Odiándote |CARMUEL|

11.Fiesta

Samuel estaba nervioso por tener que irse en fiesta de Carla, sobre todo después de casi entrar en una pelea con Christian. Tendría que disimularlo un poco antes de que todos se den cuenta que siente algo por Carla y como no iba sentirlo... era perfecta.

-¿Vas a quedar aquí toda la noche? – pregunta Nano al verlo acostado en sofá

-No, de hecho me voy a una fiesta de Carla.

Nano lo miraba con una mirada sospechosa, tenia ciertas dudas de que entre los dos pasa algo pero no se atrevió volver a hacer algún comentario.

-Ya. – dice

-¿Ya qué? Si tienes algo que decir hazlo. – dice, al levantarse de sofá de inmediato

-Relájate, no te dije nada.

-Voy a su fiesta como un amigo o colega, nada más. – le deja claro

-¿Esa chica es una rica? – pregunta Nano

-¿Qué tiene que ver?

-Nada, fue simple pregunta, deja de ponerte así. Menos mal que vas de fiesta porque la vas a necesitas mucho. – dice, alejándose de Samuel

Samuel estaba de mal humor, llamaba a Christian pero él no contesto su llamada, pensaba que quizás sigue estando enojado.

Eligio una camisa azul y pantalones de color negro, estaba bastante nervioso, no quería ir a casa de Carla solo.

Después de que se tomaba una ducha y cambio la ropa, veía que le llegaba un mensaje de Carla.

-¿Vienes esta noche?

Samuel sonríe al ver su mensaje, le respondió de inmediato.

-Claro, llego pronto.

-Tengo muchas ansias de verte, guapo.

¿Guapo? Samuel se preguntaba por qué le escribió guapo, quizás se equivoco de número, quizás quería mandar mensaje a Christian pero dudaba mucho de eso. Es su novio, se supone que va estar allí con ella.

Ahora se ponía aun más nervioso, ambos estaban coqueteando, eso era muy peligroso.

En cuanto vino frente casa de Carla no podía dejar de mirar el lugar, era un lujo, no le extrañaba para nada ver una casa tan grande ya que sabía que Carla viene de una familia rica.

Había muchos coches afuera, invito todos de colegio. Al entrar en el patio, tocaba las puertas.

Después de varios segundos Carla abrió las puertas, estaba apoyada en puertas con manos, mirándolo, sonriéndose.

-Por fin llegas. – dice

Samuel le dio una botella de vino que compro, no quería darle nada barato, sabía que una chica como Carla bebía el mejor vino y no comía cualquier cosa, además era la clienta más importante del restaurante donde trabaja.

-¿Te gusta? – pregunto

-Pues, no tendrías porque, yo tengo bodegas de vino pero aprecio mucho tu esfuerzo de ganarme con un vino. Todos tratan comprarme con cosas muy costosas, tú lo haces con vino más caro de supermercado. – dice, sincera

-¿A qué te refieres con eso? Digo, solamente quería comprar algo y no llegar con manos vacías – dijo, preocupado por escuchar todas esas cosas – donde esta Christian?

Carla lo dejo entrar.

-Aun no llego, pienso que está enojado o algo. – comenta

Ambos sentaban en cama que estaba vacía, Carla le sirvió una cerveza.