❌Está historia participa en los Premios Gemas Perdidas❌
Trilogía Tempestades
-Lo siento, Cory, pero esto es todo- Me había dicho esa noche fría y oscura, sin importarle verme llorar y suplicarle que no me dejara.
Dejándome ahí, tan desolada y desdic...
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Vaya día más pesado, Ithiel no perdía el tiempo, pues cada vez que podía estaba junto a mí. Sabía que más que hacerlo por querer pasar tiempo conmigo, lo hacía para vigilarme y asegurarse de que todo entre los dos estuviera bien.
Pero ¿Realmente lo estaba? Ni siquiera yo sabía si era así y mucho menos teniéndolo a mi lado solo para mantenerse al tanto de mí y mis acciones. Quería averiguar que era lo que pasaba por su cabeza, hace unas horas lo había mandado al carajo, pero parecía como si eso no hubiera importado, y me había estado acallando mis dudas, prefiriendo mantener "la paz" entre los dos, lo menos que quería en ese momento era discutir por otra estupidez. Solo quería un poco de tranquilidad y por el momento la tenía.
De un instante a otro, mientras estábamos sentados en nuestro lugar, en el campus, tomó mi mano y se acomodó un poco más cerca de mí, entonces la movilizó hasta su entrepierna. Me había sobresaltado por el acto y me molesté. ¿Qué pasaba con él? Era verdad que habíamos hecho ya muchas cosas indebidas en lugares que no eran aptos para ello, pero jamás delante de la aglomeración de alumnos o al aire libre y fue aquello lo que me tomó por sorpresa ¿A caso estaba loco?
Alejé mi mano de esa zona, en un arrebato y me levanté, enfadada con él.
—Cory— Advirtió, aún sentado en la banca.
—No, Ithiel, no me digas nada— Dije con el mismo tono en el que él había mencionado mi nombre. —Es decir ¿Estás consciente de lo que hacías? ¿Nos ibas a exponer así? ¿Delante de todos? .
—No seas exagerada, ya otras veces lo hemos hecho en lugares públicos, se podría decir ¿A qué le temes, cariño?— Cerré los ojos y aspiré profundo. Se estaba volviendo loco de verdad. —Ven aquí y cálmate, todo estaba muy bien antes...
—¡Antes de que hicieras esa barbaridad!— Contesté perdiendo los estribos, entonces Ithiel se levantó y se acercó a mí. En su rostro había una sonrisita coqueta que me alteraba por no saber que es lo que haría después.
Me haló hacia él y envolvió mi cintura con uno de sus brazos, para después, con su otra mano, hacer a un lado el cabello sobre mi cara.
—Vale, tienes razón. Ha sido una mala idea eso del toqueteo, pero te necesito, necesito tu cuerpo.— Soltó repentinamente, volviéndose un poco cariñoso, una actitud extraña en él.
Su actitud volátil me dejaba algo inquieta, no sabía cuando iba a pasar de estar contento a molesto y eso me preocupaba y alteraba mis extremidades nerviosas.
—Y creo que hacerlo te quitaría lo enojona— Sus labios rozaron mi mejilla y se deslizaron hasta mis labios, sin embargo, evité el beso que intentaba darme.
—¿Es en serio? ¿Crees que es por la abstinencia?— Suspiré profundo, exasperada por sus palabras. —Tú eres el responsable de mi irritabilidad, Ithiel. Eres frío, un manipulador... me quieres a tus pies, pero ¿Qué has hecho para merecerme?