Capítulo 4 " Sueño Delta"

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Después del secuestro, las pesadillas se repiten casi todas las noches, los detalles se desdibujan pero el resto es fiel al recuerdo que tengo del episodio. Algunas veces empiezan en el galpón y otras desde el mismo momento en que nos raptan. 

 Todo se desencadena de la misma manera y por alguna razón retorcida de mi inconsciente no puedo alterar nada, lo que digo y hago se repite sin variables.

Mis pensamientos son los únicos que escapan a esta regla irreal de sueños.

La calle es oscura y está desierta . Caminamos hombro con hombro a paso rápido para contrarrestar el frío. 

—¿Y? ¿te dijo algo?— Cami me pregunta con cara de pícara.

—Si, pero no fuimos a eso— le respondo.

—Yo no nací ayer ni me chupo el dedo Dani. Te gusta Adrián... admitilo— me pincha el hombro con el dedo.

—Yo diría que me interesa nada más.

—Si no supiera que te gusta no te habría dejado convencerme de escaparnos para venir a ver su banda. Aparte no te hagas la tonta que te vi los corazoncitos en los ojos cuando tocaba la guitarrita— se ríe a carcajadas.

—Shh, vas a despertar a todo el barrio, pedazo de loca. Okey, si me gusta. ¿Contenta?

—Si— dice con una sonrisa victoriosa.

— Pero no se si va a querer algo conmigo y si Maxi se entera...

—Maxi es tu hermano no tu padre, aparte ya se debe haber dado cuenta. Las clases de violín que tomaste solo para cruzarlo por la academia fueron re obvias. ¿Te soy sincera?

—No.

—La música no es lo tuyo— niega con cara de desaprobación—sonabas como un gato torturado.

—Ya se, por eso dejé— le saco la lengua ofendida.

Cami se ríe y una parte de mi quiere parar el tiempo. Porque no puedo girarme pero se que un vehículo se acerca hacia nosotras por la calle.

En ese momento el sueño se deforma, pierde los bordes y una mancha negra en el centro de mi campo de visión empieza a absorber la imágen, como un agujero negro que va tragando todo lo que me rodea y me sume en la oscuridad. La sensación de caer al vacío me presiona de una manera insoportable, caigo sin control hasta que impacto en el suelo. Estos baches de tiempo suceden en todos mis sueños y para ser algo que pasa todas las noches me tendría que haber acostumbrado pero por desgracia todavía no es así. 

La venda me raspa los párpados y siento la presión del nudo en mi nuca. El piso frío en el que estoy sentada entra en mi cuerpo y tiemblo sin parar. El runrún grave del motor y el llanto bajo de Cami es lo único que escucho. Quisiera preguntar adónde nos llevan pero no tengo el valor de hablar.  Pasa un buen tiempo hasta que el vehiculo empieza a ir más lento y el vaivén se hace más brusco, nos movemos de lado a lado y chocamos cabezas con Cami varias veces. Siento un repiqueteo en el metal del techo y trato de entender que lo produce, en unos minutos noto el olor a tierra mojada. Está lloviendo.

El motor para de golpe y escucho el sonido de una puerta corrediza que se abre, me levantan por los brazos y me llevan en andas.  El aire cambia de repente,  se intensifica el sonido de la lluvia sobre el metal y la nariz me arde por el olor a óxido y combustible. Me sientan con violencia y trato de luchar retorciéndome y pateando pero me atan los pies y manos a una silla.

Escucho voces masculinas hablar por unos cuantos minutos pero están demasiado lejos y no consigo entender lo que dicen. 

Un ladrido ensordecedor me hace saltar del miedo.

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