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Querido Miguel:

En la noche,

soñé contigo.

Te acercaste mucho a mí cuando iba hacia el salón de Inglés.

Hasta me hablaste, con mucha normalidad, como si no pasara nada.

Lo extraño fue que eran como saltos de tiempo.

Brenda, estaba en frente de nosotros.

Tú detrás de mí.

Después estábamos en una banqueta (¿tan cosas raras sueño?).

Puse el vídeo de Just Tonight de The Pretty Reckless; siendo mi canción favorita de esa banda.

Coloqué mi mano encima de la tuya.

Y me recargué en ti.

No le tomaste importancia.

Marisol tomó una foto con su teléfono a nuestras manos.

A mí casi no me importó.

Otro momento, donde quedamos en una... habitación.

Te tiraste al suelo con lágrimas en tus enrojecidas mejillas...

No entendí eso.

Lo primero que pensé: “¿Ya habrá leído mis cartas?”.

Esa pregunta rondaba en mi cabeza.

Me acerqué y te abracé, me rompía el verte en ese estado.

—Perdóname —dijiste en llantos. Y no te negaste el recibir mi abrazo—. En serio, perdóname, fui un tonto por lo que te hice. —Tampoco entendí por qué estaba llorando.

Ya las leyó, de seguro, pensé.

—Tú... perdóname por actuar tan inmadura, y no mirar el problema... —te respondí algo entrecortada.

—Entonces... ¿Cuándo no intentamos de nuevo?

—Ahora.

Y luego me besaste dulcemente en los labios y te seguí la corriente.

Joder, lo sentí tan real...

Aunque, sigo sin entender el porqué lo soñé.

¿Es el remordimiento de volver?

—I am the Devil’s smile.

CARTAS ➵ 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora