Prologo

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Nunca en mi vida me sentí tan triste... tan destrozada, no puedo creer que este dia llegaria... puedo sentir las gotas en mi rostro camuflando el mar de llanto que he soltado, el cielo también llora su partida.

Todos aquí me dan el pésame, intentan camuflar sus sufrimiento... ellos le deben mas que la vida.

Beso la rosa roja que sostengo como si fuera mi vida entre mis manos, antes de colocarlo sobre su féretro.

- Siempre seras el hombre de mi vida, siempre te llevare conmigo...

Siento unos brazos alrededor de mi cintura provocando que apoye mi peso en su pecho.

- el esta en un mejor lugar... vamos, no es seguro estar aquí tanto tiempo....

-No, déjame... solo... solo un poco mas... –termino por quebrarme arrodillandome en el césped sintético gritando por su perdida, gritando por el no tenerlo mas a mi lado, no me importa ni me interesa ser el maldito centro de atención... me ahogo en cada minutos y segundo- Te amo
отец мой король – puedo escuchar como todos comienzan a recitar sus juramento y lealtad que le tenían.

Juro serle fiel a la mafia, al igual que la mafia me asegura su fidelidad. Así como ahora arden la imagen santa y mis gotas de sangre, juro estar dispuesto a sacrificar mi sangre a la mafia, cuando llegue el tiempo en que mis cenizas y mi sangre deban volver al lugar de donde proceden.

Sonrio al escuchar la voz de mi padre cuando debía bautizar a los nuevos:

"Hoy, desde este momento en adelante, no los juzgarán los hombres, se juzgarán ustedes solos. Hay dos alternativas. Si en la vida cometen una negligencia grave, no deben ser sus hermanos quienes los juzguen. Deben ser ustedes los que admitan la negligencia y elijan el camino. Aquí hay una pastilla de cianuro. O se envenenan o toman esta (pistola) que dispara. De todas las balas del cargador, deben reservar siempre una. La última es para ustedes",

El peso de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora