Cuando vuelva a escuchar a cualquier persona con la guebonada de que la buena y la mala suerte es un constructo, que no existe y que todo forma parte de nuestras acciones y sacrificios le golpearé con un palo en la cabeza. Duro. E intentaré que sea certero para matarlo en el acto o en su defecto dejarlo con alguna deficiencia mental. ¡Esa estúpida de mierda es una suertuda! ¿Me entiendes? Es que no puedo con tanto, de verdad te lo digo.
Si te preguntas a qué fue a parar todo el rollo Nicole- Ignazio- Italiano- Amor eterno, que sepas que como siempre hace Ignazio Boschetto se rió en nuestras caras. Domina muy bien el español, y otras lenguas más por si me preguntas. Al final nos fuimos juntas después que ambos charlaron, y él satisfecho, con el número de aquella perra. No comentaré nada más sobre toda la envidia y a la vez alegría que me produce. Ojalá estén juntos y sean felices por siempre, capaz me saca de pobre en paga a todos los sacrificios que he padecido por ella.
Tengo cara de helado al llegar al establecimiento del cual es posible me despidan porque a pesar de la condescendencia de Carl no es la primera vez que ocurre algo similar. La primera vez llegué fuera de mi turno porque una araña decidió que era buena idea perseguir mi culo por toda la casa. La segunda fue cuando la resaca se apoderó de mi cuerpo intentando acabar con mis sistemas e impidiendo que pudiese siquiera pensar moverme de la cama, la tercera, en efecto era esta y pues, llegaba tres horas después de la hora estipulada así que mucha esperanza no tenía.
Carl, por su parte, tiene pintas de querer asesinarme y su ceño fruncido le da un toque megamente sexy, no puedo dejar de ver esos labios de ángel, es majestuoso el ver cómo se mueven, ¡Dios! ¿No te duele la cara de ser tan guaaapo?
- ¿Clara?
-Uhm.
- ¿Estás oyendo acaso una palabra de lo que estoy diciendo?
Joder, descruza los brazos y así dejo de contemplarlos como si fueran un manto divino que anhelo que me cubra. -Pienso.
- Sí.
- ¿Qué acabo de decir?
- En una escena, identifica la partitura de inicio, problema y desenlace.
- ¿Qué demo...?
- Carl, bien, ya sé que la cagué y que estás en todo derecho de regañarme, incluso de echarme pero de verdad, sabes que necesito el trabajo. - Casi rapeo por la velocidad de mis palabras. Te juro que haré todo lo posible por remediar los errores de antaño, y que seré tu mejor empleada hasta el infinito y más allá, ¡De verdad, solo... dame otra oportunidad!
Me mira dubitativo con una media sonrisa mientras baja la mirada por mi cuerpo y, oh paren todo, ¿Acabo de imaginar eso o de verdad me ha visto así?
- Mac está en la cocina atareado. Ayúdalo. Con todo lo que necesite y con los pedidos, te necesitamos aquí.
- ¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS SABÍA QUE IBAS A AYUDARME, ERES EL PUTO AMO, GRACIAS!! - Salto encima de él, en parte por la emoción, en parte por que se me antojaba muchísimo.
Escucho esa risa que es capaz de quitarme todo el aliento y sonrío. Yo sé que han visto a flote mis hormonas todo el tiempo pero Carl, fuuuck, me gusta mucho con demasiado. Simplemente me he acostumbrado a verle como un amor imposible, que se quedará en una relación de amistad, limitada a un vínculo de jefe y empleado. Me golpeo mentalmente por el giro que están tomando mis pensamientos y antes de sacar el carácter de mierda que a veces se traga, paso de una a la cocina con el movimiento de aquí por acá y de allí por allá, todo el estrés que conlleva cocinar. Es un arte, lo disfruto y lo amo, pero como todo eso bueno que nos gusta tiene ese pequeñito plano negativo.
El restaurante está a tope de gente. Podría explicarlo el que sea fin de semana, pero también podría ser por lo rica que es la comida, lo confortable del lugar y lo papi rico del chef, eso sobre todo. Me encuentro llevando pedidos a lo Ratatouille, rápida y eficazmente, distraídisima, cuando me encuentro con una escena que se podría asimilar a miles de trozitos pequeños de vidrio clavados en mi estómago. Una chica le sonrié a Carl, se mueve sugerentemente, le coquetea. Una chica hermosa, muy hermosa, de dientes perfectos y tetas infladas, una chica muy distinta a mí. No entiendo porqué me duele, porque me vuelvo a quedar pasmada por segunda vez en el día con cara de idiota y porque ahora se asemeja tanto el dolor a cuando me acoñeteo el dedo pequeño del pie.
No lo pienso mucho y me acerco sin tener la más mínima idea de lo que voy a hacer. Conforme lo hago veo sus caras de estupefacción que se van intensificando mientras más me acerco. Estoy cada vez más cerca y sé que para ellos la escena se torna cada vez más surrealista y yo no tengo ni la más remota idea de lo que estoy haciendo. Lo que sí puedo asegurarles es que no sentí el más insignificante indicio de remordimiento cuando <<accidentalmente>> dejé caer la sopa humeante en las tetas de la señorita, con un: ups, impreso en mi cara, un grito ensordecedor de su parte, y yo rezando maléficamente porque sus implantes se derritiesen.
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¡NO MAAAAAAMEEEESSSS! 🗣
Humor¡Shhhh, tú! ¡SÍ, TÚ! Baia, baia pero si se nos iba el colega... ¡PERO VAMOS A VER! ¿¡QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA ANDARME IGNORANDO, EH, CARA LECHUGA!? Pérame tantito y te cuento de que va toda esta movida, sin prisas, a lo tranquilito, ¿vale? Parce...