IV

10 1 0
                                    

Estaba en un estúpido entrenamiento que enserio me aburría, sabía cuál era el propósito de esto, pero yo solo quería divertirme, por favor, solo tengo diez años, ¿que hago aquí entrenando y no jugando?, así que me tomo esto como un juego, aun que sea un desagrado para cierta persona que me está mirando

-¡Adry! Deja de jugar, debes entrenar

Lo ignore y seguí jugando

Cumplí los doce años y aún seguía sin querer entrenar todo el tiempo, seguía tomandomelo como un juego

-un día tendrás que ser guardiana y tu deber será proteger a una persona

Otra vez ese discurso tonto, volví a ignorarlo

Cumplí los catorce años

-y no sólo tendrás que protegerle, si no también el poder que porte

Rayos, siempre el mismo discurso, estaba harta de escucharlo desde los malditos diez años

-¡bien!- dije furiosa como siempre

Y camine a por mis estúpidas armas de maderas, mi padre enserio estaba enfadado para repetirme ese tonto discurso y mi entrenador, sólo estaba allí de pie con su espada esperando a que yo me decidíera a atacarlo como la primera vez que tuve que entrenar, vaya que me tenía paciencia para esperarme, así que allí estaba con mi maldito palo de madera en guardia lista para entrenar

-muy bien, por fin te has cansado de jugar, pero siempre es así desde tus diez años- dijo mi padre
-callate- dije seria

Ataque a mi entrenador y él con solo un simple movimiento me derrumbó y quedé boca abajo en la tierra, él me iba ayudar pero la mirada severa de mi padre lo hizo quedarse parado derecho esperando a que yo me parara por mi cuenta

Cumpli los dieciséis años

Ya era un poco experta en el tema de las peleas con espadas y aguantaba un poco más a mi entrenador pero... Seguía estando con un maldito palo de madera y eso ya enserio me estaba aburriendo

-¿y donde esta las espadas reales? Las que están hechas con acero
-aún no estas lista- dijo mi padre

Bufé y seguí entrenando con esos tontos palos

Cumpli los dieciocho años

Estábamos esperando a alguien importante según mi entrenador, así que mientras estabamos practicando guardia y ataque sin moverse del lugar, estábamos lado a lado y yo solo imitaba lo que hacia

-lo hace bien señorita, pero sigue estando algo tensa ¿que la preocupa?
-no lo se- me detuve y él me miro- no parece que vaya a salir de aquí pronto, se que esta academia de guardianes dirigida por mi padre es importante pero... ¿Por qué yo también debo entrenar? Y además ¿apartada de los aprendices?
-según su padre, es por que usted es la siguiente en llevar su linaje, el poder que a él se le fue concedido por su padre, será ahora su deber condecerte ese poder a ti antes de que él muera

Suspiré rendida y deje de lado el palo poniéndome a caminar como si estuviera ansiosa, mi padre era la única familia que siempre he tenido ya que a mi madre nunca la conocí y tampoco se nada de ella, nunca es nombrada, pero la verdad es que no me importa, es una mujer desconocida para mi y por lo tanto no tenía interés en ella

-Adry- era la voz de mi padre

Así que deje de caminar y mire a mi entrenador quien me hizo una leve seña de que hiciera reverencia, no entendía bien el por qué hasta que dirigí mi mirada a mi padre y a su lado estaba una chica, así que inmediatamente hice reverencia

-su nombre es Raheli y es una comandante con tan solo veinticinco años de edad

Ahora entendí por qué era importante para mí padre, para hacerme entender cuál era mi deber y posición, eso hizo enojarme

-¡¿y que?!

Lo sé, estaba siendo insolente, pero él se lo estaba buscando

-no seas insolente
-calmese señor- hablo calmada la comandante- permitame hablar con su hija

Miró al entrenador que estaba a un lado de mi

-a solas, por favor

Vaya esta mujer si que era educada y eso parecio agradarle a mi padre, ya que le concedió su pedido, llamó a mi entrenador y se fue con él

-lo siento- le dije a la comandante haciendo nuevamente una reverencia
-¿cuantos años tienes?
-dieciocho

Camino alrededor mío como analizandome

-¿odias esto?
-¿el que?
-entrenar para ser guardiana, por supuesto ¿lo odias?
-no entiendo el propósito de esto
-es simple- se detuvo frente a mi
-¿lo es?
-si, en este mundo existen fuerzas oscuras que sólo buscan la destrucción de este mundo, pero por suerte existen personas con un poder sin igual y esas personas necesitan de guardianes
-¿no se pueden proteger por su cuenta?
-si pueden
-¿entonces?
-los guardianes no son para proteger a la persona en sí, si no su poder, un poder que viene de alguna reliquia o bien por ser concedido por un linaje, pero estos poderes son diferentes al que te será concedido cuando estés lista, es por eso que debes entrenar, serás importante
-no me interesa ser importante
-pero te interesa que este mundo siga con vida ¿cierto?
-¿supongo?
-entonces ¿por qué no quieres entrenar?
-no tuve infancia, no me dejaron jugar, a los diez años ya estaba entrenando
-era necesario que empezarás de joven, dime ¿serias los suficientemente buena ahora si hubieras empezado a los diecisiete?
-creo que no
-ya tienes tu respuesta

Me había pillado, no tenía como seguir replicando

-¿me demuestras lo que sabes hacer?

Me extendió una de sus espadas, sonreí un poco y asentí tomando la espada empezando a entrenar con ella, al final se quedó por un tiempo para entrenarme personalmente, cuando ya pensó que yo estaba lista, le dijo a mi padre que me llevaría con ella para tomar experiencia, pero que volveria para cuando él tuviera que concederme su poder, así que de este modo empece a viajar con la comandante Raheli y su ejército, para ella siempre sería su subordinada, siempre tratándome con el respeto de un soldado ejemplar y ella sería siempre mi superior a quien admiraba como la comandante que ella era, sin tratos especiales como otros del ejército pensaban, no había tal cosa entre la comandante y yo, no cabía ese tipo de intereres para ninguna de nosotras, no había siquiera espacio para los sentimientos innecesarios y así estaba bien, era más importante nuestro deber como soldados y guardianes

Short StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora