#3 Vendas para Andrés

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Mi corazón late de prisa, mi boca está seca y me tiemblan las manos. El bosque está oscuro y solo veo una luz muy lejana. Intento correr pero mis piernas no dan más, camino tomandome de los árboles, siento que alguien me persigue. Dejando el aire atrás y con mi último aliento, entro a la casa, todo está oscuro pero no importa, al entrar cierro la puerta y trato de encender la luz pero no hace falta porque una lámpara se enciende sola. Hay una persona sentada en el sillón, es una mujer, escucho más pasos y veo a un hombre bajar de las escaleras. Ninguno de los dos me ve aquí, estoy estática.

-¿Hola? - hablo pero ellos no escuchan.

-Vamos Valeria.

-Vamos.

Ella se acerca al hombre y toma su brazo, sigo su paso. Él le abre la puerta del copiloto, ella sonriéndole sube, el hombre rodea el auto para subir. Quiero seguirlos pero no sé como hacerlo. El auto sale y yo comienzo a correr, no veo lo que se atraviesa, entonces caigo golpeando mi cabeza.

De repente despierto en en lugar extraño, blanco y hay un olor a alcohol de hospital. Mi cabeza duele, mi cuerpo tiembla de frío y mi corazón palpita fuerte, entonces un grupo de médicos pasan corriendo, llevando con ellos una persona en la camilla.

-¡Marcos! - grita la mujer.

Inconscientemente camino junto a los doctores viendo a la mujer, su cara está llena de sangre pero cuando miro sus ojos logro reconocerla... No puede ser, entonces el hombre debe ser...

-¡Catalina! ¡Catalina! - escucho que gritan ellos, ella me mira con sus bellos ojos verdes.

El hombre pasa en una camilla también, los doctores gritan algo que no logro comprender. Ambos entran a un quirófano y yo quedo atrás.

-¡Catalina! ¡Catalina! ¡Catalina!- sus voces se escuchan cada vez más lejana. Caigo al suelo y tapo mis oídos, no puede ser, esto no está pasando.

-¡No! ¡No! - me despierto llorando, siento mucho frío, tengo miedo.

La puerta se abre y la luz se enciende, puedo ver a Eva preocupada. Corre hasta mi y me abraza, hundo mi cabeza en su cuello y me aferro a ella como si mi vida dependiera de ello.

-Cata, otra vez con ellos - asiento y ella suspira -Okey, calma cariño, estoy aquí y nada malo pasará.

-Tengo miedo, he soñado tanta veces con ésto.

-Ellos no te llevarán, tienes mucho por vivir.

-Pero...entonces por qué eso sueños.

-Debemos ir con un psicólogo.

-Y que me diga lo mismo de aquella vez, no...no iré - me separo y ella sonríe, acaricia mi cabello.

-Esta noche dormiré contigo, cuidaré de ti y de tus sueños.

Ambas nos acostamos, me abrazo a ella y acaricia mi cabello. Empieza acantar una hermosa canción que hemos cantado desde niñas.

-Si el sol después de la lluvia no sale, entonces yo seré tu sol.
Si la luna no brilla, le echaré purpurina.
Si el coco te asusta, lo empujare... Y tu corazón protegeré.
Si te caes, te levanto
y sé que tú lo haras por mi.

No soltaré tu mano,
El villano no ganará,
juntas como los rayos del sol.
Nunca olvides que tú eres mi amor.

-Eva...no puedo seguir así y tú tampoco.

-¿De qué hablas Catalina?

Jaque mate©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora