Fue un día bastante largo. El combatir el mal no era una tarea sencilla. Muchos villanos, pocos héroes en esa ciudad.
La titán gótica conocida como Raven se encontraba en sus apocentos leyendo y analizando un libro sobre ciencias ocultas para acallar aunque fuera un poco su inquieta mente.
Últimamente no había podido concentrarse en las meditaciones, estaba más inestable. Varios objetos e incluso una ventana habían sido víctimas de las emociones descontroladas de la joven bruja. Cerró su libro de golpe, sabiendo que ésta sería otra noche sin su preciada paz interior que tanto trabajo le había costado obtener a lo largo de los años en Azarath.Se dejó caer en su cama, y un suspiro cargado de frustración abandonó sus labios. Se quedó mirando al techo lo que parecía una eternidad. De pronto un rostro familiar se coló entre sus pensamientos; muchas imágenes y recuerdos del chico maravilla y ella, cómo aquella vez que él se adentró en el mismo infierno para salvarla de su perdición y ayudarla a derrotar a su padre, el día de su cumpleaños, el día que ella misma decidió sacrificarse para que su padre pudiera retornar a la tierra. Aún recordaba perfectamente la manera dulce en qué el joven semáforo tomó sus manos...
Sacudió su cabeza repetidas veces para alejar esos pensamientos. No, no podía ser eso... ¿Enamorarse? Definitivamente era algo que no iba con ella, después de todo sólo atraía problemas y no necesitaba a alguien por quién preocuparse además de ella.
Sin embargo Robin era distinto, no necesitaba protección porque el sabía perfectamente cuidarse a él mismo. Y no era un secreto que ellos dos estaban conectados -literal y metafóricamente-, él siempre había sido más que paciente desde el primer momento en que se conocieron.Ahogó un grito de exasperación, ¿Cómo era posible sentirse así? No lo sabía, y nunca había estado interesada en saberlo. Bueno, no después de Kevin...
Se levantó de su cama de un salto para dirigirse a la puerta de su habitación.
Abrió la puerta mientras se daba una buena reprimenda mental acerca de autocontrol emocional y otras cosas.
Por supuesto que todo se fue a las alcantarillas porque al abrir la puerta se encontró con el chico maravilla en pijama, lo cual la dejó petrificada en su sitio.Parecía que el pelinegro estaba a punto de tocar la puerta, porque su sorpresa no fue menos que la de ella al ver qué había abierto la puerta. Ambos rápidamente recuperaron la compostura, ella con su cara monótona y él con su actitud despreocupada.
— Robin —se atrevió a hablar ella, en forma de saludo— ¿Se te ofrece algo?
Él la miró unos segundos. En pijama, desalineada y con ojeras, y tan hermosa como siempre. Ella también lo miró, su cabello desordenado y sus preciosos ojos azules que parecían capaces de mirar a través de ella, llegando directamente a su corazón y su alma.
El chico maravilla salió de su trance y le sonrió con amabilidad.
— Solamente no podía dormir. Y yo... Bueno. Eh... Quería saber si todo estaba en orden.—rascó su nuca con nerviosismo, y también tartamudeaba. Raven alzó una ceja, no era normal verlo así
— Está todo en orden, Robin. No tienes porqué preocuparte por mí.—espetó la joven bruja con su tono monótono de voz al mismo tiempo que daba un giro de ciento ochenta grados sobre sus talones, dispuesta a volver a la seguridad de su habitación.
Pero no pudo, una mano la tomó con gentileza de la muñeca, evitando así que escapase y acelerando su corazón a mil por hora. Él mismo podía sentir su propio corazón en la garganta, pero ya no había vuelta atrás.
La chica de cabellos lavanda giró su cabeza en dirección hacia su compañero acróbata con la confusión bañando su rostro.— Robin, ¿Qué estás- —no pudo terminar la frase, porque el chico maravilla la atrajo hacía sí para plantarle un casto beso en los labios.
Fue rápido, no duró más de treinta segundos, y aún así fue un beso tierno. El joven de cabello negro le intentó transmitir todo aquello que había estado guardando dentro de su pecho, y lo hizo bastante bien ya que Raven, utilizando sus poderes bien dotados logró leer la mente de su... ¿Amigo? Para ese momento ya ninguno estaba seguro de en qué se convertiría su relación. Los pensamientos y emociones que la joven bruja logró leer eran gratificantes, al menos ahora tenía la certeza de que todo aquello que ella sentía era correspondido.
Pero si ni ella misma sabía con claridad que era lo que sentía hacia el chico semáforo. Sólo sabía que en es momento el beso no le resultaba desagradable en lo absoluto.
Cuando el pelinegro por fin abandonó los labios de ella, la miró con cautela, esperando una muy fuerte patada en los bajos, una bofetada o en el peor de los escenarios, que Raven lo transformara en un sapo. Pero no sucedió nada de eso, ella sólo estaba estática, presa del mar de emociones que cruzaban su ser. Las mejillas de ambos estaban teñidas de un ligero rosa y podrían jurar que escuchaban sus corazones latir.Robin comenzó con pasos lentos el trayecto hacía su habitación, mientras le sonreía con ternura a Raven, haciendo que el corazón de la chica se desbocada nuevamente, se sentía morir.
— Buenas noches, Rav. —Fue lo único que dijo el joven antes de desaparecer por su puerta, no sin antes regalarle una cálida mirada a ella.
Ella soltó todo el aire que tenía de golpe, recargándose en el marco de su puerta, se quedó unos minutos contemplado el pasillo desierto en penumbras, luego llevó tímidamente sus dedos a sus labios y los tocó, mientras una sensación muy agradable se instalaba en su pecho. Estaba muy feliz. Dibujando una sonrisa en su rostro aún sonrojado se adentró en su habitación, no sin antes susurrar a la nada un <<Buenas noches>> mientras miraba la puerta del chico maravilla.
Desde el fondo del pasillo, la puerta de la última habitación estaba entreabierta, dejando ver un par de ojos verdes que brillaban y se iban encendiendo cada vez más con furia. Ésta última puerta fue cerrada violentamente.
Mañana será otro día...
°°°
¡Hola! Muy buenas mañanas tardes o noches -cuandosea que estés leyendo ésto-, les traigo éste pequeño prólogo/introducción que sí es mío jajajaja. Me parecía que necesitaba un poco más de sabor, así que le agregué un poco de mi salsa.
Aprovecho para preguntar: ¿Les gusta el ship de Raven y Robin o en todo caso, cuál ship prefieren ustedes?
Los lee,
Yat.
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El cuervo y el petirrojo
FanfictionRobin y Raven habían sido compañeros de equipo durante mucho tiempo. Habían luchado hombro con hombro contra casi toda clase de villanos y fuerzas del mal. Ambos se habían visto el uno al otro siempre como amigos solamente, sólo hasta que la chica...