Conoce lo suficientemente bien a su novio como para saber cuándo se siente feliz de manera incontenible, o tan nervioso debe mantenerse despierto durante la noche para hacer ejercicio. Incluso cuando es una mezcla de ambos, como en ese momento en que el lugar vacío en la cama hace que se sienta frío y finalmente despierte. Oye el tarareo divertido que produce en la cocina, probablemente cocinando alguna de esas recetas fáciles que le había enseñado hace poco. Admite que deja pasar varios minutos antes de moverse, observando el techo con una sonrisa en los labios mientras el muchacho canta la estrofa de una canción en inglés, aunque erróneamente. Resulta divertido y entrañable, el reloj electrónico sobre la pequeña mesa de noche indican que apenas marcan las seis de la mañana.
Si es completamente sincero consigo mismo, no puede decir que se siente mucho mejor que él, no había logrado descansar tanto por la noche. Sin embargo, cree que puede guardar la calma. Repite la misma rutina de cada día: asearse —con todo lo que conlleva, es un hombre meticuloso en el ámbito—, vestirse decentemente y, en lugar de despertar a su pareja arduamente, lo acompaña en la cocina. Encuentra al muchacho tarareando bajo mientras rebusca un par de vegetales en el refrigerador —de seguro preparará ese batido verde lleno de mierda saludable— y le sonríe cuando cruza el umbral de la puerta, con el cabello rojo cayendo sobre sus hombros y una de sus camisetas puestas. A diferencia de él, suele comportarse irritado durante las mañanas.
Aún así, piensa que la escena resulta bonita —el muchacho en sí es demasiado bonito— y hace que se sienta un poco más alegre que otros días. Desde que comienza a vivir con su pareja, asimila que la mayoría de sus días serán igual de maravillosos y va a encontrarlo en todas partes.
Después de todo, hay rastros de él por doquier, incluso si se encuentra ausente por el trabajo u otra razón. Sus cosas están repartidas en su baño, los acondicionadores con aroma a fruta junto a las sobrias lociones del rubio, las prendas coloridas mezcladas con las sudaderas oscuras y los trajes negros. Incluso su refrigerador —que solía ser pulcro y perfecto— está lleno de pegatinas infantiles, habían toallas de dibujos animados en los cajones del armario y figuras de acción sobre su escritorio, cajas de cereales coloridos e innecesariamente azucarados y jugos nutritivos en su cocina. Katsuki se repite numerosas veces que definitivamente no está viviendo con un niño pequeño, pero es difícil saberlo en ciertas ocasiones.
—Buenos días —dice el muchacho, sonriéndole ampliamente, tiene dos naranjas en su mano y una bolsa de zanahorias en la otra. Katsuki se acerca a plantar un beso perezoso en sus labios, incluso sin percatarse de ello.
Van a visitar a la familia del muchacho hoy, hecho que los ha mantenido extrañamente nerviosos durante días, aunque no entiende la razón exactamente. Han estado saliendo durante poco más de un año y en realidad Katsuki jamás tuvo una relación lo suficientemente seria para dar un paso tan importante e íntimo, hasta que conoció a Eijirou —primer día de universidad tiempo atrás y un asqueroso café en el juego—, cree que es entendible que se sienta perdido e inexperto. Percibe que su pareja se mueve alegremente, con dejes de nerviosismo alrededor de la cocina —desde que se volvió mínimamente bueno, puede encargarse de vez en cuando—, mientras se mantiene en silencio y lo deja ser.
Habían empacado sus pertenencias más importantes anoche, lo suficiente para un par de días fuera, nada grave. Incluso después de desayunar, aún es temprano para partir. Cuando ingresa a la universidad, Eijirou —a diferencia del rubio, quien podía ver a sus padres todos los días sin caminar mucho y, por cierto, ellos aman a su pareja— se vio obligado a alejarse considerablemente de su familia. Le espera dos largas horas de viaje en tren y se encuentra la suficientemente irritado, ve al muchacho moverse de un lado al otro compulsivamente, sosteniendo su teléfono celular entre el hombro y la oreja sin cuidado, cuando solo le gustaría decirle que tome asiento y hable con él. Hace que se sienta nervioso, no puede evitarlo.
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Soleil, soleil | Bakushima.
FanfictionConjunto de historias cortas con temáticas variadas. Gracias a @Katsuririo por la hermosa portada 💕.