VI.

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8:15 am

Después de una lluvia persistente pero inesperada, el sol se levantaba centellante y radiante esa mañana. Hacía un poco de frío pero no era nada que no se pudiera soportar; podía escuchar la alarma de su móvil sonar, era tan molesta... No tenía ganas de poner un pie fuera de... ¿Su cama?

Abrió los ojos luego de un par de parpadeos para acostumbrar la luz a su campo de visión. El tapiz no era el de su cuarto y al girar la cabeza las paredes tampoco eran del color de su habitación. Se sentó y miró a su al rededor, era verdad ya no estaba en casa y tampoco estaría con su hermano.

Habían pasado toda la tarde de ayer limpiando lo más que pudieron para que por lo menos se desempolvara y se pudiera habitar adecuadamente. El único cuarto realmente limpio era el de Katsuki y eso porque Izuku solía ir a asear cada quince días. Por eso no estaba tan tirado pero si algo desordenado, había que reacomodar cosas en otra parte para que ellos pudieran tener acceso a todo el departamento, sobre todo por el estado actual de Katsuki.

Perezoso, se levantó y se dirigió al baño para lavar su rostro y empezar el día. Izuku había dejado un par de instrucciones a Shoto para los cuidados del cenizo.

Primero que nada, por ningún concepto podía entrar a su habitación a menos y solo si realmente era muy pero muy necesario que lo hiciera, de lo contrario su acceso a ese cuarto de la casa estaba prohibido. Debido a esto debía llamar a la puerta tres veces, no rápidas no pausadas, solo tres toquidos a velocidad normal. Ya que Katsuki no debía levantarse contestaría y le daría acceso a quien llamaba para atenderle durante el día. Ya cuando se recuperará podría hacer sus actividades normales.

En segundo: el desayuno. Según Izuku, el desayuno de Katsuki debía ser balanceado y con muy poco consumo en grasas. Dos huevos revueltos, jugo de naranja recién exprimido, un pequeño bowl de cereal y leche deslactosada. Claro esas eran las instrucciones que se seguían por las mañanas en la residencia Bakugou.

Shoto miró con fastidio la lista innecesaria que Izuku le había dejado, le hizo bolita y le tiro a la basura. Era hora de que el joven ojirubi pensase en las cosas que quería y una de ellas ya se estaba llevando a cabo.

Se dirigió donde el cuarto de este y, tomó en cuenta la nota del peliverde tocando tres veces. Espero unos cuantos minutos antes de que una voz ronca le diera pasó.

-Buenos días-saludo- ¿Apenas despertaste?

-A diferencia de ti ya tengo una hora despierta y tengo hambre-se quejó

-Perfecto ¿Qué apeteces desayunar?

Katsuki se sorprendió y le miró dudoso sin retirar su sueño fruncido. Al parecer el vivir siempre bajó el manto sobreprotector de su madre le había mantenido acostumbrado a siempre comer lo que mamá decía en vez de lo que realmente apetecía. Vaciló un poco y carraspeo para poder pensar en que era lo que se antojaba de desayunar hasta que lo encontró.

-Quiero hotcakes-dijo

-Está bien-asintió Shoto-En cuanto esté listo vendré de nuevo-dijo de último y salió de la habitación

Katsuki había quedado estupefacto ante lo complaciente que era su ahora compañero de piso, estaba consciente de que el estar con su madre durante tres años le había mal acostumbrado bastante, así que intentaría acoplarse a su vida a parte lo más pronto posible. Realmente odiaba depender de los demás.

Volteo su mirada donde la foto de su difunto novio y le sonrió. Se había acostumbrado a hablar con él retrato como si tuviese al mismísimo Eijiro Kirishima a su lado, hablar con él le reconforta y en cierto punto, tenía la creencia que podía escucharle donde quiera que estuviera.

[BNHA] Ni contigo ni sin ti. (~*TodoBaku*~) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora