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Todo tipo de dudas inundaron mi cabeza de inmediato. 

¿Rival amorosa? ¿De quién? ¿Y por quien nos ibamos a pelear?

—Oh, está despertando.—dijo el rey hada

—Mn... ¿donde estoy? ¿quienes son ustedes?—pregunto la chica alarmada arrastrándose lejos de nosotros, asustada

Admito que la chica era muy linda, un cuerpo bien proporcionado, ni muy alta ni muy baja, largo cabellos plateados y dos hermosas gemas turquesa.

—Tranquila, no te haremos nada.—intenté tranquilizarla Gloxinia

—Ustedes no, pero yo sí.—dijo Meliodas, su marca de demonio se hizo presente y el demonio hizo signos de sacar su espada

La chica entro en pánico al ver esto y se levantó para pelear también.

—¡ALTO!—me interpuse entre los dos—Nada de peleas en mi lago, si quieren pelear vayanse al carajo, pero en mi lago las peleas están prohibidas.—ambos se miraron y bajaron sus manos—Bien. Si vuelven a siquiera intentarlo sufriran la furia de mi espátula.—levante el objeto que había construido el gigante para mi, amenazandolos con este mismo—Ahora si me disculpan, se me quema el caldo.—volví a cocinar

Ambos se miraron y luego se sentaron junto a los otros. Asi me gusta, mientras estén en mi territorio son mis reglas.

(...)

El tiempo pasó y empezamos a construir una relación amistosa con esa diosa, hasta el tonto de Meliodas se abrió con ella, pero seguía en guardia contra ella. Su nombre era Elizabeth, era una chica de buen corazón y muy amable, fue mi primera amiga en este mundo. No tuve ningún problema con ella, pero ese aviso que había aparecido en mi cara me estaba preocupando. Elizabeth es mi rival amorosa? Pero si yo no amaba a nadie de forma romántica!

—¿En que piensas, Cali-chan?—me pregunto la diosa

—¿Ah? No, nada, solo... estaba pensando en las clases de lenguaje que me iban a dar los chicos después del almuerzo, pronto aprenderé todo lo que necesito y podré leer todo los libros que quiero, jaja.—me rasque la nuca 

—Oh. Pensé que te preocupaba algo, que bien que no sea así. ¡Si te preocupa algo no duden en pedirme ayuda! Siempre estaré allí para ti.—ay, pero que dulce, me va a dar diabetes

—¡Claro! No lo dudes.—mire a Elizabeth

—¿Pasa algo?—pregunto la albina confundida

—Se te queman los huevos...—mire el homunculo negro que salía de la sarten arrastrandose

—¡Kya! Perdón, perdón, quería ayudarte con la comida, pero...—dijo la oji turquesa avergonzada

—No te preocupes mientras no toques la olla grande estamos...—

—¡Ah! ¡Se quema!—la diosa había comenzado a revolver la sopa que al final terminó siendo la olla de una bruja, el líquido burbujeante de color verde neón desbordaba por esta y... creo que cobró vida...

—Mamma mia, matenme.—me dí un facepalm

—¿¡La comida ya está lista!?—preguntó el demonio

—Jodete, que no!—le grite

—Entonces ¿para cuando?—

—Espérate una horita más.—se explotó algo a mis espaldas—¡Que sean dos!—

—...—ya me morí de hambre, no hay pedo

¡He renacido solo para convertirme en la rival amorosa de la protagonista!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora