Capítulo 2

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Ya era de mañana, el sol pegaba en las caras de algunos chicos que se encontraban en el suelo durmiendo. El día de ayer se quedaron viendo películas hasta muy tarde que ni hicieron el intento de ir a sus camas; poco a poco cada uno de ellos se fue quedando dormido. La única que si se fue a su cuarto fue Gaby, la chica no se podía acomodar en el sillón así que se fue a su cuarto a descansar.

El primero en levantarse fue el más alto de todos, Jonah, fue a la cocina y se hizo un café, como ama este hombre el café.
Agarro su taza y fue a la sala para ver a los demás que aún seguían durmiendo, Mario y Zach estaban abrazados en el suelo, Jack estaba chupando su dedo como si fuera un bebé y Corbyn estaba recargado en el hombro de Daniel, mientras el otro hacia caras extrañas. (T/N) era la única que dormía dignamente, según Jonah, estaba con los brazos cruzados sentada en una orilla del sillón.
El chico terminó su café y dejó la taza en la mesita que se encontraba en el centro, comenzó a mover a cada uno de los chicos para que ya se despertarán, según el reloj que se encontraba en la pared eran las 10:18 am, eran sus días libres antes de volver a grabar canciones y empezar el próximo tour.

Los chicos se fueron despertando poco a poco, la única que aún seguía durmiendo era (T/N).
Peligro, era la palabra que pensó Jonah si la despertaba.
Después de unos minutos la pelinegra se despertó, agradecida con el de arriba porque nadie salió herido ese día.

Narra (T/N)

Me levante del sillón después de unos minutos de haberme despertado, todos ya se encontraban en la cocina menos Gaby, me senté en una de las sillas y recargue mi cabeza ya que me empezaba a doler y a escuchar susurros por toda mi cabeza, suspiré y levante la mirada encontrándome con unos lindos ojos color azul que me miraban fijamente.

Daniel: ¿Que tienes?

(T/N): Me duele un poco la cabeza, no es nada -me duele a horrores pero no te voa decir-

Daniel: Haré como que te creo -dijo mientras volteaba a ver la estufa, ya que le tocaba hacer el desayuno hoy-

Cuando se volteó, sólo hice una cara extraña porque este chico empezaba a conocer muy bien cuando algo me pasaba, igual Mario pero el esta muy entretenido en su celular.

Después de un rato ya nos encontrábamos los 8 en la mesa desayunando, platicábamos de diversos temas. Corbyn fue el primero que se levantó de la mesa para ir a su cuarto, después de unos minutos me paré y deje mi plato en el fregadero y fui a mi cuarto.
Cerré la puerta con seguro y me senté en la cama para volver a poner mi cabeza entre mis manos. Me levante apresuradamente, porque las voces ahora eran más potentes y agarre la bolsa que había utilizado el día anterior. Saque la caja que contenía las 3 jeringas, agarré una de ellas y la puse en un mueble que tenía ahí, de ese mismo mueble saque un cinturón.
Suspiré y amarre el cinturón en mi brazo, ví por un momento la jeringa.

Debes dejarlo, se está convirtiendo como en una droga.

Puse la jeringa en mi brazo, más específicamente en una de mis venas y apreté para que el líquido se introdujera en mi cuerpo.
¿Dolía? Claro que si, cerré los ojos con fuerza y quite la jeringa de mi brazo.
Quite con cuidado el cinturón y lo volví a guardar en su lugar junto a la caja, la jeringa que había utilizado la deje en un bote especial donde tengo más jeringas. Siempre que me inyectó está sustancia, todo empieza a darme vueltas. Me acosté en mi cama y me quedé viendo fijamente el techo que se empezaba a mover un poco, cerré los ojos y suspiré, las voces estaban disminuyendo hasta el punto donde ya no escuchaba nada, silencio total... Es lo mejor. Me quedé dormida en ese instante.

(...)

Me desperté y ahora el sol daba más fuerte en mi cuarto, me levanté y tome mi celular que indicaba que eran las 2 de la tarde, pensé que había dormido más tiempo.

Enamorados De Una Criminal 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora