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—¡Ya te dije que no! —grita el ruso para disparar a la persona que se encontraba delante suyo—

México se encontraba apoyado en la puerta, viendo como aquel sujeto caía muerto al piso.

—Vaya nunca pensé que sería esa clase de persona —entra el mexicano para ir donde el ruso—

—Ya sabia yo que no era de confiar, pero como siempre tú contradiciendome.

Los dos con apenas 21 años ya tenían una vida delictiva, exportación de drogas, una de las más grande que hasta ahora no han podido ser capturados.

México era un experto en armas, él no hablaba sino mataba, no dejaba que nadie diera su excusa para salvarse.

Rusia era más pacifico, siempre serio ante quienes lo ven, sus unicas armas eran sus manos y una pequela pistola que llevaba, pero mayormente utilizaba sus manos, mataba a todos lo que lo traicionaban, rompiendole el cuello para no generar sospecha cuando lo encontraban muerto.

Ambos muy buscados pero nunca atrapados.

Sus aliados eran Alemania, China, Ucrania (el menor de todos), Brasil y Colombia. Ellos eran en lo que más podían confiar y de estaban seguros.

Las nueve de la noche, una hira bastante calmada para los dos chicos, pero no era así, ya que siempre iban a distraerse, más que todo descarban todo su rencor con putas, todo eso era para ellos. Las putas solo sirven para complacer y quitarles el estrés.

Todas las noches eran diferentes, diferentes lugares, diferente putas, diferentes culos, cosa que ya empezaba a aburrirle a los mayores. Querían putas si, pero que sea permanente, que les dure unos 5 meses y luego desecharlas y buscar otras nuevas, eso era más para no salir de su guarida ya que cada que lo hacían corrían el riesgo de ser vistos, pero por suerte hasta ahora no ha pasado nada, aunque no quieren arriesgarse tampoco.

Salen nuevamente con cuidado del hotel y se dirigen a su guarida, practicamente hoy no se había sentido bien el sexo y estaban insatisfechos.

—Creo que es mejor encontrar una carnada, una puta que esté con nosotros con unos meses y luego botarlas —sugiere el ruso—

—Tienes razón, ya nadie me deja satisfecho.

—Mañana iremos con los chicos a buscar.

—¿A buscar? —ríe— diras secuestrar.

—Es lo mismo.

Los dos se fueron a dormir.

A la mañana siguiente se levantaron con poco de ánimo, más por parte del mexicano que el ruso.

—Vamos a salir, cambiense.

Cuando todos estaban cambiados y listos, salen de la guarida y suben al auto.

Empiezan a recorrer toda la plaza, mirando a cada chica que pasaba por ahí.

—Tengo hambre —susurra el colombiano—

—Comamos un poco.

—No podemos salir —Rusia lo mira—

—Pero podemos pedir que nos traigan —México señala la pequeña cafeteria—

Rusia solo asiente sin nada más que decir y mira a la cafetería, puede notar varios trabajadores, en especial uno que era camarero, esa cintura pequeña y sus caderas.

—Mierda —susurra cuando siente su erección levantarse—

—¿Qué pasa?

—Ya tengo decidido quien sera mi puta —mira al chico con una lígera sonrisa— cuando venga escapamos.

—Pero tengo hambre.

—Después comemos Colombia.

—Bien —se cruza de brazos enojado—

El pequeño estadounidense de 19 años iba en dirección al auto estacionado, sentía un poco de miedo, pero tenía que hacerlo.

—G..Good mm..—al abrir la ventana siente como uno lo agarra del brazo— ¡hel..! —el ruso abre la puerta de atras y lo agarra de la cintura, entrando con rapidez al auto y saliendo del lugar—

—¡Sueltenme! —gritaba el pobre chico asustado—

—Cálmate lindura —Rusia agarra su mejilla con fuerza— si te atreves a gritar —saca su pistola— esto se va enterrar dentro de cabeza y creo que no quieres eso ¿no? —Usa niega— entonces portate bien.

—P..Pero a don..—Usa siente como aquel sujeto lo agarra de la cintura y lo sienta en sus piernas, haciendo chocar su erección— por favor —susurra con miedo—

—No te pasará nada —susurra cerca a su cuello— al menos mientras te portes bien.

Todos veían al ruso sorprendido, él no era de "consolar"más bien era directo.

México veía al pobre chico temblar entra las piernas de su amigo, mientras que este estaba muy cómodo, besandole el cuello.

—Tienes que escoger rápido Mex.

—Lo se, pero ninguno me llama la...—ve en un arbol a un chico sentado, pareciera que estuviera leyendo un cuento ya que niños estaban a su alrededor, su madre siempre hacía eso a la hora de dormir—

—¡México!

—¿Eh que?

—Ya escogiste porque te veo mirando a ese chico.

—Si, quiero a ese chico —puede que no tenga muchas cuervas como el de Rusia, pero aquella sonrisa inocente, él mismo lo trataría de corromper—

El auto se estacionas en una esquina y de ahí baja Brasil y China, ambos caminando sin causar sospechas, hablaban mientras pasaban por delante  del peruano, en eso dan la vuelta y se esconden detrás del árbol.

Los gritos de los niños se escuchan y es cuando el peruano es atrapado por los dos sujetos, siendo llevado con rapidez al auto.

Los compañeros del chico corrían a su atras para poder alcanzarlo, pero para ese entonces el auto ya había arrancado y desaparecido de sus vistas.

Perú había sido aventado con fuerza, cayendo en el cuerpo del mexicano que al verlo no dudo en agarrarlo.

—¡Que pasa! —grita asustado— ¡quienes son!

—Shhh —México pasa el arma por la mejilla del peruano, causandole un escalofrío al menor— tienes que calmarte bebito, porque no querras morir tan joven.

—N..No —lágrimas descienden por su rostro— por favor no me mate.

—No lo haré si obedeces ¿entiendes? —Perú asiente—

Los dos chicos estaban muy asustados, no tenían idea que cosa habían hecho para que ahora esten a punto de morir.

Tenían mucho miedo y harían cualquier cosa para lograr escapar.

México y Rusia estaban más que satisfechos, por fin tendrían una buena noche después de todo.

Mafia [Mexper | Rusame] FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora