Craig no se equivocaba cuando el sábado por la madrugada vió que no podría dormir.
Y ahora, domingo por la tarde, también ve que tiene pocas probabilidades de dormir. O al menos, de dormir cómodamente.
Sus padres, Laura y Thomas, no han mostrado ningún hábito fuera de lo común. Pero lo que más sorprendía a Craig, era el hecho de que Tweek —ese era el nombre que el molesto íncubo había elegido— había decidido que iba a presentarse como su novio oficial.
Tweek le seguía a todas partes, le abrazaba por la espalda y sus padres simplemente no parecían extrañarse por ello.— ¿No crees que deberías rendirte?
Tweek habla con esa dulce voz suya. A Craig por algún motivo le encanta escucharle hablar; asocia eso a que es un demonio que seduce a los humanos y es normal que sea encantador, y se queda más tranquilo.
— Creo que deberías irte por donde has venido, eso creo.
A veces, la risa de Tweek suena metálica, pero meliflua Esta es una de esas veces. Craig reprime la sonrisa que amenaza con tirar hacia arriba de las comisuras de sus labios, y se maldice internamente por ese impulso.
Cuando Tweek está a solas con Craig, vuelve a su forma original. Craig ya se ha acostumbrado a verlo volar en círculos por su habitación, a pesar de que ni siquiera lleva una semana con él. Y de repente Craig se encuentra pensando si no habría estado esperando por ese maldito demonio durante toda su vida; lo cual es un pensamiento estúpido, y rápidamente lo deja de lado.
— Mañana voy a ir al instituto, vas a tener que quedarte solo.
Tweek lo rodea con los brazos y le besa la frente. Craig le ha dicho miles de veces que odia el contacto físico, sobretodo cuando no es deseado, pero el demonio parece ignorar todas y cada una de las quejas del mortal.
— Voy a ir contigo.
— Ni de broma.
— ¿Por qué no?
— Porque no.
— Ya, esa no es una razón válida.
Tweek se separa de Craig y se cruza de brazos frente a él, formando un mohín de desacuerdo en sus labios. Craig hace como que no le importa, pero muy en el fondo de su corazón ha despertado un sentimiento que no sabe bien cómo identificar.
— Diré que soy un estudiante de intercambio y ya.
Craig le mira fijo a los ojos. Normalmente, cuando Craig mira a los ojos, la otra persona aparta la mirada en segundos: sus ojos son fríos, amenazadores y a pesar de todas esas cualidades, bonitos. Pero Tweek le devuelve la mirada sin ningún tapujo.
— Es imposible que te crean.
— Me subestimas.
El timbre de casa suena y Craig bufa molesto. No sabe quién es y no está seguro de querer saberlo, pero cuando su madre le llama para que vaya a abrir la puerta, sabe que no tiene otra opción.
Y ahí está su mejor amigo, Kenneth McCormick. Craig está más que acostumbrado a que Kenny aparezca sin avisar en su casa, pero justamente ese día, no quería tener ninguna visita inesperada.
— No te vas a creer lo que me ha pasado hoy tío, sigo sin...
— No te voy a dar dinero, Kenny.
El rubio rueda los ojos y sonríe. Craig siempre ha pensado que si Kenneth quisiera, podría conseguir un contrato en una empresa de modelaje en menos de lo que canta un gallo. Obviamente, Craig no va a decirle nada, porque sabe como es su amigo y no quiere escuchar burlas constantes por su parte sobre su orientación sexual.
— ¿Puedo subir a tu habitación?
Oh, mierda. Craig baraja las opciones que tiene. Decirle que su hermana invocó un demonio sexual como venganza no está entre ellas; pero mandar a la mierda a su amigo es una buena idea.
Pero como se suele decir: la confianza da asco. Y Craig se da cuenta de la veracidad de ese refrán cuando ve a Kenneth subiendo las escaleras en dirección a su cuarto; Craig corre todo lo que puede para adelantarse y llegar a la puerta antes.
— No entres.
— Vamos, nada de lo que tengas ahí me va a sorprender a estas alturas.
Esas palabras llevan mentalmente a Craig a ese día que, Kenneth descubrió por accidente que Craig tenía —tiene— una página de memes de astrología y cultura pop en general, que en verdad empezó como sátira y acabó siendo un pasatiempo muy recurrente en su vida.
El problema, es que los memes y un demonio sexual no se parecen en nada.
Craig siente como si el corazón se le fuera a salir por la boca cuando nota la puerta abrirse tras de él. Se aparta y ve la cabellera rubia de Tweek asomar; y sus ojos, verdes.
— ¿Quién eres? —Es la primera vez que escucha a Tweek con un tono agresivo en su voz.—
— Soy Kenneth McCormick, pero puedes llamarme Kenny o tu próximo novio, como prefieras.
Tweek hace una mueca de asco y cierra la puerta. Craig, mientras tanto, está intentando procesar el hecho de que quizás Kenny no es tan heterosexual como él pensaba —o quizás es la atracción propia que ejerce un demonio como Tweek, a pesar de estar en su forma humana—.
— Es un estudiante de intercambio, se queda en mi casa durante este trimestre. —Craig intentó resolver las posibles dudas que pudiera tener Kenny.—
— ¿De dónde es?
— ¿Qué?
— Que de donde es, pedazo de sordo. Tiene un aire exótico.
Craig quiere evitar responder a eso porque decir que viene del mismísimo Infierno no es una opción, por muy verdad que sea.
La puerta vuelve a abrirse, revelando a un Tweek algo sonrojado, pero aún molesto —a Craig realmente le encantaría saber por qué está tan enfadado, pero no dice nada—:
— Mi madre es holandesa, mi padre ruso y nací en Londres, ¿Te sirve eso cómo respuesta?
— Depende, ¿Dónde quieres cenar esta noche?
Tweek vuelve a cerrar la puerta, esta vez, con mucha más fuerza que la anterior. Kenneth sonríe con dulzura y Craig solo quiere echarlo de su casa.
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Íncubo;; creek
Hayran KurguSobre demonios sexuales y otras formas curiosas de perturbar la monótona vida de Craig Tucker. - Craig Tucker x Tweek Tweak. - Demon! AU - actualizaciones lentas.