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Minho apretaba el volante con fuerza.  Linseok lo observaba en silencio sentado a su derecha, y Chan, Seungmin y Jeongin conversaban tranquilos en la parte de atrás del vehículo.

Se había sacado el traje, sustituyéndolo por unos pantalones negros y una camiseta básica, con una chaqueta vaquera sobre ella.

"Déjate llevar, Min, si algo tiene que pasar pasará." le sugirió su hermano de forma tranquilizadora.

Minho solo asintió.

El castaño aparcó el coche a escasos metros de Jackson, y suspiró antes de salir del vehículo.

Divisó a Changbin salir de un coche a escasos metros de él, divisó también la cabellera naranja de Felix y con sus ojos recorrió el perímetro.

Y entonces lo vio.

Se encontró con su cabellera azul saliendo todavía del vehículo, y sonrió caminando hacia él; y una vez lo tuvo delante se quedó sin palabras de nuevo.

El traje negro había sido sustituído por unos pantalones negros de polipiel con diferentes roturas, y una sudadera blanca sencilla que le llegaba por encima de la cintura. Sus ojos estaban delineados delicadamente de negro, y una sombra gris con pequeños destello de purpurina adornaba sus párpados.

Minho sintió su garganta saca por segunda vez en la noche.

"Traedle agua a Minho, que todavía no hemos entrado y ya parece que se va a desmayar." se burló Changbin.

Minho lo fulminó con la mirada, antes de dirigirse a Han de nuevo.

"Te pido amablemente que dejes de robarme el aliento, no es bueno para mi humilde corazón." habló apenado.

"Cállate." le reprendió el menor con las mejillas coloradas.

Minho se dedicó a sonreír satisfecho.

Los nueve chicos entraron en la casa e, irónicamente, Jeongin era el encargado de custodiar la botella de vodka que le otorgarían al dueño de la casa.

"¡Changbin!" gritó el anfitrión tratando de llegar hasta ellos mientras esquivaba los obstáculos por el camino. "¡Me he graduado, cabrón!¡Pero bueno, anda que vienes mal acompañado!" bromeó, señalando a los ocho chicos a su alrededor.

"¡Sabía que lo conseguirías, hijo de puta!¡Y no te quejes, te tenemos un regalo!" se defendió el pelinegro señalando la botella que el menor sostenía entre sus manos.

Este dio un paso y le tendió la botella con timidez.

"Ya está, sois mis favoritos. Tomad lo que queráis y pasado bien." concluyó, despidiéndose con la mano.

"Os lo dije." afirmó Felix riendo.
Chan dio un paso al frente, poniendo el plan en marcha.

"Seok y yo vamos a dar una vuelta, hemos visto a un viejo conocido antes y vamos a saludar." mintió. "Hyunjin, cuida de Jeongin." advirtió amenazante, antes de que su pareja lo arrastrase entre la multitud.

"Yo voy a dar una vuelta, ya volveré con vosotros si no me queda más remedio." se despidió Seungmin.

"Lix y yo vamos a jugar con Jackson, me debe una revancha de la última fiesta." se excusó el pelinegro arrastrando a Felix.

" Hyung, esa chica de está viniendo hacia ti." improvisó Jeongin, y para su suerte la situación lo estaba favoreciendo."Sí, definitivamente viene hacia ti." y no estaba seguro de poder jurar que sus celos eran fingidos.

Hyunjin se armó de valor y lo tomó de la mano. "Vámonos, tú me interesas mucho más." habló con las mejillas coloradas.

Jeongin lo siguió en silencio incrédulo.

Jisung se carcajeó."Van diez minutos y ya nos hemos separado todos, nuevo record." afirmó.

Minho sonrió de lado." Pues no te quedará más que aguantar toda la noche a este simple mortal." le informó apenado.

Jisung se acercó al contrario desafiante. "Voy a enseñarte entonces cómo nos divertimos los miembros de la nobleza."

Y Minho estaba ansioso por descubrirlo.

                            [...]

Esa noche Minho descubrió que a Jisung el alcohol se le subía rápido.

Ambos había bebido exactamente lo mismo, pero se ve que el ron con cocacola había actuado diferente en ambos organismos: Minho se mantenía sobrio, pero Jisung ya empezaba a reírse por todo.

"Ven, vamos a bailar." decidió el peliazul agarrando al contrario de la muñeca.

Minho iba a oponerse, pero sabía que entonces el menor acabaría encontrando otro compañero, y no le apetecía perder la oportunidad de estar tan cerca de él de nuevo.

Jisung se movía a su lado, sus labios portaban una gran sonrisa, y sus ojos, clavados en los contrarios, brillaban con intensidad.

Después de un rato Jisung se había perdido en la multitud, en un pequeño despiste de Minho. El castaño lo buscó entre la multitud, dando por fin con él, bailando animadamente con un pelirosa que cada vez se acercaba más a él. Jisung trataba de esquivarle, pero el chico presistía.

Minho decidió que era suficiente.

Se acercó al peliazul por la espalda, agarrándolo de la cintura y dejando un pequeño beso un su cuello.
Han se estremeció ante su tacto, pero lo reconoció al instante.

"Hey, ¿dónde estabas?" interrogó, enganchando sus manos en el cuello contrario.

El castaño no contestó, se limitó a observarlo en silencio.

"Minho." murmuró, a escasos centímetros de sus labios.

"¿Qué?" el nombrado susurró, sin dejar de mirar sus labios.

" Bésame." pidió.

Minho se quedó en blanco.

Y entonces se dio cuenta.

Jisung estaba borracho.

Se separó unos centímetros del contrario.

"No voy a besarte, Sung."

"¿Por qué?" interrogó. "Sé que quieres besarme." desafió con seguridad.

"Estás borracho."

Han se encogió de hombros. "A ese chico no parecía importarle."

Lee lo miró con dureza. "A mi sí." dio por concluída la conversación, alejándose de la pista de baile, a sabiendas de que el peliazul lo seguía.

Después de eso Jisung siguió bebiendo, porque beber lo hacía olvidarse un poco de que el castaño lo había rechazado.

Y Minho tampoco dejó pasar la pesadez en su corazón.

Ni las ganas de besarlo.

Pero no iba a aprovecharse. Iba a besarlo cuando Han estuviese plenamente consciente de ello.

Él iba a ser entonces el borracho.
Porque iba a embriagarse sin retorno en sus besos.

door [minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora