Cuando Sesshomaru se entera de que su pequeño ya esta creciendo dentro de Kagome, sabe que su parte animal tomara el control... O al menos hasta que el bebé ya se encuentre en sus brazos y pueda protegerlo aun más.
Sin embargo, los peligros son cons...
¡Perdón por tardarme con este fic! Pero les traigo un nuevo capítulo <3
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Otro día de trabajo y otro momento junto con Kikyo y aunque Sesshomaru se oponga, debo dejar todo en orden en el trabajo, incluso convivir con Kikyo en ese tiempo. Camine hasta mi cubículo y suspire, debo esperar que sean las 8:30 am para que Kikyo se presentara y sigamos con la capacitación.
Mi pasado es doloroso, a veces sigo teniendo pesadillas con los cazadores y mi familia, trato de mantenerme tranquila y superarlo pero bueno, esa época fue tan caótica y terrífica que es difícil. Aunque se puede manejar, solo debo enfocarme en acabar con los pendientes con Kikyo e irme lo más pronto posible con mi familia.
Justo a la hora llego la mujer, se puede notar desde lejos que tampoco quería estar aquí pero para avanzar en esta empresa aceptara todo lo que se le ordene, y ahora su orden es estar aquí junto a mi y aprender lo que más pueda para los siguientes meses de prueba.
-Buenos días, señora Taisho. —Dio una pequeña reverencia. Sentí escalofríos cuando se enderezo y me sonrió. —Por favor cuide de mí.
-Buen día, Kikyo. —La salude y me levante de la silla, camine y la mire para que me siguiera, por supuesto no se quejó y lo hizo. —Hoy veremos sobre los procesos que debes hacer para el trabajo de campo.
La de cabello negro asintió y apunto algunas cosas que le dije para un mejor funcionamiento de su trabajo.
(...)
A las 2 de la tarde ya me encontraba en las mesas de la cafetería comiendo, a mi derecha se encontraba una compañera de trabajo y conversamos sobre mi embarazo y lo que dijo el doctor sobre los peligros, claro los peligros humanos, y como debía estar en reposo lo más pronto posible. Las dos hablamos tan concentradas en la plática que no nos dimos cuenta de la presencia de una tercera persona, al menos hasta que Kikyo nos interrumpió con una disculpa.
-Señora Taisho, perdón por interrumpirla en su comida.
Me disculpe con mi compañera y le pedí a Kikyo que me dijera la duda que tuviera, aunque por su mirada puedo decir que es algo personal y algo que solo nos concierne a nosotras. De nuevo me disculpe con mi amiga y me levante para llevar a Kikyo lejos de la cafetería.
-¿Paso algo?—En cuanto salimos a la terraza se lo pregunte.
-Quiero hablar sobre lo que paso en nuestros días de escuela.
Bueno, es mi momento de huir o hablar claramente con ella. Sabemos que elegiré la segundo opción aunque tenga miedo y solo quiero correr con Sesshomaru.
-¿Cuándo escaparon?
Kikyo hizo una mueca y resoplo, se puede notar la incomodidad que tiene pero se obliga a verme a los ojos y responder.
-Un día después de la asamblea, después de que persiguieron a los lobos. Koga y yo no podíamos manejar esa mierda y escapamos. Un tiempo después nos siguieron nuestras familias y nos establecimos en Tokio. —Se cruzó de brazos, talvez de una forma se está protegiendo de sus propias palabras. —Cortamos cualquier comunicación con Sango y esos locos.
Asentí con la cabeza, le creo que no quisieron estar más tiempo en ese pueblo lunático pero no quita el hecho de lo que sufrí por ellos. Di unos pasos hacia atrás y mire la puerta que daba para irnos de aquí, necesito alejarme de todo esto y perderme en algún lugar, lo que sea para borrar los recuerdos que me han atormentado desde su llegada.
-Hoy me iré más temprano, mañana seguimos con tu entrenamiento. —Peine mi cabello hacia atrás. —Aunque creo que estas calificada para el trabajo, no creo que necesites toda la semana para adaptarte, hablare con Kirara al respecto.
Me di la media vuelta para irme pero su voz me detuvo.
-Sango. No hemos sabido de sango desde hace años.
Pose mi mirada sobre mi hombro, las piernas me temblaban, es como si la diera por muerta cuando solo esta encerrada en las cárceles de los Ookamis . Levante los hombros simulando indiferencia y fui a la salida.
En cuanto la puerta se cerró, me apoye en la pared y cerré los ojos, mi cabeza duele horrible y mi cuerpo no reacciona como quiero y es cuando me doy cuenta que el miedo se está apoderando de mí.
Trato de respirar con calma aunque no lo consiguió y caigo al suelo, mi vista se nubla por las lágrimas que quieren recorrer mi rostro y escondo mi rostro en mis manos. No sabía cuánto me ha afectado la presencia de Kikyo y eso me aterra. Tal vez es una coincidencia que se encuentre aquí pero todo de mí me dice que no es así, que pronto vendrá el invierno a nosotros de nuevo.
Nos está avisando que el pasado regresara.
Que cada una de nuestras acciones y decisiones nos alcanzaran.
