El espíritu zorro

2. UN NIÑO SOLAMENTE

Renard paso la tarde en el edificio de los Shishingumi, después de todo ser el jefe de la mafia es una responsabilidad bastante grande, la primera vez que se lo propusieron tenía cinco años, era pequeño y flaco pero aún así destacaba de entre los demás.
Renard es huérfano, uno de los antiguos jefes del Shishingumi lo adoptó y crió cómo suyo, por lo general en la jerarquía carnívora los mejores puestos son ocupados por leones y ahí no era diferente, hasta que Jouan vio a su hijo en medio del entrenamiento.
Renard era astuto le robaba las manzanas a los instructores, mataba a todos los insectos de los ejercicios de caza e incluso tenía la mejor marca de tiempo en los ejercicios de búsqueda, Jouan sabían que su hijo, sin ser un León, merecía más que nadie el puesto de Jefe. Cuando se lo preguntó el estaba a su lado, él pequeño acompañaba a su padre a ver los muelles y hacer los negocios con los pescadores, lo sostenía de la mano mientras que con la otra tenía un pequeño pez de peluche que usaba cómo mordedera.

- Hijo ¿te gusta el trabajo de tu padre?

-Creo que sí, a Renard le gustan las morsas - le soltó su mano para extenderle los brazos, su padre lo cargo con una sonrisa y al fin pudo morder su pescado mientras lo agarraba con ambas manos - ¿por qué?

- Tu padre debe retirarse, Renard, eres el mejor de tu clase y estoy muy orgulloso de ti - el lo vio fijamente y dejó de morder a su pez - tu eres mi sucesor, pero para eso debes estar de acuerdo

-Renard ama a su papi - lo abrazo, su cabello era suave y esponjoso - Si quiego - se volvió a meter su pez en la boca mientras su padre besaba su cabeza. Cuando el era niño, tenía un problema de colmillos, el desarrollo temprano es algo poco común en especies carnívoras. (El desarrollo temprano del espíritu es cuando una persona se convierte parcial o totalmente en su espíritu, es por eso que algunos pueden seguir viviendo con colas y orejas, cuernos, alas, pero al convertirse completamente en su espíritu no vuelven nunca a ser una persona ni a tener recuerdos de lo que fueron sus vidas, algunos mueren antes de llegar a su clímax ya que no es algo tan común)

Cuando su padre murió, le juro que el sería el mejor sucesor y jamás lo iba a decepcionar, fue algo muy duro para el, pero la mano derecha de su padre, León, lo siguió cuidando desde ese momento si Rendard no hubiera sido un posible candidato, León sería el jefe, nunca lo vio cómo posibilidad no le gustaba hacerse cargo, cuando acompaña al señor Jouan veía que no era el mismo amable y sonriente espíritu León y lo mismo le pasa con su hijo, Renard no es el chico que ríe a carcajadas o el que le gusta lamer barras de chocolate en vez de morderlas, cosa que siempre le ha dado mucha risa, el chico se volvía alguien serio y sin piedad, que tomaba desiciones cruciales para la manada en general y para los carroñeros.
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- Señor - León me tomo por los hombros y me dio una palmada en la espalda - Lagoon quiere verlo, las morsas tienen problemas

-Está bien ¿puedes traer a Toki? - Me miró un poco extrañado - ¿sí? No... Le prometí que llegaría a las 8, si debo ir con Lagoon, no estaré a tiempo

-Claro señor, la señorita Toki estará aquí en seguida - León sonrió y corrió hacia el Auto, mientras tanto, Lagoon la morsa me mostraba las pescas, separaban algunos peces los más viejos de algunos, ponían huesos y cabezas en sacos y se los entregaban a nuestros espíritus águila, ellos los roen y al quedar con solo los huesos hacen lindos collares.

-Señor, mis hombres y yo hemos visto una baja de pescado horripilante, es cómo si nos estuvieran robando los buenos

-Incluso cuando somos los únicos que no dejan el puerto - Un espíritu morsa, arriba de una embarcación más, joven que lagoon habló - Señor, hemos visto cosas... Hemos visto algunos espíritus hiena por aquí

-Les puedo asegurar, amigos, ningún Hiena de mis manadas están autorizados a estar en el puerto - era la primera vez que dudaban de mi manada, a mi padre nunca le hubiera pasado esto - y si fuera así, creo que saben lo que pasaría

-Estoy enterado, Joven Renard, no dudo de sus hombres ni de sus intenciones - Lagoon se acercó a mí, me vio con cierta ternura - eres el mismo chiquillo travieso que traían Juan, sé muy bien que no son tus manadas y eso es lo que nos preocupa

-A mi también, Lagoon - me quite los lentes de sol y suspiré - ¿Zeguan ha estado bien? Mi padre le tenía mucho cariño y yo

-Lo está señor, de hecho creo que lo han alimentado mis muchachos - me sonrió - esa vieja morsa, aveces siento que nos recuerda - sonreí, los colmillos me molestaban un poco, me están volviendo a crecer y necesito juguetes para morder, también los trato de desgastar para no lastimar a Tokki cuando la muerdo o beso - señor, tengo un regalo JURNIOR VEN AQUÍ - el mismo joven que hablo con nosotros hace un rato llego con un paquete - espero le guste, el señor león me ha dicho que ha vuelto a tener problemas dentales - se me borro la sonrisa y sentí el calor viajar por mi cara - tenga, buscamos uno que fuera lo más parecido al viejo - tome el paquete y lo abrí, era una caja con un pescado koi mordedera, era naranja y los bigotes le colgaban, justo cómo el que tenía en la infancia - León y su manada nos mandaron a comprarlo ¿le gusta?

-Muchas gracias - lo abracé - en serio mucho gracias - el señor lagoon me dio unas palmadas en la espalda y nos separamos - creo que su novia ya está aquí - volteé hacia atrás y estaba Tokki con León atrás, ella corrió hacia mí y me dio un beso en la mejilla

-Foxy travieso, dijiste que no tendrías más trabajo - hizo un puchero, la bese y la tomé de la cintura mientras frotaba mi cabeza en su cuello - aceptó la disculpa - me susurro para agarrarme de la mano - Hola señor Lagoon, es un placer volver a verlo

-Lo mismo digo señorita, ya es tarde, debemos dormir para ver lo que sucede

-Los espíritus Búho más cercanos vendrán a vigilar, pronto sabremos quién es el responsable, Lagoon

-Claro, tengan buena noche amigos