La luna del mañana

El sueño

¿Hay alguien ahí? Estoy en un bosque todo oscuro no distingo nada solo se escuchan búhos y ramas chocar con el viento siento un poco de miedo y me giro para ver qué era lo que se me acercaba y ahí estaba el, el chico de la playa mirándome fijamente su mirada era penetrante, poderosa me sentía pequeña.

Elizabeth debes escuchar "el séptimo día de la séptima semana de la luna debe ser tomada una séptima hija, para poder restaurar el equilibrio de la magia"

Si lo se así fue escrito hace años- conteste casi murmurando

Pero pues aun hay una profecía que solo la orden de los vampiros conocemos "Dos caminos han de existir, pero uno solo es el que hay que seguir"

Te refieres a Meredith y yo ¿Somos los dos caminos?- pregunte

"Más uno tendrá la gran responsabilidad y sus vidas cambiaran"

¿A qué te refieres?- le pregunte un tanto confundida

Ya lo sabrás Elizabeth, ya lo sabrás

Y desperté. Lo sé es horrible quedar con la duda que será lo que sigue o no poder recordar el sueño completo, pero algo estaba segura esta profecía tenía que ver conmigo y con Meredith y para poder descubrirlo, debía primero saber la historia de Meredith y como fue reclamada con un Vampiro y mas por el duque Blackjam, ellos son la realeza a ellos le debemos nuestra lealtad, el ser parte de ellos es el máximo honor que puedes recibir, solo aun un gran pequeño problema, por alguna razón ellos prefieren la oscuridad.

¿Elizabeth Miller podrías decirme de que se trata el teorema de Pitágoras? Escuche entre mis pensamientos a la señorita Josefin preguntarme

Ammmmmm....... Creo que si no mal lo recuerdo..... dije mientras la señorita Josefin me miraba con sus ojos negros, si no fuera porque en este pueblo solo somos brujos y brujas diría que ella es un demonio, en realidad jamás he visto ninguno son muy pocos y escasos y la mayoría trabaja con los vampiros como guardias tienen poderes fantásticos te pueden dominar con una sola mirada.

Creo que otra vez se ha distraído Miller, si no fuera por sus notas probablemente me tomaría esto muy personal y creería que no le gustan mis clases- dijo la señorita Josefin

No señorita Josefin, siento lo que sucedió- conteste

Oh no lo lamente tanto hoy tendrá que quedarse en la biblioteca una hora más estudiando el teorema de Pitágoras, le encantara- lo dijo en un tono sarcástico

Estaba a punto de reclamar cuando suena el timbre de receso, tome mis cosas junto con mi castigo y me dirigí al pasillo donde me esperaba mi gran y única amiga en este lugar

Otra mala mañana Elibell- dijo Ibis

Creo que si ibi – le conteste mientras le mostraba mi ticket de castigo

Elibell estoy pensando que solo haces algo mal para que te castiguen y puedas ir a la biblioteca o definitivamente la suerte no está contigo- me contesto ibis

Ibi créeme que definitivamente la suerte no está conmigo, tener que ver la cara de tristeza de María me cansa, odio su cara- le conteste

Voy a tener que romper las reglas otra vez para acompañarte mi querida elibell- me dijo

No de verdad no creo que sea necesario si solo es una hora donde seremos solo Pitágoras y yo ¿Suena romántico no?

Eres increíblemente estúpida, pero de igual manera te amo elibell- contesto ibis

Y yo a ti mi ibibell- le sonreí

Pasaron las horas de clases demasiado lento no podía creer que otra vez me tendría que quedar en la biblioteca viendo la cara de María, la bibliotecaria y lo peor sola, obvio no podía dejar que ibis o ibibell (como le decía por Anabelle, la película de terror) se quedara conmigo no era justo y si seguíamos así una de nosotras dos iba a ser expulsada del instituto, y yo era la mejor candidata para ello, ya que sería mi último año aquí y definitivamente me encantaría que mi salida fuera épica. Le entregue mi ticket de castigo a María la cual me miro con cara de desaprobación, la primera vez desde hace mucho que no le veía otra expresión en su cara que no fuera tristeza creo que hemos logrado un gran avance hoy con maría. Cuando me paso mi libro me gire para sentarme y leer cuando lo vi a él, él chico de mis sueños, él mismo de la playa ¿pero y él que hacia aquí?