Parte Dos

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Fue al baño, todavía aturdido, tomó su cepillo de dientes y antes de empezar a cepillarse lo lanzó al piso. Entró al cuarto nuevamente, tomó una campera y el paquete de cigarrillos al que sólo le quedaba un cigarro. Salió al balcón abriendo la puerta con vehemencia y se encontró con un día hermoso: el viento apaciguaba la potencia de los rayos de sol; el cielo, de un color celeste puro, dejaba ver a la luna y, afinando un poco la vista, también un par de estrellas. Pero el seguía empecinado con que estaba dentro de una pesadilla, donde los sueños se deshacen como el cigarrillo que puso entre sus labios o como las lágrimas que sus ojos colocan en sus mejillas y que el viento va secando... Bien sabía él que sólo había sido un sueño. Pero cómo le dolía la ausencia de aquel amor. Ese amor con un rostro que nunca vio sin estar dormido y que siempre lo abraza en una casa que nunca supo dónde queda. Le duele tanto esa sensación que se siente como si tuviera una vida paralela cada vez que sueña, desde hace años, con el mismo amor que nunca conoció despierto.

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⏰ Última actualización: Apr 18, 2020 ⏰

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