Mafia [Mexper | Rusame] Finalizada

5

Había pasado dos semanas desde el secuestro de los dos chicos.

Rusia veía a su hermano salir a cada rato y lo malo es que no le diga nada sobre sus salidas.

Ucrania conocia a Canadá, ya que ese mismo día que se quedó con los dos, Usa le había dado una foto del canadiense.

Hasta ahira no le ha dicho nada al respecto ya que no quiere que lo mire como si fuera un fenómeno, además de que su hermsno estaría en problemas.

Las dos semanas para Usa y Perú no fueron muy bonitas que digamos y más si los tocaban.

Una vez intentaron escapar, pero lo encontraron y los golpearon, dejando su cuerpo completamente marcado y desde esa vez no trataron de escapar.

Con Usa

El chico estaba en la cama sentado, llevaba una diminuta flada que el ruso le había dado.

En ese momentos la puerta se abre dejando entrar al mayor.

Sabe lo que tiene que hacer y con sumo nervios abre sus piernas, dejando ver su oarte íntima.

Rusia solo sonríe y solo se sienta en la cama.

—Ven bonito —palmea sus piernas—

El ingles se levanta y de a poco se acerca y se sienta, colocando sus brazos en su cuello.

Rusia amaba el cuerpo de aquel cincuenta estrellas, pensaba que ya se iba a aburrir, pero eso no ocurrió.

Por su parte Usa, seguía teniéndole miedo, pero durante estos últimos días, notaba en Rusia un poco más cariñoso con él y eso lo asustaba por alguna razón.

—No sabes cuanto te deseo —susurra levantando la pequeña falda— tu cuerpo me tiene loco.

—Rusia.. —susurra—

—Si mi amor —empieza a besar su cuello, procurando dejar siempre unos chupones—

Los toques del ruso ya no eran violentos, sino suaves y aunque no le gustaba que lo tocará, ya no hacía ningún esfuerzo por liberarse.

Rusia ya no pasaba de besos.

Osea ya no lo penetraba, mas solo se encargaba de besarlo con toques de dulzura.

—Vamos —empuja al ingles a la cama— abre bebé.

Le coloca su pequeña braguita mientras besaba sus suaves piernas.

Con Perú

El pequeño bicolor estaba en la cocina, viendo algo para poder cocinar o comer tal vez.

México lo miraba desde el marco.

Con sigilo se acomoda a su atrás, agarrandolo de la cintura.

—México —susurra al sentir como se frotaba, levantando a su paso su pequeña faldita—

—Shh sigue con lo tuyo —susurra mientras se frotaba—

El bicolor soltaba pequeños gemidos  ante la fricción.

En eso entra Usa junta a Rusia y los ve.

—Lo sentimos.

—México estamos en la cocina no te folles aquí.

El bicolor se sonroja.

En eso entra Ucrania con una bufanda.

—Se puede saber que haces con esa cosa en tu cuello.

—Tengo frío —susurra—

—Sacatelo.

—No.

—Ucrania.

—No.

—¡Ucrania!

El menor se lo quita, dejando ver unos chupones.

—¿Quien te hizo eso?

—Nadie.

—¡Ucrania!

—¡No! —sale corriendo—