Cree En Ti [Yuno y Tú] [EDITANDO🖋]

🍀[02]🍀

POV: ____ Kira Clover.

Por fin habían llegado los combates, era la última prueba para convertirse en caballero mágico.

El primer combate fue de Asta contra un rubio, este uso un hechizo de bronce para protegerse y a la vez atacar con cañones, alardeaba mucho, pero de un momento a otro Asta lo derrotó con una enorme espada oxidada que sacó de su grimorio.

Todos en el coliseo nos quedamos en silencio, sin poder creer lo que acaba de pasar.

—WOOOOW ¡¡Eso fue genial!!..pero...Asta-san no tiene poder mágico...¡¡¡Esto es extrañamente genial!!! —pensé, haciendo lo posible por no soltar un grito de emoción.

Pensé bien y ver eso me recordó a algo que ví en un libro hace algunos años, era algo sobre...la anti-magia, me hubiera encantado estudiar más sobre ella pero...mis padres murieron... y yo estudié todo sobre mi propia magia para hacerme más fuerte, casi me olvidé de la anti-magia.

Luego de otros combates interesantes, con hechizos increíbles, llegó el combate de Yuno-san, iba a luchar con un joven que alardeaba ser de la realeza.
El chico de la realeza atacó primero, luego Yuno, pero al parecer no le hizo mucho daño al contrario, ¡Entonces uso un hechizo genial y lo venció!

—¡ESPEREN! el grimorio de Yuno...¡ERA UN TRÉBOL DE CUATRO HOJAS! ¡¡IMPRESIONANTE!! —pensé mientras me recargaba más en el barandal del lugar donde estaba, intentando ver mejor el grimorio— Vaya, realmente no me esperaba conocer tan rápido a otro con grimorio especial.

Los combates continuaron, hasta que llegó el momento en que los capitanes iban a elegir a los nuevos caballeros mágicos, iban pasando un por uno. Muy pocos eran elegidos a decir verdad, hasta que llegó el turno de Yuno.

Veía atenta, cuando él paso al frente y la persona que indicaba que los capitanes alzaran la mano habló, me quede un poco sorprendida, pues todos los capitanes alzaron la mano y él terminó por unirse a Amanecer dorado.

Después llegó el turno de Asta, nadie alzó la mano; sentí un poco de pena por él, los demás aspirantes comenzaron a gritarle que se quitará para que otro pudiera pasar, pero de repente Yami-san fue hacia donde Asta y después de decirle algunas cosas, terminó por aceptarlo en su orden.

Siguieron pasando los demás aspirantes a caballeros mágicos y la verdad muy pocos eran elegidos. Rato después ya no quedaba ninguno por pasar y pues me dispuse a irme.

La chica iba caminando por los pasillos del lugar con el objetivo de irse a casa, hasta que alguien, o mejor dicho, varias personas la detuvieron.

—____-sama. —habló la capitana de las rosas azules, Charlotte, luego de tocarle el hombro a la nombrada.

____ volteó —Ah pero si son ustedes, ya me había asustado. —soltó una risita nerviosa— Por cierto, ya les había dicho que no me hablaran así, digo, no me gusta tanta formalidad, me pueden tutear.

—¡Si ____! —dijeron todos menos Yami y Doroty (esta última porque al parecer estaba dormida como siempre).

—Así está mejor. —dijo la chica sonriendo.

—Queríamos saber si al final si decidiste unirte a una orden. —comentó el capitán de Amanecer Dorado, William Vangeance.

—No. Por ahora seguiré haciendo misiones yo sola, aunque quizá pronto decida unirme a alguna, los nuevos caballeros son muy interesantes, en especial dos. —respondió, recordando a Yuno y Asta.

—Se los dije que no se uniría. —se burló Yami exhalando el humo de su cigarro, eso hasta que ____ se lo arrebató y lo tiró al suelo para aplastarlo mientras miraba al mayor de mala forma— Hey, mocosa... —una vena se remarcó en el rostro de Yami, claramente molesto.

—Ahí van de nuevo. —se quejó en un suspiro Fuegoleon.

—Te dije que ya no fumes. —lo regañó ____, arrugando un poco el rostro por el olor del cigarro que le resultaba desagradable.

—¡Esa no es razón para siempre hacer eso! —respondió Yami mientras la tomaba de la cabeza como lo hizo antes con Asta y la alzaba— Ahora sí vas a ver.

____ iba a responder y su discusión se seguiría alargando, de no ser por William que los hizo separarse, regañando a ____ por irrespetuosa con su mayor y a Yami también por no saber controlar su ira.