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-¿En serio te vas a ir? -preguntó por milésima vez mi madre con el tono triste que acompañaba a su voz desde que le dije que me iba a ir de casa porque ya había encontrado un piso.

-Sí, mamá. -rodé los ojos y cogí mi maleta ya lista.

Me paré en el marco de la puerta antes de salir y abracé a mi madre.

-Te echaré de menos.

-Mamá, te vendré a visitar. No seas exagerada. -reímos unos segundos y le dí una sonrisa cálida- Te quiero.

-Yo también te quiero.

Fui hacia el coche y agité la mano por la ventanilla, gesto correspondido por mi madre, antes de irme. Llevaba unos meses buscando piso y todos eran muy caros y oí que compartir piso era barato y bueno para conocer gente nueva. Así que como la persona sociable que soy decidí buscar uno al lado de mi trabajo.

Cuando llegué a la dirección marcada en mi móvil paré el coche y lo aparqué frente al portal. Toqué el timbre varias veces y tras unos minutos me respondió una voz rasposa, logrando erizar mi piel.

-¿Quién es...?

-Ah, Kim Seokjin soy...

No logré terminar mi frase porque el sonido que hacía la puerta del portal al estar lista para ser abierta me interrumpió. Abrí la puerta con mi maleta en mano y miré las escaleras.

M i e r d a.

No había ascensor y el mío era el último piso. Bufé y comencé a subir las escaleras hasta que en el segundo piso me choqué con alguien que salía de la puerta de enfrente haciendo parar abruptamente para luego verlo esconderse tras de mi.

-¿¡Qué cojones, Jimin!? ¡Vuelve aquí! -salió un segundo chico de la misma puerta.

-¡Yoongi! ¡Ya te dije que fue sin querer!

-¿¡Cómo cojones aspiras a un pez sin querer!?

-¡No sé usar la aspiradora!

-Esto... ¿me dejáis pasar? -los dos dirijieron sus miradas a mí y sonreí incómodo.

El chico llamado Jimin se percató de que me usaba como escondite y se enderezó apartándose rápidamente.

-S-sí, lo sentimos.

Asentí queriendo soltar una carcajada y seguí subiendo las escaleras oyendo los gritos de fondo. Al llegar al tercer piso ví a una chica bajar por las escaleras bastante enfadada por lo que me fue imposible no seguirla con la mirada.

-¡Hijos de puta! ¡callaos ya, coño! ¡todo el puto día discutiendo! -se oyó segundos después.

Abrí mis ojos al ver que ya nada se oía y comencé a subir las escaleras de dos en dos bastante asustado. Al fin llegué al quinto piso y ví la puerta abierta. Entré al piso y la cerré tras de mí. Cuando me giré ví a un tipo de piel canela, ojos marrón oscuro y vestido sólo con una bata y pantalones cortos de pijama a lo cual me sonrojé.

-¿Por qué tardaste tanto en subir? -preguntó con la misma voz rasposa que oí por el telefonillo.

-Los vecinos... -bufó y comenzó a reír.

-No me digas más. Soy Namjoon, Kim Namjoon. Tu compañero de piso, encantado. -me tendió la mano y yo se la apreté.

No pude evitar bajar mi mirada a su abdomen levemente marcado y su pecho firme.

-Estaría bien que te pusieras una camiseta. - dije pasando al salón.

Oí cómo se carcajeaba a mis espaldas y me seguía. Abrí la puerta de la única habitación que estaba cerrada acertando en que esa sería mi habitación y dejé mi maleta sobre la cama comenzando a poner las cosas en los cajones.

-Si te molesta no mires y ya está. -sonreí aún dándole la espalda y negué con la cabeza.

-Ni siquiera me has dicho donde estaba mi habitación, lo he tenido que intuir, los vecinos son bastante alocados y me he encontrado con un tipo medio desnudo pasando la puerta. Este no es el servicio que constaba en la información del piso.

Me giré sobresaltándome al tenerlo tan cerca de repente y tragué saliva.

-Uy, perdone usted su majestad por tan víles tratos. -se rió en mi cara y se apartó volviendo a la puerta. - Por cierto, Seokjin, bonito nombre. Igual a tu trasero. - fruncí el ceño y le tiré la primera cosa que encontré fallando porque él cerró la puerta.

-¡¿Qué cojones dices?! -grité frustrado y sonrojado hasta las orejas. Estar por aquí va a ser muy interesante.

남진 ➧ RoomatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora