Este capitulo esta extenso, pensé en dividirlo en dos capítulos... pero sentí que todo esto debía estar en uno solo XD
Capitulo 2
En la estación de trenes caía una llovizna. Era cerca de las 4 de la tarde. Fluke se sentó en una banca, mirando distraídamente a la gente ir y venir.
Excluyó los ruidos del mundo exterior alrededor de él con la fuerte música proveniente de sus audífonos. Cuando hacía esto, parecía como si todo en el mundo alrededor de él fuese falso. La música que viajaba por sus oídos servía como música de fondo mientras contemplaba a los peatones en frente de él. Lo que estaba viendo estaba realmente pasando, sin embargo, algo de ello parecía extrañamente irreal.
Había mucha gente que vivía en esa existencia irreal. Pero en su lado del "mundo real", Fluke estaba solo.
Se preguntó si esa era la razón, incluso cuando pensaba que estaba acostumbrado a estar solo, de por qué a veces aún deseaba mucho la calidez de otros.
Un auto volteó en el círculo de tráfico y su bocina lanzó un corto ¡bip bip! Levantando la mirada, vio un Mercedes Benz deteniéndose en la estación. La luz de los focos delanteros lo cegó al tiempo que giró hacia él, iluminando las gotas de lluvia.
— ¡N'Fluke!
Bajando hasta la mitad el vidrio del conductor, una hermosa mujer le hizo una señal, pidiéndole que entrara al auto. Sus manos agarraban el volante, y pudo ver que sus uñas estaban pintadas con un elegante color rosado que combinaba con su traje. En uno de sus delgados dedos llevaba un anillo de diamantes que se veía pesado, mientras un reloj Frank Muller brillaba en su delgado brazo. Se veía muy femenina, desde el perfume que usaba hasta la forma en que se maquillaba.
— Lo siento. ¿Esperaste mucho rato?
La mujer volteó para encontrarse con Fluke, quien fue a sentarse en el asiento del copiloto, hablando suavemente como para ver con qué ánimos andaba. Los asientos eran más suaves que los de un auto doméstico, y se hundió más en ellos, disfrutando del lujo.
Fluke sonrió. — No, no en verdad —, respondió.
Desde que era pequeño, lo molestaban por ser un niño bonito, pero cuando de verdad sonreía, era un bombón. Como lo esperaba, la mujer contuvo su respiración y lo contempló con una mirada hipnotizada en su rostro. Los autos detrás de ellos se habían aglomerado.
Fluke estimuló con una voz deliberadamente suave, — P'Beauty, vámonos.
— Oh, tienes razón. Lo siento. — Rápidamente, giró el volante y echó marcha atrás hacia la vía de tránsito —. Justo cuando me iba, recibí una llamada de mi marido. Me dio pánico y me pregunté qué haría si decía que ya se iba a casa —, dijo con una voz resentida, mientras miraba por fuera del parabrisas.
Fluke apoyó su codo en la ventana del lado del pasajero y, sin mirarla, preguntó, — Entonces, ¿qué pasó?
— Oh, sólo llamó para decirme que no llegaría a casa hasta la medianoche, otra vez. Supongo que ha estado muy ocupado últimamente. Siempre es así.