Capitulo 1- ¿Quien soy?

390 21 5
                                    

Frio.

Eso es lo primero que recuerdo.

Abrí mis ojos, todo se ve blanco a mí alrededor, estoy acostada en la nieve, ¿Por qué?

No lo sé.

Estoy en una especie de bosque, hay toda clase de arbolillos secos y muy pequeños por todas partes y a lo lejos se pueden ver los majestuosos pinos de más de 2 metros de alto.

Tenía unos guantes azules y blancos, un pequeño gorro de lana, un abrigo vino tinto y unos pantalones negros que no recuerdo haberme puesto nunca, a decir verdad, no recuerdo nada.

Un collar largo, redondo estaba colgando en mi cuello, era de oro.  Lo tomé, y leí lo que tenía grabado en la parte de atrás "Una vez en Diciembre". Voltee el collar para ver si tenía más pistas de quien soy, o por lo menos que hago aquí. En la parte delantera tenía un copo de nieve blanco con pequeños detalles azules y justo en el centro de él estaba lo que tanto buscaba.

-¿Alaia?- supongo que ese en mi nombre.

Mis piernas ya se están durmiendo a causa del frio.

Cero que ya es hora de explorar los alrededores, debo encontrar a alguien que me diga porque estoy aquí o por lo menos de dónde vengo.

Camine alrededor de 1 hora, a pesar de mi abrigo y guantes, me estoy congelando.

Una gran mancha de un color que no puedo definir, llamó mi atención así que fui hasta ella. Es un lago. Un lago totalmente congelado.

Recuerdos llegaron a mí, tan rápido como un flash de una cámara. Un lago, unos patines, una cabaña, un plato lleno de Beignets❄.

Levante la vista y había una ciudad a lo lejos, allí me podrían ayudar. Si cruzo el lago me ahorrare más tiempo ¿no?

Puse el pie derecho en el lago y nada paso, eso era una buena señal, así que puse el otro y fui a un paso más acelerado. Mala idea.

Me caí de espaldas, una risa se escuchó a lo lejos, por el borde del lago.

-¡Oye!- Arquee mi espalda para así poder ver a un chico alto, cabello y ojos marrones con una cretina sonrisa en la cara. Él se estaba poniendo los patines para poder entrar al lago- ¿Qué no leíste el letrero?,  ¡No puedes entrar aquí sin patines!

-¿Qué letrero?- Pregunte mientras me sentaba.

El chico señalo a su izquierda y efectivamente, había un letrero.

"Si no quiere caerse y quedar como un estúpido, use patines o aprenda a patinar antes de entrar al lago"

-Vaya, que directos- Intente levantarme pero fue un intento fallido.

-Sí, y al parecer tú no sabes ni patinar, ni tienes los patines así que supongo que eres el doble de estúpida.

Me quede muda. ¿Y este que se cree?

Al parecer mi expresión debe ser muy graciosa en este momento pues el muy molesto chico lanzo una carcajada muy fuerte.

-¿Disculpa? ¿Estúpida?, ni siquiera me conoces.

Deje de mirarlo e intente levantarme nuevamente y para la sorpresa de ambos, volví a caer.

-Tienes razón- El chico patino a mi alrededor hasta quedar en frente de mi- Pero, por otra parte, ¿No te han dicho que la primera impresión es la que cuenta?

-Si ese fuera el caso tú serias un idiota poco caballeroso –Él puso los ojos en blanco y ayudo a levantarme.

-Mis disculpas, déjame ayudarte a llegar a la orilla. -Me tenía sujeta por la cintura.

-No, yo puedo sola.

Me zafé de su agarre y antes de dar el segundo paso estuve a punto de caer si no fuera por él, que me sujeto por los hombros. Y sin decir palabra, solo una irritante risita en mi opinión. Me llevo a empujones hasta el otro lado del lago.

-¡Te dije que podía yo sola, idiota!

-¿Siempre eres así de irritante?

-Mira quien lo dice- Ya. Simplemente no aguanto a este chico.

Ya cruce es lago, ya puedo ir a la ciudad, tendré que atravesar un hermoso y pequeñísimo bosque, nótese mi sarcasmo.

Empecé a caminar lo más lejos posible del tarado, estoy  de verdad muy enfadada, es decir, acabo de despertar en un lugar totalmente extraño para mí, la única pista que tengo de quien soy  es un collar con lo que creo que es mi nombre y no sé a dónde debo ir. Lo único que me faltaba es un Idiota fastidiándome.

 -¿A dónde vas?- El chico me siguió el paso solo dejando un metro de distancia entre nosotros.

-No te importa.

-Tienes razón, no me importa- Él se detuvo y puso sus manos en la parte de atrás de su cabeza luciendo despreocupado -Pero supongo... que si vas a la ciudad, vas por el camino que no es- Cambie de dirección- Y también creo, que si vas por ese camino te alcanzara la noche y los lobos salvajes te comerán viva.

Me di la vuelta para verlo a la cara, el miraba al cielo. Puse ambos brazos en mi cintura.

-¡Bueno!, señor experto del bosque, ¿le molestaría guiarme por mi largo y muy difícil recorrido hacia la ciudad?- Dije alzando ambos brazos.

-La verdad es que si, si me molestaría, pero ya que no tengo nada mejor que hacer y da la casualidad que me dirijo hacia allá, no me queda de otra.- Y partió rumbo a la ciudad.

Me quede boquiabierta ¿Cómo es posible de que pueda existir un ser tan arrogante en la faz de la tierra?

-¿No vendrás, preciosa?- No fue sino hasta que el me hablo, que me di cuenta de que la estaba en la boca de bosque. Lo seguí a paso rápido.

-No me llames preciosa, mi nombre es Alaia- El me miro extrañado mientras enarcaba una ceja.

Él se adelantó a mí e hizo una reverencia bajando la cabeza.

-Un placer. Me llamo Nick- Levanto la cabeza, y me lanzo una mirada que no estoy dispuesta a tolerar por segunda vez- Preciosa.

Idiota.

__________________

❄ Beignets: Son una especie de torta frita francesa espolvoreada con azúcar.

Una Vez En DiciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora