Craig Tucker es un chico normal de dieciséis años. Es alto, pero realmente hace tiempo que no se mide y no sabe cuánto. Tiene los ojos azules, y cerca de la pupila tiene pequeños rastros de verde y marrón. Hace bastante tiempo que no se corta el pelo; la última vez que puso un pie en una peluquería, fue para hacerse mechas azules, que no le gustaron para nada y acabó tapándolas con tinte negro en su baño a las cuatro de la madrugada, un martes lectivo.
Entre sus gustos se encuentran la música rock, las cobayas —tiene una, llamada Stripe— y molestar a su hermana pequeña, Tricia.En este mismo momento, Craig se encuentra en su habitación. Son las tres de la madrugada y tiene ganas de ir a la habitación de su hermana y asfixiarla con una almohada; porque esa vez, la broma se la ha ido de las manos.
Para entender la situación en la que se encuentra Craig, hace falta volver unas horas atrás:
Sus padres habían salido a comprar y Craig se había quedado al mando de la casa. Como solía pasar, a Tricia no le hizo mucha gracia la idea y comenzaron a pelear. Sus peleas siempre eran bastante violentas —alguna que otra vez habían llegado a los golpes— pero esa vez, Tricia había cedido a la tregua con demasiada facilidad. Craig no quiso darle importancia en ese momento y simplemente se lo tomó como que su pequeña y odiosa hermana comenzaba a madurar, e hizo un par de bromas al respecto. A Tricia no le molestaron. Quizás Craig debería haber comenzado a preocuparse en ese momento, pero no lo hizo y siguió a lo suyo.Volviendo al presente, Craig se encuentra en su cama. Es sábado y realmente no le importa desvelarse, pero le habría gustado despertarse en otras condiciones.
Mira la mesita que hay al lado de su cama. Encuentra una estatuilla —es incapaz de identificar la forma— y un papel escrito con la que, claramente, es la letra de su hermana."Este mortal quiere ser poseído esta noche, en sus sueños, por un íncubo."
Hasta donde Craig sabe, un íncubo es un demonio sexual que toma forma de hombre y drena las energías de las mujeres.
Craig se queda mirando a los pies de su cama. No sabe si reír, llorar, o pasar de todo y cometer un homicidio con Tricia de víctima.
— ¿Por qué estás despierto?
A los pies de la cama hay un íncubo. Craig ya no tiene ninguna duda sobre ello; las cosas son demasiado obvias como para negarlas.
El demonio en cuestión tiene un rostro delicado, los ojos tan rojos como rubíes y el cabello rubio, largo y desordenado. Craig piensa que si lo viera por la calle seguramente lo vería más que atractivo; pero verlo ahí, flotando alrededor de su habitación y batiendo esas gigantescas alas rojas a su espalda, no es precisamente su idea de alguien atractivo.
— Se supone que tienes que estar dormido, ¿Sabes? Pero he intentado colarme en tus sueños y te has despertado. Eso no está bien, no no. Vuelve a dormir.
La voz del demonio delante suyo es bastante melódica e hipnotizante, factor que alarma todos los sentidos de Craig.
— Mira, no sé quién eres y no sé cuánto te habrá pagado Tricia para que hagas esto, pero ya te puedes ir.
El demonio a sus pies muestra una amplía sonrisa que estremece a Craig completamente. Muestra sus dientes afilados como agujas y se pasa la lengua por estos; una acción que podría haber resultado sensual de alguna forma, pero a Craig solo le parece macabra.
— Tu hermana me ha invocado, sí. Pero es a ti a quién busco.
Craig solo quiere volver a dormir, así que se tumba de nuevo en la cama y se tapa con las sábanas hasta la cabeza. Escucha la risa estridente del demonio, y siente como este se sienta sobre él. Craig se estremece cuando la lengua viperina bordea el cartílago de su oreja con horrible lentitud.
— Es muy raro que un íncubo devore a un hombre... Pero supongo que siempre hay una primera vez para algo, ¿No crees, Craig?
— Si vas a matarme, hazlo rápido, porque si después de esto vuelvo a ver a Tricia ella será la muerta. —Suelta mirando los rubíes amenazadores que se clavan sin disimulo en él.—
— ¿Quieres saber una cosa?
No, Craig no quiere saber nada en ese momento. Quiere dormir, pero está empezando a ver que al menos esta noche, le va a resultar imposible.
— Una vez invocado un íncubo, no se irá hasta conseguir la energía necesaria.
Y otra vez esa sonrisa afilada. Craig está seguro de que tiene una mueca de asco como mínimo.
— Así que, ¡Voy a manipular los recuerdos de tu familia y me voy a quedar contigo! ¿Qué te parece?
— Fatal.
— Me da igual.
Craig ya se esperaba una respuesta como esa.
— ¿Piensas ir por la vida con esas pintas?
El demonio rueda los ojos y chasquea los dedos. Sus alas han desaparecido y de repente sus ojos ya no son rubíes, si no esmeraldas.
— Ahora hazme un sitio.
Craig no le hace caso pero el demonio de todas formas se cuela bajo las sábanas de su cama y lo estrecha entre sus brazos.
Craig solo quiere despertar de esa pesadilla, sin ningún íncubo que valga a su lado. Por suerte o por desgracia, las cosas no siempre van como uno quiere.
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Íncubo;; creek
FanfictionSobre demonios sexuales y otras formas curiosas de perturbar la monótona vida de Craig Tucker. - Craig Tucker x Tweek Tweak. - Demon! AU - actualizaciones lentas.