Antes de estar rota

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Hace 15 años

Era otoño y Emerson estaba rebosante de felicidad, pues sabía que, si se portaba bien, sus padres le permitirían ir al parque a jugar con las montañas de hojas que se acumulaban en el suelo debajo de los árboles. No se esperaba que fuera la época más odiada por ella los próximos 15 años.

La mañana de aquel fatídico día había iniciado de una forma animada. Se despertó con el fiel pensamiento de lograr que sus padres le permitieran salir al parque que se encontraba a tres cuadras de su casa en compañía de su niñera Mandy, una joven universitaria de 20 años que la adoraba a ella y a su hermanita menor quien apenas hace 2 semanas había cumplido 10 meses. Sus padres habían organizado una gran fiesta para la pequeña. Madeline, con sus ojos que eran una mezcla de gris y verde, hipnotizaban a cualquiera. Su pequeña boca rosada en forma de corazón y mejillas sonrosas en cualquier época del año era la cosita más bonita que había visto Emerson en sus cortos 8 años de vida.

Así que ese día, al salir de la cama se puso el vestido más bonito que tenía, se lavó los dientes y corrió hacia la cocina, donde sabia seguramente se encontraban Mandy y su hermanita. Al llegar, Madeline se encontraba en su asiento especial para bebés mientras su niñera le daba fruta previamente cortada.

- ¡Mandy! - Llamó emocionada mientras corría a su lado. La susodicha dio un salto sorprendida y ahogo un grito.

- Por Dios Emerson, debes dejar de hacer eso, un día de estos me darás un ataque al corazón.

Mandy intento fingir una cara de enojada que no funciono pues rápidamente se convirtió en una sonrisa divertida. Su niñera era muy bonita, pensó Emerson. Con su cabello completamente negro, ojos verdes y labios rojos, hacía que todos los chicos giraran la cabeza pues además contaba con un cuerpo esbelto y alto, pero lo que más llamaba de Mandy, no era su gran cuerpo o su hermoso rostro, no. Todos los chicos caían enamorados por su siempre presente sonrisa feliz, su alegría hacia la vida y la bondad que sus ojos mostraban. Ella era hermosa tanto por fuera como por dentro.

- Estaba pensando que Madeline ha pasado mucho tiempo encerrada y podríamos, no sé, si tu estás de acuerdo, llevarla al parque y comprarle un helado. - Comentó con inocencia la niña mientras se metía una uva a la boca.

Mandy la miro divertida cuando Madeline con sus mejillas sonrosadas las veía curiosa, pero en cuanto escucho la palabra "parque" aplaudió emocionada.

- Ya, claro, Madeline es la que desea tanto ir al parque.

- Bueno, ambas lo deseamos - dijo risueña. - Andaaaa, será divertido... Talvez veamos a Tom- Al escucharlo Mandy se sonrojo. Thomas o Tom era el joven hijo de los McDaniels que vivían a solo dos casas, chico por el cual Mandy había estado loca el último año cuando por accidente mientras caminaba con las niñas por el parque el perro de Tom, que se encontraba paseando esa tarde escapó y se escabullo entre las piernas de la hermosa niñera haciendo que esta caiga.

Tom se deshizo en disculpas, pero al ver la belleza de la niñera quedo mudo, la niñera en cuestión sintió un flechazo a primera vista, y desde entonces ambos rondaban al otro sin decir sus verdaderos sentimientos. Mandy dio un suspiro resignado.

- No podemos Pequeña Eme, sabes lo que tus padres han dicho sobre salir solas estos días sin las personas que cuidan de nosotras. Ellos están ocupados hoy, así que debemos mantenernos en casa. - Dijo Mandy mientras se levantaba y dejaba los recipientes vacíos en el trastero. Y sacaba a Madeline de su sillita. Los señores James eran unos reconocidos abogados que ganaban mucho dinero encerrando a gente peligrosa, tan peligrosa que debían estar al pendiente de su seguridad y la de sus hijas por medio de guardias que las seguían por todas partes.

- Pero podríamos salir nosotras solas, solo será un rato y regresaremos tan pronto que no lo notaran, podrí... podría... ¡podríamos ir ahora! - Exclamo contenta con su reciente idea.

-Son las 8 de la mañana Eme y tu ni siquiera has desayunado.

-No tengo hambre, solo quiero salir, he estado mucho tiempo encerrada para una niña de 8 años.

-No exageres, apenas hoy con 3 días que no vas al parque, no morirás si vamos la próxima semana. Tus padres salieron de viaje y necesitan saber que acatamos sus normas- Mandy salió de la enorme cocina seguida por una enfurruñada Emerson. Camino hasta el cuarto de juegos de la bebé pues, aunque cada una tenia su propia sala de juegos, casi siempre se encontraban en la de Madeline. Deposito a la bebé en las cochas especiales que se encontraban en el suelo y volteo hacia Emerson. - Lo siento Eme, pero no saldremos.

Emerson salió enojada de la sala y camino enojada hacia su habitación en donde después de darle muchas vueltas miro por la ventana. Desde ahí podía ver los árboles desprovistos de sus hojas, el viento era fresco y el cielo era una mezcla de azul y rosado. Se prometió que ese día saldría, costara lo que costara.

Jamás pensó que el preció sería tan caro.

One song for meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora