precioso, con aquella música adornando la anhelada proposición de matrimonio y ambientando los besos con los que se lo agradecí, pero las cosas buenas suelen ser cortas, y los padres de Mike habían llegado finalmente a casa, además de que ya estaba acercándose la hora fijada que tengo para llegar a casa, lo que le dio final a mí momento mágico, pero más momentos mágicos estaban en camino

-Entonces estaré en tu casa el lunes por la noche para pedir tu mano formalmente a tu familia- me dijo mientras agarraba mi bolso y me alistaba para salir
-Eso sería realmente genial- le respondí acercándome a él para besarlo nuevamente- esperaré ansiosa al lunes