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—No me has ni apartado, ni pateado, ni dado una cachetada... –comentó con tono burlón– ¿te gustó? –preguntó de la misma forma y alzando una ceja.

Yo me alejé y me encogí de hombros restándole importancia al revoltijo agradable que se formó en mi estómago.

—Sin más, besas bien.

Comenzó a reír frente a mí y acercó su rostro al mío de nuevo.

—Pues a mí me gustó.

Se dio la vuelta y se alejó susurrando un "más de lo que debería" y encerrándose en su cuarto. Me sonrojé y decidí ir a hacer la cena. Suspiré al ver el frigorífico de nuevo y no tuve más opción que hacer una pizza. Dejé la mitad para Namjoon y fui a tocar su puerta. Me abrió tras unos segundos y sonrió.

—¿Ya me echas de menos?

—Tienes la mitad de la pizza en la mesa.

—¿Y no te puedo comer a ti?

—Hice la de jamón y queso porque la de barbacoa está asquerosa.

—¿Y no prefieres hacer el amor?

—Pues mira, sí.

Lo empujé dentro de su habitación. Echa un asco, por cierto. Lo tumbé en la cama y me puse sobre él. Me miró con asombro y un poco asustado. Sonreí leve.

—¿S-Seokjin?

—No te ves convencido. Si no estás dispuesto a seguir con lo que me dijiste no me hubieras preguntado.

Namjoon agarró mi cintura y tragué saliva, no era lo que quería, simplemente quería asustar lo un poco.

—Créeme que contigo nunca me echaría hacia atrás. –de un movimiento me dejó debajo de él y cerré los ojos al recibir un beso por su parte.– Seokjin, a penas nos conocemos pero... déjame hacerte el amor.

¿así es como se sienten las típicas mariposas en el estómago?

Me sentí débil y sin darme cuenta las prendas desaparecieron de nuestros cuerpos. Caricias, besos y chupones se hicieron presentes. Pronto mis gemidos y jadeos por su parte. Mis piernas enroscadas en sus caderas, pequeños chirridos que hacía la cama al pedirle que fuera más rápido. El orgasmo no tardó en llegar y aseguro que amé la manera en la que me mimó después.

—¿Esto sólo ha sido un simple acostón para ti? –pregunté acomodado en su pecho, con miedo de que no hubiera sentido lo mismo que yo sentí.

Él paró de acariciarme el cabello y mi corazón se encogió al pensar que sería rechazado por un momento.

—Seokjin... esto se sintió más íntimo que simple sexo. –respondió con voz suave y no con la voz grave y rasposa que acostumbraba a oír– Quiero conocerte más, que salgamos y quiero pedirte ser mi novio debidamente.

Sonreí levemente y lo abracé mientras él me besaba la frente.

—Al final no cenaste. –comenté con gracia.

—Pero obtuve algo mejor. –me guiñó el ojo y le dí un golpe.

—Estúpido pervertido.

—Pero te gusta.

—Sí me gusta.

Y así nos dormimos. Ambos ilusionados por las citas que nos esperaban.

남진 ➧ RoomatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora