El Amor... En Ti... (completa)

parte 1

Era un día hermoso, todos caminaban sin preocupaciones por las calles de Magix, relajados, sin preocupaciones, algunos trabajaban en lujosas empresas u hoteles, otros en supermercados o en en la zona de campo llamada Nimphea y es allí donde están ellos tres hermanos que cuidan mucho este lugar tan hermoso, Palladium el mayor estaba arando la tierra tenia que plantar algunas verduras, después estaba Helia el segundo hermano quien apenas tenia un año de diferencia con su hermana menor Flora.
Helia estaba pintando mientras que la castaña ayudaba al mayor a plantar algunas flores, todos hacían algo hasta que el celular de Flora sonó llamando la atención de los otros dos, la chica atendió la llamada, después de un rato  la entusiasta voz de la menor los hizo voltearse a los dos, la chica venia corriendo a ellos se dirigió a Palladium preguntándole:

-Palladium ¿me dejas salir hoy con las chicas? Stella me llamo y dijo que quiere llevarnos a todas a la discoteca Solaría-
-claro pero primero te quedaras aquí  Helia,y yo debemos ir  a dejar algunas verduras en torre nubosa-
-odio que tengan que ir allí, lastima que es nuestro deber-
-descuida estaremos bien ya veras volveremos antes de que te de cuenta-

le dijo el oji azul ofreciéndole una sonrisa al igual que su hermano mayor, cargaron la camioneta con verduras y se fueron, paso un largo rato y por fin se fueron dejando a la joven castaña sola y preocupada. Y no era para menos el de ojos azules iba algo preocupado nunca antes había visitado esa zona, el de pelo marrón lo miro de reojo diciéndole:

-tranquilo hermanito no te va a pasar nada recuerda que estas conmigo-
-lo se pero no es eso lo que me inquieta, es de hecho el lugar-
-tranquilo venia todo el tiempo con papa jamas nos paso nada y ahora mucho menos ahora-

esas palabras dejaron tranquilo al menor, a medias llegaron al lugar Helia veía por la ventana algo asustado ese lugar era terrible había mucha gente de vaga o algo así, (lo típico de una zona baja) miro a su hermano quien seguía conduciendo, parecía solo inquietarle el clima:

-espero no se ponga a llover-
-no se ¿supone que aquí llueve siempre?-
-no la mayoría del tiempo solo esta nublado rara vez llueve por eso no pueden cosechar mucho-

ahora entendía el porque había que llevarles cosechas, el menor no sabia en si el porque las pidieron desde Nimphea  ya que nunca pedían recursos de esa zona, llegaron a lo que parecía una casa:

-¿este es el lugar?-
-es la dirección bueno iré a ver quien esta y luego descargamos-

el menor asintió espero a su hermano en el auto, Palladium bajo y golpeo la puerta no lo aparentaba pero estaba asustado, la puerta de esa casa estaba en tan mal estado que se cayo con el golpeteo, el joven miro a todos lados la casa estaba en penumbras no se podía ver nada más que una nube de polvo, este se adentro a la tétrica casa pidiendo disculpas por lo de la puerta  y ese fue su peor error ya que algo o alguien le dio un fuere golpe en la cabeza noqueandolo lo ultimo que vio fue una silueta acercarse a el cerrando por completo sus ojos, mientras tanto Helia seguía esperando en el auto su hermano  estaba tardando mucho estaba por llamarlo a su teléfono  sin embargo desistió de la idea temía que pudiera interrumpirlo en alguna junta o algo importante, de este modo prefirió ir a buscarlo dejando su celular en el asiento del auto entro a la casa no obstante se alarmo al no ver rastros del oji verde:

-hermano, OYE ELFO, ELFO! DONDE ESTAS-

grito desgraciadamente no obtuvo respuesta de hecho sintió el mismo dolor en su cabeza noqueandolo cayo al suelo  todo se volvió borroso no logro ver nada más.
después de unas horas el peli marrón despertó aturdido y desorientado miro a su alrededor estaba en un cuarto con paredes blancas también en una cama, esto lo asusto mucho se vio a si mismo por suerte aun estaba con su ropa puesta, dejándolo más tranquilo pero... ¿donde estaba?, su hermano en se momento lo recordó su hermano menor estaba el auto ojala todavía este ahí, rogaba para que estuviera bien, de pronto el sonido de la puerta abriéndose lo saco de sus pensamientos eran dos hombres, uno era bajito gordito y con algunos años encima, el otro era un tipo alto y negro tenia cara de pocos amigos: