ꜰɪʀꜱᴛ ʟᴏᴠᴇ [ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ ꜱʜᴏᴛᴏ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ]

Capítulo 9: Entrenamiento

No sabía como reaccionar, me quedé unos segundos observando su enorme figura. Era la última persona que esperaba encontrarme ahora.

Rápidamente, desperté de mi trance y limpié las lágrimas de mi cara mientras me ponía en pie.

–¿Q-qué hace usted aquí...? – cuestioné algo nerviosa.

No veía al padre de Shōto en persona desde aquel festival, cuando tenía cinco años.

–Tuve que venir para expulsar a los villanos de la escuela. – dijo con su voz grave y fuerte. –Deberías haberte ido ya a tu casa. –

Simplemente, afirmé con la cabeza para después recoger mi mochila, la cual había dejado en el suelo hace unos minutos.

–... ¿Tú eres (T/N) (T/A), verdad? –

¿Hasta ahora no me había reconocido?

–Si... –me límite a responder.

–Así que has entrado en esta escuela... Ha pasado mucho tiempo. –

–Ajá... –

Esta conversación estaba siendo muy incómoda.

Se presenciaban unos interminables segundos en medio de cada pregunta y respuesta, los cuales me hacían sentir peor que nunca.

Me quería ir a mi casa.

–Bueno... Ha sido un placer volver a verle, pero... Debería irme a–

Me interrumpió.

–No te acerques a Shōto. –

¿Qué?

...

–¿Disculpe? – dije de inmediato.

–Hace años os separé porque estaba harto de vuestros juegos de niñitos. Desde que te conoció, Shōto dejó de mejorar en sus entrenamientos y su concentración empeoró. No sabía hacer nada salvo hablar de tí. Además, mi hijo ha entrado aquí para ser mejor que tú, y mejor que todos los estudiantes que residen aquí, así que ten claro de que no eres su amiga para él, solamente eres una rival. –

No daba crédito a lo que estaba sucediendo.

En cuanto dijo esas palabras, se me vino a la cabeza todo lo que me contó Shōto, su pasado, y todo lo que sufrió por este "héroe".

Menudo cretino.

Sus palabras me hicieron más daño de lo que esperaba, así que no pude evitar contestarle.

–Señor Endeavor... Que usted no vaya a llegar en su vida a ser el héroe número uno no quiere decir que tenga que explotar de esa manera a su hijo. Él no es usted. Déjelo vivir su vida. ¿Qué concepto de héroe tiene en la cabeza? Esto es absurdo. –

Mis palabras fueron directas, y mi expresión cambió por momentos.

Esto hizo que Endeavor se quedase con la boca abierta.

Creo que me pasé... Pero de todas maneras, se lo merecía.

Me coloqué la mochila en mi espalda y me fui de allí, sin antes escuchar un "niña malcriada" de la boca del héroe número dos.

No se por qué, pero me sentía bien después de haberle dicho todo lo que me guardaba.

Por fin, salí del recinto y me dispuse a llegar a casa.

****

No sé por qué, pero cada vez que introducía la llave en la cerradura de mi casa, tenía las esperanzas de que detrás de la puerta estuviera mi padre dándome una sorpresa.