FIRE, FIRE, HONEY

CONTROL

Lo miraba entretenido, con una media sonrisa.

-¿Por qué tienes esa cara larga, Levi?-tomó su vaso y bebió su contenido-no eres así, ni siquiera has volteado a mirar a alguna beta u omegas-

-Bueno...-Pasó su mano por su nuca rapada y lo miró-Es algo... Bueno, complicado-

-¿Qué?-Preguntó curioso.

-Estoy comprometido... Me voy a casar-

-...-Pestañeo un par de veces, hasta que pudo entender la magnitud de esas palabras- ¡¿Qué?!- gritó-¡Tu!¡¿Casarte?!¡Jajaja!- se reía burlesco- no mientas, Levi-

-No te estoy mintiendo... Fue un acuerdo- miraba su vaso, el hielo se movía lentamente en el líquido ámbar.

-¿Y quién es la afortunada?¿La conozco?-

-...-Lo miró directo a los ojos- es....es Eren-

-...-Si sonrisa se borró de a poco-¿Eren?- el azabache asintió-¡Mierda!-se puso de pie- ¡Maldito!-lo apuntó y golpeó la mesa con su puño- tu sabías que me gustaba-

-Farlan, a ti te gustan todos los omegas-

-Pero ese chico es un sueño-fruncia el ceño muy molesto- maldito suertudo-cruzó sus brazos y volvió a sentarse.

-No lo conoces- bebió un poco del vaso.

-Claro que sí... Su trasero parece un durazno. Redondo, suave y jugoso...-susurró.

-¡Aahg!-toció el licor, sentía como su garganta ardía un poco- eres un maldito asqueroso- limpió su boca con el antebrazo.

-Digo la verdad... Ese Omega tiene de todo, belleza, poder, amabilidad, es servicial...-

-Te digo que tú realmente no lo conoces-

-¿Mmh? Bueno, lo conozco lo suficiente. Maldito Levi suertudo-

-No soy suertudo. Me tomó por sorpresa esto... Eren es mi amigo de la infancia, pero lo conozco muy bien... Él puede hacer muchas cosas con tal de estar siempre en el poder- lo miró- Eren admira mucho a una antigua reina y está un poco obsesionado con muchas reinas. Eren siempre querrá estar arriba, sin importar a quienes deje atrás...-

El rubio lo miraba con mucho interés.

-Joven Eren- se acercó al Omega, mientras que este estaba en la sala de estar- ya está lista su baño-agachó la cabeza.

-...- la miró- gracias, puedes retirarte-

-Si, joven- se fue rápido hacia otra parte de la gran casa.

El castaño se puso de pie, arregló su bata y se dirigió hacia el baño.

La bañera estaba llena de agua, con unos pétalos de rosa.

-Haaa...-Suspiró, se acercó a la bañera, tomó un frasquito y dejó caer escencia de rosa. De otro frasquito vertió aloe vera.

Sacó unas toallas y las dejó al lado de la bañera, se quitó la bata. Tocó el agua con su mano, una gran sonrisa decoró su rostro.

Entró y se recostó.

Golpearon la puerta.

-Adelante...-deslizaba sus manos por su piel acanelada.

-¿Para que me llamaste?-se acercó al castaño.

-Pronto me voy a casar...-La miró- seré una persona con mucho poder- ladeó su cabeza- y como tú eres alguien que le tengo mucha confianza... Quiero que de ahora en adelante estés siempre junto a mi. Que seas mi guardia personal-

-¿Eh?- soltó con sorpresa- pero...-

-Necesito que estés siempre junto a mi, eres como mi amiga... Además los demás no pensarían que una omega pequeña y tierna como tú sea una maldita sicaria con sangre fría- apoyó sus brazos sobre la orilla de la bañera- Quiero que me ayudes a ser grande...-

-Je...-cruzó sus brazos y miró el baño- si que estás obsesionado- las decoraciones eran doradas y turquesas.

-Mis padres y los Ackerman formaron un reino... Pero yo quiero tener mi propio imperio- la miró directo a los ojos- quiero ser grande y que todos reconozcan estos dos grandes ojos...- sonrío- tendré un gran imperio, como la reina Cleopatra. Pero no caeré... Nadie lo impedirá... Y para lograrlo, quiero que tú seas mi guardaespaldas personal, Christa-

-Es....es Historia- corrigió.

-Cuando te sacamos de esos malditos, pasaste a ser de nosotros... Eres Christa y no me importa si eso no te gusta. Si quieres que te digan Historia tus amigos, está bien. Pero frente a mi, eres Christa... ¿Lo entiendes?-se puso de pie, el agua se deslizaba en su piel hasta caer al piso.

-Si...-agachó la cabeza.

-Te prometo....que cuando sea el gran líder de mi propio imperio-enrrollo la toalla sobre su cuerpo- te dejaré libre...-

-Seré tu guardia personal... Te ayudaré en lo que sea necesario- frunció el ceño.

-Eso quería escuchar... Ahora vete, necesito tiempo a solas...- abrió la puerta del baño y salió.

La pequeña rubia suspiró, la familia Jeager le había salvado la vida. Ella sólo quería devolver su deuda, aunque le tomara todo el tiempo del mundo.

Ella sabía que ese joven era así. Calculador, posesivo, inteligente, caprichoso y muchas veces no sentía ni una gota de arrepentimiento por sus actos.

Entró a su habitación, observaba que podía ponerse.

-Tal vez algo ligero...-susurró- no quiero sudar mucho por las noches-

Escuchó como la puerta se abrió despacio y cerró, unos pasos rápidos se dirigían hacia él, pero parecía no tomarle importancia.

-Eren-lo tomaron del brazo- ¿Por qué no me dijiste que te ibas a casar?-Preguntó con reproche.

-No creí que sería necesario hacerlo- decía sin interés.

-¿Haa?-cerró el armario del castaño- Préstame atención, te estoy hablando- fruncía molesto el ceño.

-...-dirigió su mirada al alfa- Está es mi habitación- se soltó-¿Cómo te atreves a hablar de esa forma? ¿Acaso quieres recibir un castigo, idiota?-

-No... Pero... Me confundes, me dijiste que podía casarme contigo si... Si me quedaba a tu lado-

-si, pero esto no fue una decisión mía. Fue de ambas familias y no me puedo negar. Yo seguiré cada cosa que me pidan-

-...-bajó la cabeza- es....injusto-

-Tal vez lo sea...-sonrió levemente- pero... ¿Sabes...?-acaricio el rostro del alfa- aún no estoy casado-susurró- y falta para que llegue el celo...-tomó las manos del alfa y las dejó sobre su cintura- podríamos pasar nuestra última noche juntos... Que te parece...-lo miraba directo a los ojos.

-¿Si?-Lo apegó a su cuerpo, bajando levemente sus manos sobre el trasero del omega.

-Sip-subió sus manos sobre los hombros del alfa- Me gustaba pasar tiempo contigo, pero se debe acabar....- le besó los labios-¿Mmh?- pasó una mano por la cabellera rubia del alfa- ¿Que piensas, Floch? Aunque me case, ¿puedes quedarte junto a mi? O ¿Prefieres marcharte?-

-No- negó con su cabeza- estoy para servirte siempre...- susurró y escondió su rostro en el cuello del omega.

El castaño sonrío y correspondió el abrazo.

Le gustaba tener el control ante todo.