Capítulo 11

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El viaje de regreso a su casa fue callado, ninguno de los dos dijo nada y la notaba tensa.

Pero ¿Por qué le respondí ese beso?.

Al llegar bajamos del coche al mismo tiempo, yo tragó saliva y me encamino a la puerta para abrirla.
Entramos y está todo apagado, nadie está aquí desde la mañana así que es entendible.

Comienzo a dejar las llaves en una mesa de la cocina y escucho —¿Eso fue un error, no?— Me doy vuelta y con la poca iluminación que hay camino hasta el interruptor encendiendo la luz.

—¿Quieres que sea sincero?— Digo sentándome en una se las sillas en la cocina —No fue un error— Ella me mira, y así me imita hasta sentarse en frente de mí.

—Dijiste que no sientes lo mismo.

—Dije que no estoy listo para una relación, pero las cosas cambiaron... y ahora no me molestaría.

Ella apoya sobre su mano el peso de su cabeza y comienza a jugar con una manzana sacándola del cesto de frutas que hay a nuestra izquierda.
La rueda por la mesa lentamente, dejando su atención sobre eso.

Yo me paro y doy la vuelta a la misma quedando en frente de ella, mientras ella sigue con esa manzana, hasta que la suelta y me mira, se para y quedamos frente a frente.

—¿Pues sabes qué? Ahora soy yo la que no quiere una relación contigo— La miro incrédulo, veo que habla en serio ya que me mira seria —Tendras que hacer más cosas que besarme en un coche para que diga que si— Luego de decir eso sube las escaleras y desaparece por las mismas.

Mierda, que confuso es todo, pero porqué la ilusiono de esa manera... Dios, no quiero que nuestra amistad se arruine por mís hormonas adolescentes y ella que es preciosa pero yo no me merezco a alguien así.

Comienzo a subir las escaleras de dos en dos y camino por el largo pasillo que es oscuro, su puerta está cerrada, así que creo que debe estar durmiendo. Llego a el cuarto de invitados y me quito este uniforme espantoso tirándolo al piso, agarro ropa nueva y me cambio para acostarme.

Un día de estos tendría que salir a cazar como antes, quizá me haría bien el refrescar mí memoria así.
Me acuesto en la cama y observo el techo que alumbra el velador que tengo a mí izquierda.

Y mí mente comienza a divagar por temas sin respuesta.
Aunque la jueza me haya creído a mí y a Fred, sigo siendo un asesino que mato a su padre a puñaladas en el cuello el cuál se desangro en segundos.

Pero él mato a mí madre...

Me doy la vuelta quedando en posición fetal en la cama.

¿Dónde estará el cuerpo de Landon? Me gustaría encontrarlo y poder enterrarlo en un lugar decente, él no se merecía esa muerte.

A los minutos caigo en profundo sueño.

Me despierto repentinamente parándome de la cama mientras escucho a Valery gritar agonizante y desesperadamente, corro hasta su puerta la cuál está cerrada con llave, así que comienzo a pegarle con toda la fuerza que pueda, me alejó y doy con mí hombro, pero no estaría funcionado, así que comienzo a dar patadas a la cerradura hasta que la rompo.

Abro la puerta y lo que veo me deja helado mientras ella sigue gritando solo que ahora con una tela que le cubre la boca, al igual que otra que le sujeta las piernas y manos.

Corro hasta ella prendiendo la luz en el proceso, está atada a su cama y está llorando por las cosas clavadas en sus muslos.
Verlo resultaría traumante para algunos, tiene pedazos de vidrios de su ventana que está rota y agujas por toda la parte superior de las piernas, su cabeza se mueve incontrolable llorando y sufriendo.

Le quitó la banda de la boca, y así con sus piernas y manos, miro su celular en su mesa de luz, me aproximo y lo tomo, marcando a una ambulancia de urgencia en minutos, guardando el mismo en mí bolsillo apresurado.

Me aproximo hacía ella y la cargo con la fuerza que puedo, las lágrimas corren por sus mejillas y yo lenta y cuidadosamente comiendo a bajar las escaleras hasta llegar a la parte baja de la casa, en el segundo que puso la planta baja comienzan a escucharse sirenas.

Agarro la llave que deje sobre la mesa, y con el pulso que tengo cargando a Valery logro abrir la puerta luego de varios intentos fallidos. Salgo fuera de la casa y veo a enfermeros corriendo hacia mí en cuestión de segundos, la cargan y la suben a esa gran ambulancia.

—Señor, ya llamamos a la policía, necesito que nos acompañe si no hay nadie más aquí que nos pueda acompañar— Asiento y vuelvo para cerrar la puerta con llave, corro hasta la ambulancia y la misma arranca al instante.

—Niall, avísale a papá— Asiento llamando a Fred, comienza a marcar su teléfono.

Veo como le dan inyecciones que supongo serán calmantes para el dolor, aunque mí vista no se mueve de sus piernas y de la sangre que se escurre por las mismas, mí remera y mis manos están totalmente rojas, agarro la suya y la sostengo.
La enfermera que le está dando los medicamentos me ve observando sus heridas y acota.

—Tu novia estará bien niño— Noto como Valery sonríe con dolor y yo no puedo sonreír en un momento como esté.

—Ese idiota...no es mí novio... es mí mejor amigo— Dice ella a la enfermera la cuál asiente avergonzada, así que genial, hasta en un momento así se puede tener humor.

Fred sigue sin atender, así que cuelgo y vuelvo a marcar, ahí si luego de unos segundos Frederick atiende.

—Niall ¿Está todo en orden?

—Fred, necesito que corras si es posible hasta el hospital Mariter, atacaron a Valery y clavaron cosas en sus piernas— Noto su preocupación hasta en la llamada.

—En cinco minutos estoy ahí.




Pecados Y Secretos © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora